En algunos casos con el silencio y el guiño de la dirigencia sindical burocratizada. Carrefour ya despidió a 200 trabajadores desde el acuerdo denominado Proceso Preventivo de Crisis (PPC) firmado con el gobierno de Mauricio Macri, con el apoyo del Sindicato de Comercio que conduce Armando Cavalieri y del ministro de Trabajo, Jorge Triaca. Los despidos de trabajadores de prensa en Telam y Radio del Plata, bestiales, tuvieron y tienen mucha visibilidad pero también lo vienen sufriendo en forma similar o con mayor virulencia otros sectores de la clase trabajadora, como estatales, de las industrias manufactureras, portuarios y de empresas como Villa del Sur, que se encuentran nuevamente ante críticas situaciones por la pérdida masiva de puestos de trabajo.
Por Carlos López / Los empresarios culpan a la inestabilidad económica y los funcionarios dicen con descaro que los trabajadores despedidos son militantes, como si esa fuera razón válida o configurase algún tipo de delito con sentencias de desempleo. El único delito que se está cometiendo en ese orden y a viva voz en la Argentina es el provocado desde las patronales y el propio Estado, que propone y fomenta ejércitos de desocupados, a su vez sometidos a las políticas de ajuste general, inflación, depreciación de la moneda y destrucción del aparato productivo. Así un último informe de la Universidad Católica (UCA), por ejemplo, da cuenta de que casi el 50 por ciento de la niñez es pobre un 10 por ciento sufre hambre.
Carrefour ya despidió a 200 trabajadores desde el acuerdo denominado Proceso Preventivo de Crisis (PPC) firmado con el gobierno de Mauricio Macri, con el apoyo del Sindicato de Comercio que conduce Armando Cavalieri y del ministro de Trabajo, Jorge Triaca. La cadena de supermercados cerró cinco sucursales en las últimas dos semanas, lo que provocó una nueva pérdida masiva de puestos de trabajo. De los 200 despedidos que se suman en las últimas semanas unos 130 corresponden al cierre de los locales de la empresa de capitales franceses en Resistencia (Chaco), Tucumán y en los barrios porteños de Congreso y Villa del Parque, además de un mini hipermercado en Quilmes.
En declaraciones al diario BAE, el delegado de Carrefour y subsecretario de la Federación de Empleados de Comercio, Mario Amado, alertó que ”este es el principio de una serie de cierres que no se va a detener hasta la desaparición de todas las sucursales que la empresa considera no sustentables. Antes del acuerdo, hablaron del cierre de once locales, pero en el documento final no establecieron un número». Asimismo, consideró que “la compañía no es clara, se comunican con el sindicato, pero no con los representantes de base ni los delegados. Si querían despedir a 1.000 trabajadores, estos últimos son sólo el 20%. En las provincias que hay un solo supermercado, ¿cómo harán?”, cuestionó el delegado.
Por su parte, en la provincia de Entre Ríos el titular de la secretaria de Trabajo, Oscar Balla, reconoció que desde abril se evidencia un aumento de “desvinculaciones” laborales en el ámbito privado en las localidades de Paraná, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú. Según indicó esta semana la agencia de noticias APFDigital, los índices de desocupación en las ciudades entrerrianas sigue en aumento desde principio de año, ya que el funcionario explicó que “se han ido muy arriba los costos de electricidad, los alquileres y para achicar los gastos hemos notado que se perjudicó al personal”, y aseguró que desde la cartera que dirige “estamos haciendo unas 20 audiencias diarias de las cuales la mitad son por lo general por problemas de desvinculación y acuerdos de ese tipo”.
De igual manera, en la provincia de Neuquén los trabajadores mantienen medidas de fuerza como asambleas y la realización de una radio abierta contra los despidos en el Hospital de Centenario.
Otros sectores afectados se relacionan con la industria nacional, como el caso de la metalúrgica Mabe, de Haedo, que dejará de producir porque se reemplazarán las piezas desde China, lo que no sólo genera una debilitación profunda de los procesos de producción nacionales sino que además dejará sin trabajo a unas 60 personas de un plantel de 90 que conformaba la empresa, es decir que dos tercios de Mabe se queda en la calle y sin una alternativa laboral posible a corto plazo.
El jueves pasado Página/12 publicó una entrevista con el secretario adjunto de la UOM Morón, Rubén Andrada, quien confirmó la lamentable noticia porque “en la planta de Haedo a partir de la semana que viene sólo se va a recibir la nueva mercadería para distribuirla”. Este cambio llegó por medio de la decisión de los directivos, que prefieren ahorrar costos al traer los productos de un mercado como el chino que ofrece costos más bajos. “Lamentablemente, esto es producto de la política de abrir de manera irrestricta las importaciones”, sostuvo Andrada. Mabe ya había sufrido su primera crisis en una planta ubicada en San Luis que fue cerrada el año pasado por la caída de la demanda. Es que de acuerdo a los datos expresados por el delegado de la fábrica de Haedo, Agustín Colovos, la gran depresión en la producción comenzó cuando el grupo empresario Unilever, uno de sus principales clientes en tubos de aluminio, comenzó a importar los envases que utilizan para los desodorantes en aerosol. “En diciembre fabricábamos 30 millones de aerosoles, ahora hacemos 6 millones por mes”, aseguró el delegado.
Misma situación atraviesan otras pequeñas y medianas empresas de la provincia de Buenos Aires, duramente afectadas por la inestabilidad económica que genera el gobierno macrista. En la localidad bonaerense de Mercedes, la textil Karavell podría cerrar este mes y despedir a unos 65 trabajadores. La empresa que se dedica a la producción de alfombras también se vio altamente afectada con el ingreso de importaciones de productos similares desde China. Otros casos remiten desde marzo a la fecha a la pérdida de 17 puestos de trabajo en Luján en metalúrgica Delgado; en Pehuajó el cierre de un frigorífico en marzo pasado provocó el despido de 130 personas; en Campana, 20 trabajadores de la fábrica de electrodomésticos Newman fueron despedidos insólitamente un día después que el ministro de Producción, Javier Tizado, visitara la empresa, y las localidades de Coronel Suárez y Azul son las primeras dos de la provincia de Buenos Aires en decretar la emergencia laboral.
La empresa Villa del Sur, reconocida por la fabricación de bebidas, también profundizó un plan de ajuste con 44 despidos en la planta que la firma tiene en Chascomús. El ataque contra los puestos de trabajo ya habían comenzado en mayo pasado cuando los directivos adelantaron vacaciones a 200 operarios, lo que se suma ahora con estos últimos despidos a un total de 78 cesantías en los últimos meses, justificados por el aumento de las tarifas del servicio eléctrico. Los últimos afectados son choferes que la empresa dejará sin funciones en la planta que se ubica sobre la ruta 2, a la altura de la localidad bonaerense. La “situación económica” actual coloca a Chascomús como una de las ciudades más golpeadas en la provincia, ya que en lo que va del año además de los despidos en Villa del Sur, acumula 80 operarios despedidos en la metalúrgica EMEPA y 62 trabajadores que perdieron sus puestos en Unitec Blue.
El mismo jueves Página/12 difundió datos alarmantes sobre la situación del sector fabril con 3.700 puestos perdidos en abril último y un total de 18.600 el último año, según lo informado por el Ministerio de Trabajo. Además, durante los últimos 29 meses del gobierno macrista, durante unos 27 el empleo se mantuvo en baja en la industria manufacturera, siendo que desde diciembre de 2015 la industria expulsó a casi 70 mil trabajadores. En tanto, el promedio del primer cuatrimestre arroja una mínima caída del empleo total registrado por una reducción del universo de monotributistas, y con estos índices la caída de la proyección de contrataciones equiparan la situación actual con el punto más bajo registrado en la gestión Cambiemos, en mayo de 2016.
Además, otro sector que se mantiene en alerta desde esta semana son los trabajadores portuarios nucleados en la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval, desde donde se declararon en asamblea permanente por la “posibilidad efectiva” de que 200 personas queden en la calle ante terminales que estarían a punto de entrar en procedimiento preventivo de crisis en el puerto de Buenos Aires. «Ya venimos con incertidumbre de meses sin saber qué va a pasar con los puestos de trabajo a raíz del plan de modernización planteado por la Administración General de Puertos (AGP), y hoy estamos viendo peligrar el futuro de 200 compañeros, algo que no podemos permitir», expresó esta semana pasada el secretario administrativo de la Federación, Roberto Coria. Desde el gremio informaron que la empresa Terminales Río de la Plata dejó de operar el pasado miércoles con la brasileña Aliança y próximamente lo hará el 5 de agosto con la estadounidense Hapag Lloyd, ya que ambas empresas pasarían a operar en la Terminal 4.
Es que las políticas que aplica el gobierno de Macri llevan a que se pierdan cada vez más puestos de trabajo y en segunda instancia las condiciones laborales de los sectores de menores ingresos se vean deterioradas. El gobierno sabe que debe cumplir el acuerdo con el FMI que implica un recorte de unos 200 mil millones de pesos y la obra pública podría ser uno de los principales destinatarios, según el presupuesto que ya evalúa Cambiemos para encarar el último año de gestión. El problema de la reducción de la actividad de la construcción deviene en una consecuente caída del empleo, agravada por una realidad económica que ya proyecta una inflación anual por encima de los 30 puntos para el corriente año. Para el gobierno los trabajadores generan un gasto que va camino a recortarse cada vez más. No importa el rubro, no importa la cantidad, los sectores más vulnerables y la clase trabajadora se enfrenta al peor momento de las últimas décadas.
Los despidos a 354 empleados en Télam pusieron en debate de los medios masivos una realidad que ha sido una constante durante el gobierno macrista. Lejos de ser un caso aislado, el despido de personal se ha convertido en el principal mecanismo del empresariado para recortar gastos y seguirse enriqueciendo, mientras que miles de trabajadores se quedan con sus familias sin una posibilidad de vida digna a futuro. La decisión de la agencia de noticias llevó a que los trabajadores de Télam tomaran el edificio central de Bolívar y la Avenida Belgrano en la Capital Federal, tras el ajuste que organizó el directorio y que incluyó además de los despidos que los trabajadores que continuarán en sus puestos recibieran luego un correo electrónico en el que se les dan la bienvenida a la “nueva agencia” y les advierten: “Confiamos en vos”. Los despedidos se enteraron de su situación cuando encontraron montos indemnizatorios depositados en sus cuentas bancarias para sueldos.
Entre la explicaciones que dio el Estado para justificar esos despidos se encuentra el dado por Rodolfo Pousá, titular de Telam, quein dijo que los trabajadores desafectados tenían “un perfil muy ideológico”.
El jueves se confirmó también el despido de 30 periodistas en Radio del Plata, luego de darse por terminado un conflicto que llevaba más de dos años cuando la empresa dejó de pagar aportes a sus trabajadores y comenzó a incumplir con los tiempos habituales para depositar sueldos. Desde ese momento decenas de periodistas tuvieron que buscar nuevos rumbos o incluso cambiar de profesión. Esta semana un nuevo grupo de ellos se vio afectado luego de que el Grupo Electroingeniería, propietario de la emisora radial, confirmara que no cambiarán la decisión ya tomada por los directores Osvaldo Acosta y Gerardo y Sebastián Ferreyra. Antes de una reunión en el Ministerio de Trabajo, los empleados, ex empleados y diferentes agrupaciones de la intersindical radial que está formada por AATRAC (Asociación Argentina de Trabajadores de la Comunicación), SALCO (Sociedad Argentina de Locutores), SUTEP (Sindicato Único de Trabajadores del Espectáculo Público y Afines de la República Argentina) y SIPREBA (Sindicato de Prensa de Buenos Aires), se concentraron frente a las puertas del grupo empresario para marchar hacia el Ministerio de Trabajo.
La tarea de hacer una síntesis más o menos acabada del panorama de despido que provocan las políticas de ajuste del gobierno de Macri es imposible, pues la ola ce cesantías es constante; quizás en este mismo momento decenas de familias estén quedando en estado de precariedad social