El Pejerrey Empedernido, es decir el heterónimo del director de esta página – se supone que después de empedirnarse neologísticamente un par de tubos – se puso a cantar como Rita Pavone, pero lo que en realidad les quiere contar es que si no pueden comer ostras, las sardinas bien preparadas podrían saber de lujo. Aunque lo que en realidad propone es que los de abajo morfen como los de arriba, y lo que es peor, que a los de arriba de les acabe la joda.
Ojo con lo que anda publicando mi amigo Ducrot en ese conventillo de literales y exaltados que se hace llamar redes sociales, y sobre todo cuando me manda al frente a mí con algunos de sus carteles que, dice él, son palabras de El Pejerrey Empedernido. Por ahora todo bien porque vengo en un acuerdo papusa blues and rhythm, qué digo, si hasta le canto de alegría aquello de la maravillosa tana Rita Pavone, que sonaba: viva la paaaaa pappa col po-po-po-po-po-po-pomodoro. Ah viva la paaaaa pappa…Che è un capo po-po-po-po lavoro…La storia del passato ormai ce l´ha insegnato, che un popolo affamato fa la rivoluzion…Ragion per cui affamati abbiamo combatutto; perciò buon appetito facciamo colazion…La pancia che borbotta è causa del complottto, è causa della lotta: abbasso il direttor …La zuppa ormai l´è cotta e noi cantiamo tutti …Vogliamo detto fatto la pappa al pomodoro…¡Esa, se las zampe en ítalo cocoliche parlante!, como lo es buena parte de nuestra cocina de las ciudades puertos y alrededores, y espero haberla embocado, porque los Peje somos políglotas pero no tanto. Les decía que por ahora de acuerdo con las letras que el tal Ducrot me adjudica, como ser la que sigue y fue de días pasados: los precios de la comida no se detienen. En los barrios de la ciudad de Buenos Aires, de Almagro al sur, nada de Recoleta, Norte, Palermo y otros debute; y en comercios varios, incluidos “chinos”, no en supermercados dominantes, las carnes de vaca (cortes no finolis), pollo y pescados, los lácteos, aceites y frutas y verduras (no estacionales), en promedio han aumentado un veinte por ciento en las últimas dos semanas…Y puedo agregar que, conforme a chimentos pero serios más que serios que uno va recogiendo a la vera de ríos, mares y lagunas, lo mismo o muy parecido sucede por otras comarcas urbanas de esta República que más que reperfilada viene hecha goma desde hace algunos añitos. Toda esta perorata porque de charla en estos días por radio con amiguísimos capos del micrófono, algunos me preguntaron oiga don Pejerrey qué se puede cocinar para comer rico y barato entre nosotros, los sufridos argentos de laburo. Misión imposible, reaccioné de una, aunque luego pensé, por qué esa resignación, acaso estamos condenados por una fuerza mágica a aceptar que a nosotros sólo nos queda salir del hambre de millones. No, de ninguna manera, lo nuestro debe ser, a continuación de las ciertas urgencias y en lo que está haciendo de una y para abajo lo bancamos al tío Beto, qué no se interpreta al vesre, lo nuestro debe ser, otra vez, que lo cantado los gaitas de la guerra civil, qué los pobres coman pan y los ricos mierda mierda, sea realidad; o, para ser más educaditos, que el festín, el goce – no la mera alimentación -, sea para todos o no sea para ninguno, tal cual en clave del Río de la Plata lo tocaron y entonaron, en 1928, Enrique Delfino y letra de Manuel Romero en el tango intitulado “Se viene la maroma”, y cáchenla que se los mando debute, pues esta semana estamos de afanos letrosos y en un rato una receta: cachorro de bacán, andá achicando el tren; los ricos hoy están al borde del sartén. El vento del cobán, el auto y la mansión, bien pronto rajarán por un escotillón. Parece que está lista y ha rumbiao la bronca comunista pa’ este lao; tendrás que laburar pa’ morfar. ¡Lo que te van a gozar! Pedazo de haragán, bacán sin profesión; bien pronto te verán chivudo y sin colchón. ¡Ya está! ¡Llegó! ¡No hay más que hablar! Se viene la maroma sovietista. Los orres ya están hartos de morfar salame y pan y hoy quieren morfar ostras con sauternes y champán. Aquí ni Dios se va a piantar el día del reparto a la romana y hasta tendrás que entregar a tu hermana para la comunidad. Y vos que amarrocás vintén sobre vintén, la plata que ganás robando en tu almacén. Y vos que la gozás y hacés el parisién, y sólo te tragás el morfi de otros cien.¡Pa’ todos habrá goma, no hay cuidao…! Se viene la maroma pa’ este lao; el pato empezará a dominar…¡cómo lo vamo’ a gozar! Pedazo de haragán, bacán sin profesión; bien pronto te verán mangando pa’l buyón. ¡Qué tul! Reitero, como en el título: los ores ya estamos hartos de morfar salame y pan y hoy queremos morfar ostras con sautores y champán, pues de eso se trata, basta de menú es para zafar, los ores queremos comer de prima, porque ese es nuestro derecho; pero mientras tanto y para seguirla con lo de la charla con los amigos del micrófono acerca del yante en los tiempos que corren, aquí les mando otro de los letrerillos que Ducrot estampó para sus amigos del beisbol y dice que me pertenece (y lo banco): la cocina tiene origen popular, nace en la pobreza y de los haceros femeninos; surge del agua, de la tierra y los aíres, porque es de los campesinos y los pescadores, y es maestra de ingenios y divertimentos…En tiempos no tan remotos, los laburantes sicilianos que no podían disfrutar de un cierto manjar de ricos muy codiciado, el Becafigo, un pájaro pequeño, la curruca mosquitera, que se alimenta morfando higos silvestres, se treparon a la siguiente pirueta de hornos y fogones: inventaron las Sardinas Becafigo, porque, como sabemos, mis primos y primas del Mediterráneo siempre estuvieron en abundancias para las mesas del pueblo…Limpia las sardinas frescas y afuera espinazo y testa; las secas y les recostáis abiertas panza para arriba en marinada de agua y vinagre durante una hora…Tostáis migas de pan, abundantes, y las mezclas luego con aceite de oliva…En un cuenco, hablad bien en castizo che que no cuesta nada, haches un mejunje con pasas de uva, jugo de naranja y limón; sal y pimienta…Cubrís con ello a las sardinas y las enroscas como a un niño envuelto, que le dicen…La dispones dentro de una asadera un algo aceitada, con hojas de laurel entre una y otra, y dejas que le lluevan las migas de pan tostadas, un beso de aceite de oliva y otro más con los jugos de la naranja y el limón que supiste reservar…Al horno no más de seis o siete minutos, un ay de mí con picaduras de perejil y piñones o nueces, pues los primeros caros son, después …Y a tu salud, y a la de tu amada o amado; si con blanco recontra frío mejor, que por mi parte y parafraseando a Ducrot, a mi escritora preferida, que es humana y no pescada, le dedico el platillo. Eso sí, tratad de dejarnos a solas que el comer y el beber también susurran acerca de intimidades.
Texto tomado del sitio Socompa. El autor es doctor en Comunicación por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Profesor titular de Historia del Siglo XX (Cátedra II) en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la misma UNLP, en la que también tiene a su cargo seminarios de posgrado sobre Intencionalidad Editorial (Un modelo teórico y práctico para la producción y el análisis de contenidos mediáticos) y la cátedra Análisis y Producción Crítica de Narrativas sobre Delito y Violencia, en la maestría Comunicación y Criminología Mediática. Es director de la página AgePeBA.