La intención opositora de imponer una (contra) revolución de colores en Bolivia fue denunciada el 12 de octubre por el presidente Evo Morales en su discurso de cierre de campaña en Potosí.
Por Jorge Petinaud Martínez (*) / ‘Algunos grupos qué están diciendo: si gana Evo vamos a desconocer (su triunfo), si gana Evo ya tienen planificado, quiero que sepan, quieren hacer un golpe de Estado’, aseguró el mandatario.
En medio de un paro convocado por el denominado Comité Cívico Potosino (Comcipo) en vísperas de las elecciones generales y coincidente con cabildos realizados en Santa Cruz, Cochabamba y La Paz, cuyas demandas coinciden con las de la oposición política, Morales explicó que esos ‘grupos golpistas’ hablan de democracia y acusan de dictadura al gobierno.
Durante el acto transmitido por el canal estatal Bolivia TV, se observó un grupo de provocadores que intentaron subir a la tarima y fueron frenados, ante lo cual el mandatario llamó a sus correligionarios a mantener la calma y no caer en provocaciones.
Un comunicado del Movimiento al Socialismo (MAS) lamentó y condenó las agresiones físicas y violentas que grupos de choque de Comcipo, afín a Comunidad Ciudadana, contra sus simpatizantes.
‘Al atentar contra la humanidad e integridad física de nuestros compañeros -precisa el texto-, los agresores violentaron la convivencia pacífica imprescindible para que los ciudadanos ejerzan su derecho democrático al voto’.
El documento expresa firme rechazo a las muestras de racismo de los integrantes de esa tropa de choque y exhorta a los medios de comunicación a no dejarse llevar por la manipulación y la desinformación de políticos que buscan ‘con la convulsión y la violencia lo que saben que perderán con el voto del soberano’.
Concluye el escrito con un llamado a que la militancia del MAS no caiga en las provocaciones de esos sectores que pretenden alterar el normal desenvolvimiento del proceso electoral.
El presidente Morales, en tanto, advirtió incluso en su discurso que sectores de la oposición buscan que se produzca una muerte para culpar al gobierno, y subrayó que la derecha quiere impedir la industrialización de Potosí.
La publicación boliviana Primera Línea, por su parte, denunció que el asesor jurídico de Comcipo, el economista Juan Carlos Zuleta, participa activamente de la Comisión Nacional del Litio de Chile desde 2014.
Asimismo, lo menciona como íntimo compañero de Samuel Doria, aliado del candidato a la presidencia por Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, desde los tiempos en que estudiaban Economía en la Universidad Católica de Bolivia.
Según la fuente, este autor de muchos artículos en contra del proyecto estatal de industrialización que lleva a cabo la empresa Yacimientos del Litio Bolivianos, tiene partición activa dentro de la Comisión Nacional de ese mineral de Chile.
Primera Línea lo califica de agente que trabaja para el gobierno chileno en sus planes de boicotear esta esfera del desarrollo boliviano.
La publicación denuncia que actúa en Potosí por instrucciones de Saúl Lara, exministro del gobierno que presidió Carlos Mesa.
En el acto en que estuvo acompañado por el vicepresidente Álvaro García Linera y otras autoridades del partido gobernante, Morales aludió a las resoluciones de los cabildos de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz, que coincidentemente plantearon ideas orientadas hacia la desobediencia civil en caso de un triunfo del binomio del MAS.
En Cochabamba se habló, incluso, de acudir a las Fuerzas Armadas, la Policía y la población para separar del poder al mandatario.
Mientras la concurrencia lo vitoreaba exclamando su nombre, el jefe de Estado comentó que se trata de pequeños grupos, y como contraste refirió que junto a él estaba el pueblo boliviano, el potosino, mineros, indígenas, profesionales, intelectuales y juventudes para defender el proceso de cambio.
Recordó Morales que de acuerdo con todas las encuestas, el Movimiento al Socialismo ganará los comicios sin necesidad de una segunda vuelta.
Desde el punto de vista de la injerencia foránea, el semanario de análisis político La época alertó recientemente sobre la presencia en el departamento de Santa Cruz de un equipo de expertos civiles y militares encabezados por George Eli Birnbaun, consultor político norteamericano, con trabajos realizados en el Senado de Washington.
En su expediente, añade el semanario, constan misiones cumplidas con éxito en más de 15 oportunidades en los cinco continentes, por lo cual llegó a ser jefe de gabinete del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, además de trabajar con Arthur Finkestein, diseñador de estrategias para los republicanos en Estados Unidos.
Birnbaun también dirigió el equipo de campaña política de Martha Lucía Ramírez, vicepresidenta de Colombia, a favor de quien aplicó la estrategia de las falsas noticias, concluye La época.
Según diversas fuentes, Estados Unidos propone la utilización de Cambridge Analytica y a su exasesor de campaña Steve Bannon, expertos en manipulación de la población, para inducir el voto, estrategia que funcionó en las elecciones del presidente estadounidense, Donald Trump, y del brasileño Jair Bolsonaro.
También Washington y sus seguidores de la oposición realizan influencia digital fundamentalmente en la población de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, urbes que representan el 69 por ciento del padrón electoral, añaden esos reportes.
Menos solapada fue la actuación del embajador de Alemania en Bolivia, Stefan Duppel, quien se sumó con declaraciones a quienes dudan de la limpieza del proceso comicial en el país suramericano.
‘A mí me preocupa el día después de las elecciones. ¿Están todos de acuerdo en que esos resultados son limpios? Yo creo que hay mucha desconfianza en general en elecciones’, expresó el representante diplomático.
Con esas palabras, Duppel echó más leña al fuego opositor en el objetivo de desconocer los resultados de unos comicios que, según todas las encuestas, darían a Morales una victoria en primera vuelta.
(*) Corresponsal jefe de la agencia Prensa Latina en Bolivia.