El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, fue reelecto con casi el 54 por ciento de los votos. En segundo lugar, muy lejos, quedó Mario Negri, el hombre impulsado por Mauricio Macri y acompañado en la campaña por Carrió. El justicialismo también ganó la capital. Buena síntesis para una noticia que los peronistas de todas los campamentos deberían festejar porque los cambiemitas llevan ocho derrotas seguidas en esta larga velada de combates preliminares. Sobre todo porque unos y otros dicen que lo fundamental es acabar que esta pesadilla que viven los argentinos, que se llama Mauricio Macri.
«La mayor diferencia de la historia desde la vuelta de la democracia», celebró el gobernador Juan Schiaretti la paliza que el peronismo le propinó en Córdoba a los candidatos de Cambiemos, al obtener casi el 53,97 por ciento por ciento ciento de los votos. Los dos postulantes radicales Mario Negri (17,78) y Ramón Mestre (10,94) sumados apenas llegaban a la mitad de Schiaretti, lo que volvía todavía más inexplicable la falta de acuerdo por la que terminaron yendo separados. Semejante diferencia permitió también el triunfo de Martín Llayora en la estratégica elección por la intendencia de la capital provincial, desde hacía tiempo en manos de la oposición. El día a pleno sol, peronista, resultó pintado para Schiaretti. Y si el gobernador esquivó darle un alcance nacional –«no tiene nada que ver con las próximas elecciones», remarcó–, de eso se encargó la militancia de la JP que copó el búnker: «Un minuto de silencio. Así sintetiza este lunes el diario Página 12, en nota de Fernando Cibeira.
En su discurso del sábado y festejando su aplastante victoria, Schiaretti reivindicó su pertenencia al peronismo denominado «federal, el rol del Estado, el equilibrio fiscal; recordó el orgullo dese subteniente de la reserva del Ejército, por su paso por el Colegio Militar, su participación juvenil en el Cordobazo y dijo llevar en el corazón «el recuerdo de los 30 mil compañeros desaparecidos». También apunto a que la elección que lo dio como ganador muy lejos de los candidatos de Cambiemos no debe ser interpretada como signo de las nacionales de octubre próximo.
Desalentó a quienes nacionalizan el mensaje de las urnas cordobesas, algo que en el mundo político es imposible de sostener. «Ni por asomo es una elección nacional, sino una elección provincial y municipal», avisó. Ante las consultas, repitió tres o cuatro veces lo mismo con diferentes palabras. «Es una elección provincial y los de afuera son de palo», insistió, en referencia a las visitas de apoyo que habían recibido sus adversarios.
“La intención fue capitalizar el 100 por ciento del impactante triunfo y no regalarle ni siquiera una foto a nadie: se resolvió no invitar al búnker ni siquiera a los referentes de Alternativa Federal. Ni Sergio Massa, ni Roberto Lavagna, ni Juan Manuel Urtubey, ni Miguel Angel Pichetto recibieron la invitación que esperaban aunque se mantuvieron en contacto por teléfono y lo felicitaron apenas se conocieron las primeras cifras. El espacio necesita de manera urgente alguien que funcione como ordenador y Schiaretti, revalidado como el gobernador del peronismo con mayor cantidad de votos, asoma como el indicado para la tarea. Así lo puso Pichetto en las redes sociales: «el triunfo consolida a Schiaretti como el principal conductor de Alternativa Federal». Así comentó el diario Página 12.