Hablar de “libertad de prensa” y de “derecho humano a la comunicación” son cuestiones bien distintas. El devenir histórico y las concepciones de la libertad de expresión según quiénes la enuncian, nos ha enseñado, individual y colectivamente que la comunicación es vital para nuestra existencia como personas humanas, de carácter indivisible a todo el conjunto de derechos que nos constituyen como seres humanos y que no puede limitarse a quienes emiten ideas y opiniones y menos aún a los “propietarios de medios”, como en forma distorsionada y parcial aún pretenden sostener los grandes conglomerados mediáticos.
Por Analía Elíades (*) / Abogamos por un derecho humano a la comunicación de titularidad universal, de todos/as/es y cada uno/a/e por nuestra sola condición de personas, con universalidad de soportes, contenidos, medios, formas, mensajes y modalidades. Por eso también ya es hora de dejar de decir “libertad de prensa” pues tal enunciación resulta limitativa del ejercicio de este derecho humano universal y parece solo poner el acento en los dueños de los medios de comunicación. Por cierto que el derecho humano a la comunicación comprende a la libertad de prensa, como una de sus manifestaciones básicas, pero es tan sólo una de las vastas e innumerables aristas que presenta la comunicación como expresión humana.
El 3 de mayo de cada año se conmemora el Día Mundial de la Libertad de Prensa, fecha fijada en base a la iniciativa de la Conferencia General de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), para recordar la Declaración de Windhoek, escrita en 1991 durante una conferencia de periodistas africanos realizada en Namibia. Allí se establecieron principios orientadores de la libertad de prensa aceptados internacionalmente.
En 1993 UNESCO solicitó que dicho día fuera establecido formalmente como una fecha para “fomentar la libertad de prensa en el mundo al reconocer que una prensa libre, pluralista e independiente es un componente esencial de toda democracia”. Quizá ya sea hora de cambiar este paradigma y consagrar el Día Mundial del Derecho a la Comunicación.
Cada año, para esta fecha, UNESCO convoca a un evento mundial para reflexionar sobre los distintos aspectos de la libertad de expresión en la actualidad. En esta ocasión, en este año 2021, la convocatoria se centra en abordar el concepto de “la información como un bien común” y según el comunicado oficial de dicho organismo, la idea es volver a las raíces y centrarse “en los problemas contemporáneos de la libertad de expresión, el acceso a la información y el rol de servicio público del periodismo en un ecosistema de las comunicaciones que ha cambiado». (1)
El objetivo de este año en particular en las actividades promovidas por el organismo especializado de la ONU es “es llamar la atención sobre el papel especial del periodismo en la producción de noticias como información verificada en el interés público, y sobre cómo esto depende de un ecosistema más amplio que habilita la información como bien común”.
No podemos dejar de tener en cuenta el contexto por el que estamos atravesando desde el año pasado con la pandemia de COVID-19. Ante ello, la UNESCO advierte: “La importancia de acceder libremente a una información fiable, sobre todo a través del periodismo, ha quedado demostrada con la pandemia de COVID-19: en momentos de crisis como este, la información puede ser una cuestión de vida o muerte. Esto ha sido especialmente cierto frente a la “desinfodemia” del COVID-19, una mezcla de información errónea y desinformación que se ha extendido por todo el mundo sembrando confusión, discordia y división. La falta de información y datos fiables a disposición del público ha creado un vacío para los contenidos potencialmente dañinos (incluido el discurso de odio) y las teorías conspirativas engañosas, en su mayoría difundidas en línea a través de modelos de negocios de Internet y actores que se aprovechan de estos”.
Desde la Universidad pública y particularmente desde esta Facultad de Periodismo y Comunicación Social abogamos por el ejercicio responsable del derecho a la comunicación, promoviendo un auténtico periodismo comprometido con el derecho humano a la vida y a la salud públicas y entendemos que la comunicación oficial de la Presidencia de la Nación que dice “Cuidarte es cuidarnos” sigue vigente, siendo ese un llamado individual y colectivo para que, con responsabilidad ciudadana seamos guardianes de los derechos humanos básicos que nos hacen personas en sociedad y con esa responsabilidad nos plantemos ante las informaciones distorsionadas, interesadas y despreciativas de la vida misma.
(1) https://en.unesco.org/sites/default/files/wpfd_2021_concept_note_es.pdf
(*) Abogada, Periodista y docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de laUNLP.