Se cumple un año de la desaparición de Santiago Maldonado, él tenía 28 años y su muerte pesará sobre las espaldas de la fuerzas de seguridad por siempre, otra víctima más del accionar atroz y represivo del Estado. Otro pibe maravilloso, lleno de vida y de ideales que se llevan las fuerzas de seguridad.
Por Rosa Schonfeld de Bru (*) / En este momento pienso fundamentalmente en la madre y en cómo debe estar sobreviviendo, porque es sobrevivir. Ella, ahora, debe sentir lo mismo que yo pensando por qué no fue ella en vez de Santiago. Cuando intenté escribir algo el domingo, le mandé un mensaje y le dije que era yo quien la estaba pensando, le pregunté si pensaba hacer algo en 25 de Mayo y me dijo que lo único que quería era pedir una misa para su hijo.
La desaparición de Santiago me hizo revivir tantas cosas que pasaron y me sentí muy identificada con su familia. Sergio, el hermano, me contó que leyó mucho sobre Miguel y que comparaba las personalidades de ellos dos y cómo amaban la libertad, la música y el compromiso con los que más necesitan. La verdad que me hizo revivir eso, la solidaridad para con el otro que tenían.
La sensación de impotencia es mucha, es mucha la injusticia. No puedo dejar de pensar la lucha de la familia con las distancias con el poder judicial. Nosotros también teníamos una lucha terrible con la justicia pero la teníamos acá, ellos están a distancias abismales del poder judicial, a cientos de kilómetros.
Estoy muy indignada porque se compara la desaparición y muerte de Santiago con la muerte de las policías Lourdes Espíndola y Tamara Ramírez, como si Santiago o los organismos de Derechos Humanos tuvieran la culpa o estuvieran contentos. Me gustaría que los periodistas hablen con los familiares de las policías para ver si están contentos con la pérdida de un ser humano.
En el momento que encontraron a Santiago yo pensaba que lamentablemente lo peor ya había sucedido. Sé que la familia esperaba encontrarlo con vida pero en el momento que encontraban el cuerpo sentí que `bueno, lo encontramos, a partir de acá empieza otro momento en el duelo y en la lucha´. Esto pasa con todos los desaparecidos, todo el mundo lo veía a Santiago en distintos lugares, a Miguel también lo veían en diversos lugares y eso era muy desgastante, como que nunca se puede cerrar el duelo.
La actuación del gobierno fue una vergüenza, encubrir a una Fuerza y no ponerla a disposición de la justicia es aberrante. Bullrich debe ser madre, pienso qué sentiría ella si hubiera sido un hijo o hija suya.
Estoy muy dolida con cierta parte del periodismo que intentó embarrar la causa y, sobre todas las cosas, la figura de Santiago. Entiendo el compromiso que tienen con el gobierno y la necesidad de malinformar, pero no se puede ser tan irresponsable (para decirlo lo más educadamente posible) al manejar una información tan sensible, donde está en juego la vida de una persona.
Nuevamente, como con Miguel, la movilización y la solidaridad social se hicieron presentes y apoyaron la causa. El reclamo de justicia y el compromiso de la sociedad y de los organismos fue emocionante. Sigamos movilizando y sigamos acompañando a la familia. Justicia por Santiago Maldonado.
(*) Madre de Miguel Bru y presidenta de la Asociación que lleva el nombre del estudiante de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social desaparecido.