La convivencia cultural, social y económica entre la provincia de Jujuy y el sur del Estado Plurinacional de Bolivia siempre ha sido fluida y permanente gracias a la gran extensión de kilómetros compartidos como frontera pero principalmente por la identidad y la historia en común que tiene la región. Desde los vínculos ancestrales entre comunidades prehispánicas, los levantamientos contra la corona española, las guerras de la independencia pasando por la formación de los estado nación, y pese a que la era republicana “fronterizó” a los pueblos; la zona ha sostenido lazos culturales ineludibles que mantuvieron vivas las relaciones sociales, culturales, económicas y comunitarias.
“Nosotros hemos seguido muy de cerca el proceso de crecimiento de la calidad de vida de nuestros hermanos bolivianos. Como pueblos fronterizos hemos visto que ha sido notorio el cambio social que significó este proceso político que empezó en 2005. El crecimiento económico y el alcance de beneficios sociales a la población fue notorio e histórico, esos números son innegables”, expresó el intendente de La Quiaca, Blas Gallardo, nuevo alcalde de la ciudad fronteriza, quien llegó al poder después de conformar alianzas con organizaciones sociales y nuevos actores políticos, que le permitieron desplazar a las viejas estructuras partidarias.
“Son tiempos difíciles en el continente, y desde el mundo andino históricamente hemos resistido con la fuerza de nuestras tradiciones y raíces, casi siempre con dolores y desde las orillas de la historia. Ahora es el tiempo del empoderamiento de los nuevos referentes y en eso, Evo Morales marcó el camino”, resaltó. “Nos sentimos identificados plenamente con los lineamientos culturales, ideológicos y políticos de lo que representa Evo Morales. Su importancia, que configura una nueva clase política con raíz indígena y sindicalista, ha trascendido las fronteras; estamos convencidos que debemos aprender y continuar con su legado. Siempre decimos que venimos de abajo y vamos para arriba, porque Evo Morales enseñó que es posible la justicia social, la reciprocidad y necesario levantar la autoestima reconociéndonos hijos de la tierra”, manifestó Blas Gallardo; quien a su vez encara la difícil misión de hacer política de un modo diferente tras años de vicios y corrupción en La Quiaca, con el aval de las organizaciones que venían reclamando más participación.
Asimismo, la referente de la comunidad boliviana en Jujuy, Melanie Huanca Limache, aportó su visión sobre el proceso de cambio y el empoderamiento de las comunidades: “Estos catorce años con Evo Morales las comunidades en Bolivia han vivido con libertad, derechos constitucionales, para todos los hermanos de los pueblos indígenas; para los que viven en la ciudad y otros lados ha habido estabilidad, la economía del país había mejorado, la dignidad se había recuperado para los hermanos de los pueblos, los hermanos del altiplano aprendieron a defenderse, pronunciarse y a pelear por todo lo que ellos comprendían que era nuestro”, y agregó: “Hemos empezado a ver otra vez que las riquezas del país son de nosotros y que ahí está el futuro de Bolivia y de nuestros hijos. Nuestros hijos pudieron superarse, nuestros hijos empezaban a terminar las carreras, preparándose para defender y empezar a nacionalizar nuestros hidrocarburos, el litio, y defender el agua que tanto anhela Estados Unidos, agua más pura que existe en el mundo, hasta eso aprendimos. En estos 13 años los hermanos del altiplano y de la ciudad hemos vuelto a vivir en dignidad y respeto, hemos vivido con libertad con tantos derechos, y ahora la gente de la derecha que odia la gente del altiplano, lo está destruyendo, a todo este proceso que habíamos vivido”.
Además de ambos dirigentes, sociales y políticos, en constante e imbricada relación con el vecino país, brindó su parecer Gabriela Karasik, antropóloga y docente universitaria de Jujuy y que ha acompañado con sus estudios los procesos migratorios de nuestra provincia:
“Creo que para los sectores de poder y las visiones dominantes en Jujuy se profundizó la idea de una gran distancia política y cultural entre Bolivia y la Argentina, creo que se la vio hasta con desinterés y durante un tiempo no comprendieron el significado político y el posible impacto en Jujuy. Baste pensar en la experiencia de la Tupac Amaru, las ceremonias andinas en el Cantry” (N de E: barrio edificado por la Tupac en Alto Comedero, nombrado así por la organización) “o la presencia de wiphalas, y banderas bolivianas en las marchas. No es que sean un resultado directo pero la Bolivia de Evo fue una de las fuentes de inspiración, y, por qué no; de legitimación. Un gobierno de indios frente a una provincia que siempre trató de distanciarse de lo indígena; y de Bolivia. Creo que al comienzo no hubo reacción institucionalizada. Eso empezó con el gobierno de Macri”, sobre reacciones o posicionamientos de otros sectores, dijo: “Desde muchos sectores y organizaciones sí hubo una reacción de apoyo y también de fascinación.
En muchos sentidos el proceso de cambio en Bolivia se presentó como ejemplo para la lucha de los pueblos, marcando un camino donde lo indígena articulaba lo nacional popular. Creo que acá resonó mucho eso de que fuera un gobierno ‘de los movimientos sociales’; que luchara contra la marginación de indígenas, campesinos y sectores populares, seguramente por la cercanía con Bolivia y porque las relaciones de dominación social en Jujuy tienen muchos elementos de subordinación étnica. Lo antes dicho con la Tupac Amaru y muchas organizaciones sociales. Pero me parece que muchas veces se puso más el foco en lo cultural que en su significado político y social, subversivo del proceso boliviano. En algunas organizaciones indígenas, de las cuales por diferentes razones estuve cerca, vi el mismo tipo de críticas acá que las que hacían en Bolivia los que ayudaron a erosionar el gobierno de Evo: que la corrupción, que el extractivismo, que el personalismo, que su gobierno no es indígena…”
Sobre la situación de Bolivia tras la irrupción de Camacho en el Palacio del Quemado y la toma del poder y persecución de funcionarios y dirigentes afines al MAS, Blas Gallardo comentó: “Hemos vivido con mucha preocupación lo que pasó después del golpe de estado. Como fuerza política comprometida con nuestros hermanos, hemos colaborado con compañeros y compañeras que han sido perseguidos en Bolivia. Nuestra cercanía geográfica ha permitido que podamos formar parte de la colaboración en el resguardo de dirigentes y simpatizantes del partido del presidente Morales, que corrían riesgo de vida. Añez y demás dirigentes golpistas han escrito una página negra de la historia de Bolivia, persiguiendo opositores con métodos de una dictadura”. Sobre cómo analiza el futuro, manifestó “Confiamos plenamente en que la sociedad boliviana estará a la altura de la historia democrática que se debe empezar a escribir después del golpe de estado. No sólo estamos seguros que el candidato del MAS vencerá electoralmente sino que será reconocido el trabajo de 14 años de un proceso que revolucionó Bolivia y reconfiguró la región”.
A su vez, Melanie Huanca Limache aseguró: “El apoyo fue contundente en los votantes que residen en Jujuy, todos apoyan a Evo Morales. Con lo sucedido tras el golpe de estado los hermanos han salido a las calles, han defendido sus riquezas, sus recursos que representan el futuro de sus hijos, el futuro que Evo estaba preparando para todos, para indios, campesinos, kollas y cambas, tener empresas, fábricas, etc. Los hermanos del altiplano comprenden que la pelea que tenía nuestro hermano Evo, en algún momento iba a perder y es por eso que salieron en la lucha a defender sus riquezas. Porque el hermano Evo ya no estaba en el país, entendieron que aún con el riesgo de perder la propia vida había que salir y manifestarse, porque saben que lo que está en riesgo es el futuro de sus hijos”. Sobre las repercusiones dentro de las organizaciones residente en Jujuy, agregó: “Estamos sumamente preocupados, por las medidas y acciones de la derecha de este golpe fascista, la gente que está ahora en el consulado dirigiendo las elecciones… porque esta vez, como bolivianos, vamos a tener que defender nuestro derecho al voto, controlar que no haya fraude el 3 de mayo.
El consulado ahora empieza armar grupos paralelos en contra de la comunidad Boliviana para confundir, paga gente para que realicen actividades que en ningún momento la comunidad boliviana realizó. Todos los compañeros de las organizaciones sociales dentro de la provincia respaldan a los hermanos bolivianos, al hermano Nelson, al hermano Presidente; y respaldan a todos los hermanos que están refugiados en la Argentina por la persecución que sufrieron.
Esta vez vamos acudir a las urnas el 100%, supuestamente están empadronando, no sabemos si es real o no, dicen que vamos a acceder al voto, creo que la respuesta lo debe dar el consulado. La Sra. Mónica que trabajó junto a nuestro ex cónsul Héctor Garachi… no sabemos cuál es su actitud, si está con nosotros o no, pareciera que se olvidó que el pueblo la puso ahí, los hermanos trabajaron en Bolivia para darle el lugar de agente consular, parece que no comprende que el consulado está para servir a los hermanos bolivianos radicados en argentina, ella era del partido al socialismo junto con Evo Morales, me parece que la Sra. Mónica se entregó a la derecha y está entregando a todos los bolivianos a este gobierno fascista, golpista, asesino, criminal, que hoy nos hace persecución, pero todos los hermanos bolivianos que radicamos en la provincia de Jujuy estamos dispuestos a ir a las urnas a pelear con los votos, no tenemos armas, pero tenemos las elecciones. Nosotros como bolivianos vamos a velar las urnas, que nuestros hermanos asistan a las urnas para poder votar y poner su granito de arena para defender y pelear por nuestra democracia que hoy fue eliminada a base de armas y golpe de estado en contra de nuestro hermano presidente. Queremos ir a las elecciones, queremos votar y queremos recuperar nuestra amada Bolivia de este golpe de estado que quiere llevarse nuestra riqueza.
Por último, Gabriela Karasik reflexionó sobre las relaciones y posturas entre gobierno argentino y provincial al momento de producirse el golpe en Bolivia: “El gobierno de Gerardo Morales acompañó claramente las políticas de Macri hacia “dentro” y hacia “afuera”. Algunas características o condiciones de la provincia le dieron un giro particular al despliegue de tres fenómenos del período a nivel nacional, emparentados pero diferentes (hay más, pero estos me sirven para hablar de Jujuy). (1) Como sabemos, la posición que llevó adelante el macrismo fue la de acoplarse abiertamente a las acciones de la campaña de “recolonización regional” encarada por EEUU y aliados, para destruir las experiencias “populistas” restantes en América latina, de Venezuela, Brasil y Bolivia. (2) Por otro lado, entre las diversas acciones regresivas en todos los órdenes, se incorporó a la agenda política la hostilidad contra los extranjeros en la Argentina. Esta cuestión de alentar el rechazo a algunos grupos de población (por origen nacional, cultura, religión, orientación sexual, etc) no es nueva, ni es nuevo que se lo active en tiempos de crisis en los más diversos lugares. Pero en el gobierno del ex presidente Macri se habilitó un discurso xenófobo pocas veces exteriorizado por las autoridades y se llegaron a hacer cambios en la Ley de Migraciones. (3) Otro fenómeno fue el de la política del odio (al kirchnerismo, a los planeros, a Cristina, etc. ) y del lawfare” (N de E: judicializar a la oposición).
Y agregó: “Esos fenómenos de orden nacional durante el macrismo tuvieron su rasgos propios de Jujuy y además se expresaron abiertamente y sin disimulo. (No hace falta que me explaye sobre el odio a Milagro, la Tupac y lo que representa, y el lawfare en la provincia). En cuanto al golpe mismo, si bien a diferencia de Macri, Morales y el radicalismo jujeño sí hablan de “golpe de estado”, es evidente que comparten la visión del gobierno nacional anterior. No hay dudas de que Gerardo morales y el oficialismo actuaron contra el “proceso de cambio” boliviano e intervinieron de hecho en la campaña electoral. Pero es más fácil de demostrar su participación en la campaña ideológica y psicológica contra Evo, que su participación concreta en el armado del golpe. Es más que probable que haya llevado dinero y se haya reunido con Camacho con el pretexto de las brigadas de incendio, pero digo que no es fácil demostrarlo”.
Sobre el interés del gobierno provincial en las elecciones bolivianas, Karasik destacó: “No tengo claro si alguna otra provincia (salvo Salta quizás) se comprometió tanto con la campaña anti-Evo. Algunas cuestiones que incidieron en el protagonismo de Jujuy tienen que ver con la cercanía geográfica y cultural, así como el hecho de que contemos con mucha población boliviana, y mayoritariamente la población trabajadora sea de tradición indígena y, de nuevo, boliviana, y con que el gobierno de Gerardo se haya construido sobre el odio a la Tupac Amaru: a los desocupados y a su perfil étnico; todo esto en una provincia en que la sociedad “establecida” cree que hay que diferenciarse de esa barbarie”.
Y, profundizando sobre la postura del gobierno provincial, la antropóloga argumentó: “No parece casual la convergencia perfectamente acoplada de acciones anti-Evo en el 2018, el año en que comenzó el trabajo para la candidatura de Evo. Se trató de acciones contra Evo, contra Bolivia y también contra los bolivianos en Jujuy, porque humillar a los bolivianos en Jujuy sirvió también para humillar a Bolivia. Solamente en esta provincia, el espíritu y la política anti extranjera, se expresó tan abiertamente en el discurso y la institucionalidad, como muestra la ley del cobro de la salud pública para los extranjeros (comenzó el debate en los primeros meses del 2018, se aprobó la ley en febrero del 2019). Solamente en Jujuy el gobernador se atrevió a agraviar y hasta insultar al Presidente Evo Morales. Durante todo 2018, en el marco del debate por este tema, fue agresivo y maleducado con Evo y sus funcionarios. Ya había agraviado a otro jefe de Estado, el Papa Francisco, cuando le envió un rosario a Milagro en 2017, pero fue un poco más “cuidado” en aquella ocasión. Lo mismo con el tema Milagro: Evo condenó la prisión de Milagro Sala desde el comienzo, y cuando en agosto de 2018 criticó sus condiciones de detención, Gerardo le contestó en un post “Ud. es un manipulador de la Constitución para eternizarse en el poder que no tiene legitimidad para opinar sobre asuntos de mi país”.
Finalmente, la Universidad Nacional de Jujuy, es la única universidad argentina que le negó el doctorado honoris causa a Evo Morales (tiene más de 25 honoris causa de universidades del país). No es que simplemente no surgió otorgarlo, sino que se lo negó, porque se frenó el trámite, claramente por influencia de Gerardo. Evo había decidido largar la campaña en Jujuy, aprovechando la entrega del título de doctor honoris causa, y se iba a hacer un gran acto el 21 de diciembre 2018 donde se lanzaría la fórmula Evo Morales-Álvaro García Linera. Obviamente Evo no vino, seguimos adelante con el acto y le entregamos a través del Embajador una designación de Profesor honorario de la FHYCS. Si la derecha y los tilingos en Bolivia necesitaban algo más de Jujuy para humillarlo, justo antes del proceso electoral, era esta última descalificación”.