“La administración de Trump continuará apoyando a los países en su derecho de prevenir que países como Cuba o Venezuela se apropien de las protestas”, dijo Mike Pompeo, en tono de amenaza, en referencia a la postura que Estados Unidos tomará frente a los levantamientos populares que vienen teniendo lugar en Chile, Colombia, Ecuador y en Bolivia tras el golpe de estado a Evo Morales. En paralelo, la Casa Blanca adopta el restablecimiento de aranceles a la importación de acero y aluminio para Argentina y Brasil y obtiene un aliado en contra de Nicolás Maduro con el triunfo de Lacalle Pou en Uruguay y el posterior anuncio de éste de abandonar el Mecanismo de Montevideo.
Por Vicky Castiglia / “Hemos visto protestas en varias naciones: en Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador. Estas protestas reflejan el carácter de gobiernos legítimos y democráticos, y la expresión democrática dentro de estos países”, dijo el secretario de Estado, Mike Pompeo, este lunes en la Universidad de Louisville, en el estado de Kentucky. En esa línea agregó que “la administración Trump continuará apoyando a los países en su derecho de prevenir que países como Cuba o Venezuela se apropien de estas protestas” y que trabajarán “con gobiernos legítimos para prevenir que las protestas desemboquen en revueltas y violencia que no reflejen la posición democrática de las personas”. “También estaremos alertas”, advirtió.
Estas declaraciones, reportadas por el portal RT, se dan en el marco de los levantamientos populares contra las políticas económicas neoliberales en Chile y Colombia, además de los registrados en octubre pasado en Ecuador; países cuyos gobiernos son aliados de EE.UU. Además, miles de personas han protestado en Bolivia las últimas semanas contra el gobierno de facto de la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez, a quien EE.UU. reconoció como mandataria interina de ese país, y quien asumió el poder tras el golpe de Estado contra el presidente Evo Morales.
Es decir, a pesar de que las manifestaciones en Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador han estado plagadas de denuncias de represión y en todas se han registrado muertos, para Pompeo se trata de gobiernos democráticos legítimos», a diferencia de aquellos países que “incitan a la violencia y disturbios en estos territorios”, en referencia Cuba y Estados Unidos. “Los dichos de Pompeo concuerdan con las acciones que ha tomado EE.UU. en el último año en la región. Washington ha respaldado a los autoproclamados presidentes de Bolivia y Venezuela, Áñez y Juan Guaidó, respectivamente; mientras, ha desestimado los levantamientos populares en Ecuador, Chile y Colombia, al hablar de ello, se refiere a ´sublevaciones´ o ´acciones violentas´”, advierte RT.
Las declaraciones de Pompeo se dan en un momento en el que, en lo que refiere específicamente a su avanzada contra el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, la Casa Blanca parece haber ganado un nuevo aliado. Se trata del caso de Uruguay, donde el electo presidente, el ultraconservador Luis Lacalle Pou, acaba de anunciar el abandono de ese país del Mecanismo de Montevideo, una iniciativa impulsada por Tabaré Vázquez y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador para promover el diálogo y buscar una salida consensuada en Venezuela (que difería del Grupo de Lima, más alineado a los intereses estadounidenses),
“Uruguay no va a seguir integrando el Mecanismo de Montevideo. Nosotros tenemos una concepción general sobre la superabundancia de estrados internacionales. La superpoblación de grupos a nosotros no nos convence, y menos cuando tiene una gran afinidad ideológica. No hay que viajar por viajar”, adelantó este lunes el mandatario electo y agregó: “Nosotros vamos a claramente condenar la dictadura de Nicolás Maduro en todos los estrados”.
Los intentos de avance de la derecha en América Latina con aval de Washington han sido más que evidente en el mediano plazo, primero a través de las urnas como los casos de Jair Bolsonaro (Brasil) y de Mauricio Macri, quien llegó a la presidencia de Argentina con la bendición de Trump y la abandona dejando un país sumido en la pobreza y con una deuda de u$s57 mil millones con el Fondo Monetario Internacional, organismo del que Estados Unidos es el principal accionista. Otra gestión que apostó por el endeudamiento fue la de Lenin Moreno, lo que desencantó en manifestaciones populares en Quito el pasado mes de octubre, cuando se anunció la eliminación del subsidio a los combustibles. Es justamente el de Moreno uno de los gobiernos que Pompeo respaldó este lunes.
En el plano discursivo, el argumento de los Estados Unidos de culpar a Venezuela y Cuba por los levantamientos, no es nuevo. Cuando se iniciaron las protestas en Chile, Trump culpó a la “influencia extranjeras» y declaró su apoyo al gobierno de derecha de Sebastián Piñera. En el caso de Bolivia, tras el golpe a Morales, Washington reconoció inmediatamente a Jeanine Áñez como presidenta. Fue, de hecho, el mismo Pompeo quien señaló: «Estados Unidos aplaude a la senadora boliviana Jeanine Áñez por tomar posesión como presidenta interina para guiar a la nación en esta transición democrática, bajo la Constitución de Bolivia».
Pero en el caso boliviano, la cuestión también marcada por el aval al golpe que llegó desde la Casa Blanca a las Fuerzas Armadas. Tal como publicó esta agencia el pasado 22 de noviembre, “el comandante de las fuerzas armadas de ese país, Williams Kaliman, aunque parece haber fingido lealtad a Morales a lo largo de los años, sus verdaderos colores se mostraron tan pronto llegó la oportunidad. No solo fue un actor en el golpe, sino que tiene su propia historia en Washington, donde se desempeñó brevemente como agregado militar de la embajada de Bolivia en la capital estadounidense. Kaliman estaba en la cima de la estructura de comando militar y policial que ha sido cultivada sustancialmente por los EEUU a través de WHINSEC, la escuela de entrenamiento militar en Fort Benning, Georgia, conocida en el pasado como la Escuela de las Américas. El propio Kaliman asistió a un curso llamado “Comando y Estado Mayor” en 2003.Al menos seis de los conspiradores golpistas clave eran ex alumnos de la tristemente célebre Escuela de las Américas, mientras que Kaliman y otra figura sirvieron en el pasado como agregados militares y policiales de Bolivia en Washington.”
Aranceles a Brasil y Argentina
Como si la estrategia política y militar para con la región no bastara, es necesario sumar el condimento económico. Tal como informó Página12, El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que volverá a imponer aranceles contra el aluminio y el acero que se exportan desde Argentina y Brasil. La desagradable novedad fue comunicada a través de su cuenta en Twitter, en donde señaló que la medida es en respuesta a las “masivas devaluaciones” de las monedas en estos dos países. “Esto no es bueno para nuestros agricultores y fabricantes, a los que se les hace muy difícil exportar”, escribió el mandatario en las redes sociales. Sin embargo, analistas económicos consideran que detrás de esta justificación relacionada al tipo de cambio hay razones geopolíticas, en la misma semana que se realiza la Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, a ocho días del cambio de Gobierno en Argentina y en un contexto de acercamiento del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, con China.
La medida de corte comercial, también responde al intento de sostener la injerencia estadounidense en el continente. En ese sentido, Sebastián Maril, CEO de Finguru y especialista en política económica norteamericana, manifestó al matutino porteño que, contrariamente al argumento de la Casa Blanca, la medida busca en realidad “busca marcarle la cancha” a Alberto Fernández por un lado, tras la salida de Macri, con quien Trump mantenía fluídas relaciones y, por otro lado, “está decepcionado con el discurso de su mejor amigo Bolsonaro tras la cumbre con Xi Jinping (mandatario de China)”.
“En las importaciones de Estados Unidos de la categoría “hierro y acero”, Brasil tiene una gran importancia. Ocupa el segundo lugar, después de Canadá, y representa el 10 por ciento de las importaciones de esa categoría. En cambio, en la categoría aluminio Argentina tiene mayor relevancia que Brasil, aunque está lejos de ser significativa para Estados Unidos. Sólo el 2 por ciento de las importaciones de aluminio de Estados Unidos proviene de Argentina, según datos de 2017. Sin embargo, si se observa desde el lado de las exportaciones argentinas, Estados Unidos es un mercado de relevancia para la economía local. Según la misma fuente, en la categoría aluminio el 60 por ciento de las exportaciones van hacia Estados Unidos. Y en “hierro y acero”, el 9 por ciento. Según el último dato del Indec para octubre de este año, Estados Unidos es junto con China y Brasil uno de los principales socios comerciales”, advirtió el me