Según un estudio, la mayoría de las firmas líderes se mantuvo operativa durante todo el período de aislamiento.
La crisis económica agudizada por la pandemia del coronavirus impactó de manera diferente en los distintos segmentos de la actividad productiva. Mientras los sectores populares y las pequeñas y medianas empresas (PYME) fueron especialmente golpeados por las consecuencias de las medidas tomadas para enfrentar la emergencia sanitaria, las grandes compañías no se resintieron. Incluso, muchas de estas se vieron favorecidas.
Así lo destacó un análisis conjunto del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra) y del Área de Economía y Tecnología de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), que precisó que la mayoría de las grandes empresas que operan en el país, y que el año pasado explicaron el 80% de las ventas entre las firmas líderes, se mantuvo operativa durante todo el período que va de aislamiento.
Pero muy distinto fue el derrotero para las PYME: según este análisis, el 40% ya estaba completamente paralizado a mediados de abril.
Tras la flexibilización de la cuarentena se dio una modificación progresiva de esta situación; y en mayo sólo un 25% de las PYME estaba totalmente detenido. En tanto, un 23% de las 200 empresas no financieras de mayores ventas se encontraban totalmente paralizadas en la misma fecha.
«Es una economía que funciona en el marco de una crisis y de un aislamiento a dos velocidades: un sector mayoritario, de los sectores populares y de las PYME, que se vieron más imposibilitadas; y otro segmento, que tuvo un funcionamiento parcial o pleno, donde están las grandes empresas», explicó el economista de Cifra y Flacso, Pablo Manzanelli.
«Primero hay que entender que no se cerraron todas las actividades; y después, hubo otras no esenciales que también se mantuvieron operativas. Y excepciones, como el caso de Techint, cuya siderúrgica en Campana siguió funcionando, aunque con menor operatividad», añadió.
«En efecto, se trata de situaciones dispares en el marco de una crisis que, naturalmente, tiene un importante impacto regresivo en términos generales», indicó el análisis.
Al respecto, consideró indudable que en el sector de los especialmente perjudicados por esta situación excepcional no sólo se encuentra buena parte del entramado empresario de menores dimensiones, sino también -y fundamentalmente- los sectores populares. «Máxime en un escenario en el que la regresividad estructural que tiene la economía argentina se acentuó considerablemente durante el Gobierno de Cambiemos. El nivel de pobreza se ubicó en un 35,5% el año pasado, cuando en 2015 alcanzaba un 29,3%. Y la tasa de desempleo ascendió de un 6,5% a un 9,8% durante el mismo período», puntualizó el informe.
Manzanelli subrayó que la mayoría de las grandes empresas continuó funcionando; y algunas, con muy alto nivel de producción, como las alimenticias, las agroexportadoras, las de telecomunicaciones y los laboratorios: «estos sectores estuvieron relativamente beneficiados por la emergencia».
El análisis indicó que 154 empresas -el 77% de las 200 de mayores ventas- mantienen un funcionamiento total o parcial de sus actividades desde el inicio de la emergencia sanitaria. Esas 154 firmas explicaron el 80% de las ventas de la cúpula empresarial durante 2018.
Entre ellas se destacan 30 alimenticias y agroexportadoras con un grado de funcionamiento importante, como Cargill, Bunge, Dreyfus, Oleaginosa Moreno, Quilmes, Aceitera General Deheza, Molinos Cañuelas, Arcor, Coca Cola, CCU, Molinos Río de La Plata, Ledesma y Bagley.
También otras 24 firmas de la industria química, como laboratorios Bayer, Gador, Basf, Roemmers, Raffo y Roche; petroquímicas como PBB Polisur, Cuyo y Comodoro Rivadavia; y empresas como Unilever y Procter & Gamble.
Del mismo modo, figuran 21 empresas vinculadas al comercio mayorista y minorista, como los grandes supermercados La Anónima, Makro, Maxiconsumo, Cencosud, Coto, Wall Mart, Carrefour, Día y Grupo Casino; cinco de telecomunicaciones, como Telecom, Movistar y Claro; y tres industrias siderúrgicas, como Siderar y Siderca del grupo Techint, y Aluar.
El universo de empresas que transitan la cuarentena en operatividad también incluye a la fabricante de neumáticos Bridgestone; cuatro mineras, como Minera Andina del Sol, Cerro Vanguardia, Minera Alumbrera y Oroplata Goldcorp; 21 empresas de electricidad, gas y agua, como Pampa Energía, Edenor, Edesur y Transportadora Gas del Sur y del Norte; y 18 petroleras con bajo nivel de producción, como Shell, Axion, Pan American, Total, Tecpetrol.
«Se trata de grandes firmas monopólicas u oligopólicas en sus respectivas actividades, integrantes de grupos económicos o conglomerados extranjeros, que son rectores del funcionamiento económico local», subrayó el informe
A estas empresas habría que agregar los bancos y las aseguradoras, que no se consideran en el relevamiento de las 200 empresas no financieras, pero que se incluyen en el selecto grupo de grandes empresas relativamente beneficiadas en este contexto.
Tomado del sitio Mundo Empresarial.