Pretende resolver el conflicto de la Línea Este con represión, pero los choferes no bajan los brazos. Más de 300 efectivos policiales desalojaron la protesta en la cabecera de Ruta 11. Para evitar heridos, los trabajadores se retiraron de forma pacífica y continuaron el reclamo en pleno centro platense. La UTA decretó más tarde un paro no contra los despidos, sino para garantizar la “seguridad” de la empresa.
Por Fernando M. López (*) / En el cuarto día de huelga y ocupación de la cabecera de la Línea Este, la justicia hizo lugar ayer al pedido del intendente macrista Julio Garro de desalojar la protesta por la fuerza y la Policía Bonaerense desplegó inmediatamente a sus efectivos de Infantería con el apoyo de la Policía Local.
Los choferes regresaban de la masiva movilización de los docentes y estatales cuando se encontraron en Ruta 11 y 610 con más de trescientos uniformados dispuestos a reprimir. “El desalojo no es solución, pero no quisimos que ningún compañero saliera herido, como la otra vez. Por eso, salimos pacíficamente y continuamos la protesta en 7 y 50, denunciando al intendente, al Ministerio de Trabajo provincial y al gremio, que es cómplice de la empresa”, dijo Daniel Figueredo, uno de los trabajadores afectados.
Ya el año pasado, cuando se desató el conflicto, tanto Garro como la gobernadora María Eugenia Vidal, se posicionaron del lado de Osmar Corvelli, dueño del grupo monopólico Expreso La Plata, y a fines de octubre mandaron a reprimir con extrema brutalidad. Días después, el Tribunal de Trabajo Nº1 de La Plata dictó una medida cautelar en favor de los choferes y la empresa se vio obligada a firmar un acta en la que se comprometía a reincorporar a los cesanteados, respetar los tiempos de descanso, mejorar las condiciones de los colectivos y poner baños en la cabecera.
Sin embargo, Corvelli no cumplió con ninguno de sus compromisos y avanzó con nuevos despidos, por lo que los choferes de la agrupación “El Bondi” decidieron retomar las medidas de fuerza.
“Por las familias que quedaron en la calle y los compañeros sin cobrar, le pedimos a Garro que abriera una mesa de diálogo con el objetivo de encontrar una solución al conflicto. El intendente prefirió hacernos una denuncia penal y mandar a la policía”, manifestó Figueredo en declaraciones radiales y remarcó: “si la municipalidad quiere reprimirnos, la empresa nos trata como nos trata y la UTA nos deja solos, lo único que nos queda es salir a la calle en busca del apoyo de otros sectores”.
Tras el corte en pleno centro platense, la seccional local de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) acusó a los choferes de la Línea Este de “hechos vandálicos” y decretó un paro por tiempo indeterminado al entender que “no están dadas las condiciones mínimas de seguridad”.
El secretario general del gremio a nivel local, Oscar Pedroza, jamás se solidarizó con los despedidos. Al explicar la medida, más que un sindicalista, parecía un representante de la patronal. Hasta le sugirió al Estado la necesidad de una acción violenta: “Hemos decidido dejar de prestar el servicio hasta que las autoridades retomen el control de la situación”.
Quienes sí respaldaron a los choferes fueron los concejales del bloque del Frente para la Victoria (FpV) Nacional y Popular, integrado por Florencia Saintout, Guillermo “Nano” Cara y Gastón Castagneto.
“El diálogo de Cambiemos es disponer de las fuerzas policiales en la cabecera de la Línea Este”, ironizó Cara, al acompañar la protesta, y le recordó al intendente Garro que “la Policía Local está para cuidar a los vecinos y no para defender a un empresario que no cumple la ley”.
(*) Publicada en el diario Contexto. Su autor es editor de AgePeBA.