La nueva directiva de la Asamblea Nacional (AN) en desacato, encabezada por Luis Parra, permitirá rescatar el orden constitucional del órgano legislativo, aseguró hoy el jefe del Bloque de la Patria, Francisco Torrealba. Argentina decidió no sumarse al comunicado que lanzó el Grupo de Lima encabezado por Estados Unidos, que condenó «el uso de la fuerza por el régimen dictatorial de Nicolás Maduro para impedir que los diputados de la Asamblea Nacional puedan acceder libremente a la sesión».
Así informa la agencia Prensa Latina: ‘Con esta directiva tendremos la oportunidad de abordar el camino de la reinstitucionalización del Parlamento y trabajar en la elección del Consejo Nacional Electoral para brindar al pueblo las condiciones necesarias de cara a la elección de los diputados de la AN’, expresó Torrealba.
Tras la ausencia del dirigente opositor Juan Guaidó ?extitular de la AN- en el hemiciclo protocolar para la elección de la nueva directiva, el parlamentario por el Bloque de la Patria afirmó que este hecho fue inusual pero previsible, pues Guaidó no tenía los votos para ser reelecto.
Agregó que esta es la primera vez que un presidente de la AN saliente, el cual esperaba su reelección, no se presenta; ‘este acto es la evidencia de la fractura existente en la oposición’, enfatizó.
Destacó a su vez que los miembros de la nueva directiva aún son opositores, no obstante, responden a los intereses del país y no reciben órdenes del Gobierno de Estados Unidos, por lo cual manifestó que este parlamento se emprende hacia una nueva etapa.
Ante la ausencia de Guaidó y en cumplimiento con lo establecido en el Reglamento de Interior y Debates de la AN, se juramentó la víspera la nueva directiva del organismo, elección que contó con el quórum necesario y con la participación de diputados opositores como Stalin González.
Encabezada por Luis Parra, del partido Primero Justicia como presidente; Franklin Duarte (Comité de Organización Política Electoral Independiente), primer vicepresidente de la AN y José Gregorio Noriega (Voluntad Popular), segundo vicepresidente, la directiva recibió el respaldo de 81 votos de los 150 diputados presentes, de los cuales 30 pertenecen a la oposición del país.
Luego de su juramentación, Parra -quien convocó para mañana a la primera sesión del órgano- denunció las trabas impuestas por el presidente saliente, Guaidó para realizar las elecciones, por no alcanzar los votos necesarios para ser reelegido.
Mientras tanto, el recién juramentado como segundo vicepresidente de la AN, Noriega, aseguró que la nueva directiva realizará una gestión sin tutelajes, al servicio de los venezolanos.
Precisó al respecto que es momento de reconciliar al pueblo de la nación sudamericana y evitar actos violentos o confrontaciones para solucionar los verdaderos conflictos que urgen atender en el país.
Por su parte, el primer vicepresidente del Parlamento, Duarte, llamó al diálogo y a la unidad nacional para solventar la situación que vive Venezuela en materia económica, producto del bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por el Gobierno de Estados Unidos.
Desde Caracas, el diario Página 12 consigna lo siguiente.
La Asamblea Nacional (AN) de Venezuela tiene una nueva junta directiva. Juan Guaidó, quien había asumido el año pasado en esta misma fecha, ya no es el presidente del Poder Legislativo. En su lugar fue elegido este domingo otro diputado de la oposición para el período 2020-2021: Luis Parra, del partido Primero Justicia.
Ese giro ocurrido en horas de la tarde, fue seguido por otro, aún más inesperado en la noche: los diputados de la derecha que no reconocieron la elección de Parra realizaron una sesión en la sede del periódico El Nacional donde ratificaron a Guaidó al frente del Legislativo.
El domingo terminó así con dos presidentes de AN, uno desde la sede del Palacio Legislativo y otro desde la sede de un medio de comunicación opositor al gobierno. La fractura de la oposición, que venía agrandándose en la AN debido a las acusaciones mutuas de corrupción, devino en un escenario de impredescibles consecuencias.
El resultado del domingo 5 de enero en la AN legalmente convocada era predecible. Se sabía, con anterioridad, acerca de la existencia de dos propuestas de junta directiva: una encabezada por Guaidó, y otra por un sector de la oposición que había manifestado su desacuerdo con la coalición de Guaidó en los últimos meses.
Ese escenario tenía la incertidumbre acerca de quien lograría la mayoría de votos necesarios, y se especulaba que el sector de Parra contaría con el apoyo -como finalmente sucedió- de los votos del bloque de parlamentarios del chavismo.
La jornada se vio además marcada por la denuncia que realizó Guaidó desde las calles cercanas al Palacio, donde afirmó que el operativo de seguridad le impedía entrar a la sesión para presidirla y ganar con la mayoría que aseguró tener. Junto a él se encontraban otros diputados, algunos de los cuales inhabilitados por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
Esa versión fue desmentida tanto por los parlamentarios del chavismo, así como, por ejemplo, por Luis Parra y el diputado opositor José Britto, quienes aseguraron que Guaidó no ingresó a la sesión en vista de que sabía que no lograría los votos suficientes. Guaidó habría optado por mostrarse impedido de ingresar al recinto y así no perder la presidencia por los votos.
Ante la ausencia de Guaidó para dirigir la sesión, asumió la dirección el diputado más antiguo de la AN, Héctor Agüero, para presentar la propuesta de la lista encabezada por Parra, que obtuvo los votos necesarios.
“Treinta diputados de las regiones que nos cansamos del secuestro, que queremos abrirle un camino a la despolarización del país, dejamos claro cuál era nuestro planteamiento, presentamos nuestra alternativa, se dio una votación por aproximadamente 150 diputados que están registrados en cámara”, afirmó Parra luego de su elección al frente de la AN.
El gobierno norteamericano se pronunció rápidamente a través de Mickael Kozak, subsecretario adjunto de la oficina de asuntos del hemisferio occidental del Departamento de Estado, y calificó la sesión como de “farsa” y aseguró que Guaidó seguía siendo el “presidente interino de Venezuela”.
Ese reconocimiento fue una luz verde para que Guaidó y el bloque político que lo acompaña iniciaran la sesión en la sede del periódico opositor El Nacional. Al ser ratificado en esa instancia paralela, el gobierno norteamericano puede mantener su reconocimiento a Guaidó como presidente encargado del país.
¿Qué hará la AN que dice presidir Guaidó desde fuera del hemiciclo? No sería la primera vez que la oposición busca crear una institución paralela, como el caso del denominado TSJ “en el exilio”, formado en el 2017 y, desde entonces, fuera del país y, sobre todo, fuera de los debates de la gente. La AN paralela corre el riesgo de quedar en el olvido en caso de no realizar acciones de envergadura en tiempos breves.
Preguntarse por Guaidó significa anticipar qué buscará hacer el gobierno norteamericano que, hasta el momento, ha realizado cálculos errados: Guaidó nunca construyó un esbozo de gobierno paralelo, su capacidad de movilización tuvo su último fracaso en el mes de noviembre, y la oposición se fracturó sin retorno, por el momento, a la unidad.
Esa pregunta por Estados Unidos (EEUU) lleva a analizar el escenario norteamericano, donde Trump, enfrentado a un juicio político, cuenta con el apoyo de su partido que lo defenderá en el Senado y en las urnas del 2020, pero ese respaldo se ha traducido en la mayor apertura interna a los sectores neoconservadores.
Lo sucedido el domingo, calificado mediáticamente como un golpe de Estado en el parlamento, puede ser una oportunidad para justificar un nuevo escalón en el ataque contra el gobierno venezolano y el proceso político que encabeza.
Los próximos pasos a esperar serán los anuncios de la AN presidida por Guaidó, las medidas públicas y operaciones encubiertas que tomará EE.UU., y la convocatoria a las próximas elecciones legislativas que, en vista de los acontecimientos, no serán reconocidas por el gobierno norteamericano y, en consecuencia, por quienes han creado una AN paralela.
En tanto, la Cancillería argentina cuestionó la forma en la que se realizó esa sesión, a la que no ingresaron ni Guaidó ni la mayoría de los legisladores de su sector. «El resguardo de la independencia de los poderes y de las inmunidades de los parlamentarios son condiciones indispensables para el normal funcionamiento del sistema democrático», sostiene el texto oficial.
Argentina decidió no sumarse al comunicado que lanzó el Grupo de Lima encabezado por Estados Unidos, que condenó «el uso de la fuerza por el régimen dictatorial de Nicolás Maduro para impedir que los diputados de la Asamblea Nacional puedan acceder libremente a la sesión».
El comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores argentino expresa su rechazo a «los episodios registrados en el día de la fecha en la República Bolivariana de Venezuela» y afirma: «Resultan inadmisibles para la convivencia democrática los actos de hostigamiento padecidos por diputados, periodistas y miembros del cuerpo diplomático al momento de procurar ingresar al recinto de la Asamblea Nacional, para elegir a las nuevas autoridades de su junta directiva».
El canciller Felipe Solá agregó en su cuenta de Twitter que «el Gobierno argentino viene intentando por todos los medios que el diálogo y los acuerdos sean el camino para la plena recuperación del funcionamiento democrático de la República Bolivariana de Venezuela». Y al rechazar la forma en la que sesionó el Parlamento planteó que «impedir por la fuerza el funcionamiento de la Asamblea Legislativa es condenarse al aislamiento internacional».
«Un nuevo obstáculo para el pleno funcionamiento del Estado de Derecho»
El comunicado de la Cancillería afirma que lo ocurrido este domingo es «un nuevo obstáculo para el pleno funcionamiento del Estado de Derecho, condición esencial para permitir encaminar una salida transparente a la situación que hoy vive el pueblo venezolano».
La cartera que conduce Felipe Solá llamó a «recuperar el diálogo entre las fuerzas políticas de Venezuela en un marco de pleno respeto de las libertades y los mecanismos institucionales». Afirma que ese es «el objetivo al que busca propender el Gobierno argentino, para aliviar el padecimiento de millones de venezolanos dentro y fuera del país».
Tras remarcar que la Argentina no pretende involucrarse en la situación interna de otros países, la Cancillería insta «a todos los partidos representados en la Asamblea a reencausar el proceso de elección de sus autoridades en el pleno respeto de las reglas constitucionalmente establecidas».
«El Gobierno argentino también hace un llamado a las democracias del mundo a que ayuden a facilitar ese proceso de diálogo para que Venezuela pueda recuperar a la brevedad la normalidad democrática que históricamente ha caracterizado a ese país», plantea el comunicado.