La Reserva Federal prepara su «bazuca» y provoca otro revuelo en Wall Street. Ha decidido reducir aún más su tasa de interés de referencia. Esta medida, adoptada con el objetivo de proteger la economía estadounidense frente a posibles riesgos, ha provocado otro revuelo en la bolsa de Nueva York.
Por Evgeny Gusev (*) / Ahora la tasa de interés de referencia de EEUU oscila entre el 0% y el 0,25%. Se trata de un porcentaje mínimo récord que no había sido registrado desde la crisis financiera del 2008 y que se había mantenido hasta diciembre del 2015. El ente también prometió invertir en bonos del Tesoro al menos 700.000 millones de dólares.
Por si fuera poco, la Reserva Federal planea cooperar con los bancos centrales de varios países para asegurarse de que el dólar estadounidense sea asequible en todo el mundo mediante las operaciones realizadas en las líneas swap. Una línea swap es un acuerdo entre dos bancos centrales que permite al regulador financiero de un país obtener liquidez en la moneda de otro que la emite. Usualmente este instrumento se utiliza en situaciones en las que se registra una caída grave de la liquidez en el sistema financiero internacional.
«El mantra de la Reserva Federal ha llegado rápido y agresivo, y esto es lo mejor que podrían haber hecho», comentó a Bloomberg Diane Swonk, principal economista de Grant Thornton, una de las mayores organizaciones mundiales especializadas en servicios profesionales de auditoría.
Este movimiento tan drástico no es el primer intento de la Reserva Federal por apoyar últimamente la economía estadounidense. El 12 de marzo el ente buscó aliviar la tensión en el mercado de bonos y para ello inyectó masivamente liquidez. Precisamente esta medida de expansión cuantitativa la Reserva Federal la empleó durante la anterior crisis financiera.
Dicho movimiento se ejecutó menos de dos semanas después de que el principal regulador financiero cortase medio punto porcentual sus tasas de interés para reducir el nerviosismo de los inversores. Sin embargo, no ha conseguido su objetivo debido a que la medida se adoptó a la vez que otros actores políticos daban sus pasos. Como consecuencia, las bolsas llegaron a desplomarse un 3%.
Como resultado, las nuevas medidas condujeron a que el S&P 500 —uno de los índices bursátiles más importantes de EEUU— se hundiese un 8%. A su vez, el Dow Jones se desplomó un 9,7% y el Nasdaq perdió un 6% de su valor. De esta manera los inversores respondieron a las extremas medidas económicas adoptadas por el principal regulador financiero del país en el marco de la llamada expansión cuantitativa.
Si bien Wall Street ha reaccionado con el desplome del S&P 500, las nuevas decisiones han sido una buena noticia para quienes invierten en oro. El precio del metal dorado subió un 3%, situándose en 1.575 dólares por onza en la bolsa de Singapur.
«En circunstancias normales, una gran respuesta política como esta pone el suelo bajo los activos de riesgo y apoya la recuperación. Sin embargo, el crecimiento del shock se vuelve exponencial y los mercados razonablemente cuestionan qué más puede hacer esta política monetaria y descuentan su eficacia para mitigar los riesgos inducidos por el coronavirus», escribió Jason Daw, estratega del conglomerado financiero Société Générale.
Estos cambios en los mercados contribuyeron a que los analistas de la agencia Bloomberg comparasen la actual política monetaria, adoptada por la Reserva Federal, con una «bazuca».
La propagación del brote de coronavirus amenaza con dañar los negocios de EEUU, lo que debilitará el crecimiento económico del país en el segundo trimestre del 2020, comunicó el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, resaltando la importancia y la urgencia de las nuevas medidas.
«Lo único que puede hacer la política fiscal es llegar directamente a las industrias y a los trabajadores afectados. Sabemos que el virus seguirá su curso y que la economía de EEUU se recuperará hasta el nivel normal de su actividad. Mientras tanto, la Reserva Federal continuará utilizando sus herramientas para apoyar el flujo de crédito», aseveró Powell.
La reacción del presidente estadounidense, Donald Trump, no se hizo esperar. El 14 de marzo criticó al principal regulador financiero por no haber bajado las tasas de interés más rápido. Por ello, el mandatario dio la bienvenida a la política económica tomada por Powell.
«Esto me hace muy feliz y quiero felicitar a la Reserva Federal. Es un paso grande y estoy muy feliz por lo que hizo», recalcó.
Previamente Trump había exhortado a que los ciudadanos estadounidenses comprasen menos productos, dado que los minoristas apenas alcanzan a suministrar alimentos a las tiendas. Los consumidores invadieron los supermercados y vaciaron los estantes de papel higiénico, de toallas y de desinfectantes después de que el número de infectados por el coronavirus en EEUU fuese superior a 3.000 personas.
«No hay necesidad de que la gente haga acopio de alimentos esenciales. No tienen que comprar tales cantidades porque es difícil reabastecer las tiendas. Relájense. Lo estamos llevando bien. Todo pasará», recalcó Trump tras celebrar una conferencia con varios productores de alimentos.
(*) Tomado de Sputnik News.