El domingo próximo habrá balotaje presidencial en esa nación suramericana Una definición que supera cualquier frívolo escenario electoral y que sentenciará la suerte de un país que viene pidiendo a gritos, una serie de cambios estructurales.
Por Redacción ALA/ Este 6 de junio los peruanos elegirán en la segunda vuelta a un nuevo Presidente, el cual será el encargado de dirigir a una nación que puede repetir el pasado o trazarse nuevos desafíos y caminar hacía un proceso de más independencia económica y política, en el año que justamente se conmemora su bicentenario.
Tras las elecciones presidenciales del 11 de abril último, donde el candidato de Perú Libre, Pedro Castillo, alcanzó el 19,099% de los votos, seguido por la derechista Keiko Fujimori, de Fuerza Popular que cosechó el 13,368% de los sufragios, se llegó a un escenario electoral de segunda vuelta para definir quién será el próximo Jefe de Estado.
Luego de confirmarse los números de las elecciones y de establecer el día para la realización del balotaje, las danzas de las encuestadoras no tardaron en aparecer y publicar para dónde va dirigido el voto de los peruanos. Todas, coinciden en que el candidato de Perú Libre sigue en la delantera, pero que se redujo la distancia frente con Fujimori, sobre todo durante la última semana.
Aunque es imposible decir hoy quién resultará victorioso de la contiende electoral del domingo próximo, si podemos afirmar que de resultar triunfador el “profesor” Castillo (como así lo bautizaron sus seguidores) tendrá una interesante agenda a desplegar con una mayoría en el Parlamento, que lo blinda frente a un eventual pedido de vacancia, que ya se “comió” a varios (ex) mandatarios.
Dentro de las medidas más urgentes, se encuentra el llamado a una Asamblea Constituyente , que es un punto pedido por varios sectores de centro y de izquierda, para la redacción de una nueva Constitución.
La desigualdad y el combate de la pobreza estructural serán temas que Castillo prometió abordar de resultar electo Presidente, como así también darle solución a una complejísima situación sanitaria, que se encuentra en crisis mucho antes de la llegada del Coronavirus.
En lo que respecta a qué tipo de Estado construirá el “profesor”, todo indica que se respaldará en el reordenamiento del sistema político y enviará señales a la izquierda (como puede ser la nacionalización de algunos recursos naturales) que lo respaldó en el período entre las elecciones generales y el balotaje. Castillo, a la par, se verá obligado hacer pie en el movimiento campesino, como en los sectores más marginados de las ciudades y, a la vez, convencer a la clase media.
Uno de los aspectos menos abordados en la campaña electoral, pero que será clave en un hipotético gobierno de Castillo es la política exterior. En el mandato que le toque gobernar al “profesor”, éste convivirá con países de izquierda y progresistas como los son Alberto Fernández en Argentina; Luis Arce en Bolivia; Nicolás Maduro en Venezuela y con la posibilidad de resultar vencedor Daniel Jadue, en Chile.
De esta manera, en Sudamérica en particular, las posibilidades de una alianza estratégica para un desarrollo genuino, sostenible, inclusivo y compartido entre todas las naciones volvería a tomar impulso y el grupo de Lima, quedará reducido y sin uno de sus principales bastiones.
En el caso de que Fujimori resulte vencedora en la contienda electoral, todo indica que se desplegará fuertemente los bonos o programas sociales, para amigarse con los sectores populares, mientras que desregulará los mercados y la apertura de espacios de generación de rentas extraordinarias, quedarán para la siempre potente oligarquía criolla.
Como dato que no es menor, la candidata de Fuerza Popular y el resto de su familia se encuentran procesados por el lavado de activos y Keiko podría enfrentar una pena de hasta 30 años de cárcel, en el caso de que la Justicia conceda el pedido de pena pedido por la fiscalía.
En lo que respecta al papel del Estado y de su potencial administración, Fujimorí mantendrá un modelo económico, político y social como el de ahora, pero con más bonos o programas, por lo que no se dedicará a atacar a la pobreza, sino que a mantenerla.
La política exterior de la candidata de Fuerza Popular será igual que la actual, pero se buscará un rápido y aún más efectivo respaldo con Estados Unidos, ante la posibilidad de quedar en franca minoría en un continente donde retrocede la derecha. La casi seguro victoria de Luis Inacio “Lula” da Silva en Brasil y la incertidumbre que existe en Colombia, son apenas una muestra del retroceso de las administraciones vinculadas con Washington en la región.
Las potentes protestas registradas en noviembre del año pasado en las principales ciudades de todo el país, manifestaron cuales son las principales demandas de los jóvenes y de algunos movimientos sociales. Es tarea de Castillo tomar nota y legislar en caso de resultar vencedor, en el caso de querer construir un Perú diferente. Estas son algunos de los muy variados temas que se encuentran en la principal agenda de ambos candidatos a la presidencia; ahora sólo resta saber que determinará el soberano: continuidad neoliberal o escribir, una vez más, su propia historia.
Texto tomado de la Agencia Latinoamérica Avanza.