Tras el paro de este lunes que las centrales obreras calificaron de masivo, «No vamos a abandonar la calle», dijo el líder de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky. “El paro es una señal de rechazo absoluto» al Fondo Monetario Internacional (FMI) y los trabajadores no piensan «abandonar la calle ni un instante”. Juan Carlos Schmid, uno de los triunviros de la CGT aseguró que la protesta de la jornada, que contó con el apoyo de las CTA y de las organizaciones sociales, tuvo un «altísimo nivel de acatamiento en todo el país», al tiempo que reconoció que «un paro general significa el fracaso del diálogo social y también el fracaso de la política». Su colega Carlos Acuña advirtió, a su turno, que los dirigentes gremiales «somos peronistas pero trabajamos para todos los trabajadores».
«Garantizamos que no vamos a abandonar la calle ni un instante», dijo Yasky en la conferencia que compartió con su colega de la CTA autónoma, Pablo Micheli, y el secretario general de SUTEBA, Roberto Baradel.
«Es una señal de rechazo absoluto, contundente, inapelable al Fondo «,subrayó Yasky, quien agegó que «el pueblo no quiere al FMI interfiriendo en las decisiones económicas, no quiere más ajuste, más hambre, más tarifazos».
También reclamó la «apertura de paritarias de forma inmediata para todos los sindicatos» y «respeto a las leyes laborales».
«Si el gobierno piensa que el paro no sirve para nada lo va a terminar pagando caro, el año que viene como mínimo en las urnas, pero esto no termina hoy, se va a profundizar», advirtió el líder de la CTA de los Trabajadores.
Por su parte Micheli dijo que le da «mucho gusto ver la respuesta contundente de los trabajadores y trabajadoras» a la medida de fuerza convocada por la CGT. El titular de la CTA Autónoma aseguró que «los trabajadores no pararon por los dirigentes sindicales (tal como afirmó el ministro de Trabajo, Jorge Triaca) sino porque tienen conciencia de que hay que parar este modelo económico que nos lleva a la destrucción de la Argentina».
El dirigente de Dragados y Balizamientos afirmó que «si hay capacidad de diálogo, abierta y honesta, y sin confusión, nosotros estamos dispuestos a discutir». Además descartó que el Ministerio de Trabajo pueda soslayar su responsabilidad acerca de los convenios colectivos de trabajo, acordado entre las patronales y los sindicatos de cada sector, y afirmó que la cartera que dirige Jorge Triaca lo que tienen que hacer es «poner en vigencia» dichos acuerdos. «De lo contrario, agregó, estarían incumpliendo la ley, tal como lo están haciendo con la paritaria nacional docente».
El triunviro Héctor Daer, a su turno, dijo que «desde diciembre de 2015 hasta hoy hubo una inflación del 95 por ciento, y no son los trabajadores los culpables de ese proceso». Más adelante recordó que el plan económico vigente favoreció «a los sectores que más ganan y que más tienen, como el sector agropecuario y las mineras».
En la sede de la central obrera, en Azopardo al 800, Daer, Schmid y Carlos Acuña salieron al cruce de los funcionarios nacionales que dijeron que éste se trataba de un paro «político» e incluso consideraron que el Partido Justicialista (PJ) estaba detrás de la huelga, y subrayaron que el nivel de adhesión registrado demuestra el «fracaso» de las políticas oficiales.
«Éste ha sido un paro nacional de un nivel de acatamiento altísimo. Un paro general significa el fracaso del diálogo social y también el fracaso de la política», sostuvo Schmid, quien agregó que la CGT agotó «todas las instancias para poder encontrar alternativas» antes de convocar a la huelga.