Acerca de la presentación de su libro, una recopilación crítica o ensayística de la palabra pública en tiempos de vandalismo neoliberal. El académico Carlos Ciappina, entre los cuadros intelectuales más destacados de la Facultad Periodismo y Comunicación Social de La UNLP, presentó su libro Bestiarum Vocabulum en el Centro Cultural Padre Mugica, de San Telmo, y tuve el honor de acompañarlo. Lo que sigue es una síntesis de la ideas que provocó en mí su lectura y compartimos el jueves pasado con colegas y amigos que acompañaron al admirable profesor de Historia de América Latina de nuestra Facultad.
Por Víctor Ego Ducrot (*) El libro propone a su lectores un meticuloso recorrido por lo más desgarrador del bestiario semántico de un proceso político que agrede al conjunto de la sociedad argentina desde diciembre de 2015, y su autor, Carlos Ciappina, doctor en Comunicación por la UNLP y académico proveniente del campo de la Historia, sintetiza con maestría ese diálogo de saberes y de prácticas. Por cierto tan a propósito ellas de lo que enseñaba el genial cubano Alejo Carpentier en “El periodista: un cronista de su tiempo”, en ocasión de dirigirse a un congreso de colegas, en La Habana, a mediados de la pasada década del ’70, como así también otro libro, “La Historia y el oficio de historiador” (Imagen Contemporánea, La Habana, 2002), obra de un colectivo de autores franceses, quizá entre los mejores herederos de la Escuela de los Annales, fundada por Lucien Febvre y Marc Bloch en 1929, y del más importante hasta nuestros días, Fernand Braudel.
“Anunciando el porvenir. 2013-2015. Hitler, el espectacular. 8 de noviembre de 2013. Estamos a fines de noviembre del año 2013. Gobierna Cristina Fernandez de Kirchner en la Nación y Daniel Scioli la Provincia de Buenos Aires. Pero, en la ciudad Autónoma de Buenos Aires gobierna Mauricio Macri, quien de frustrado empresario devino directivo del otro club “Grande” del fútbol de la Argentina –Boca Juniors- y se postula como la gran esperanza del triunfo de las derechas en las elecciones nacionales que serán en el 2015. Buena parte de este éxito electoral en CABA y la expansión de su imagen a escala nacional se la debe Macri a su asesor de campañas (y asesor general en tema de imagen y política) Jaime Durán Barba. Consultado sobre el rol de los liderazgos, este asesor político-comunicacional expuso muy suelto de cuerpo: “¡ No! ¡Hitler era un tipo espectacular! ¿Era my importante en el mundo!” (La Nación, 8 de noviembre de 2013). Sorprendido el periodista le consulta sobre el Holocausto y Durán Barba le responde: “Chávez expulsó a la mitad de los judíos de Venezuela. Ojo, ojo”. Lo cual tampoco tiene ninguna base documental, en Venezuela no ha habido ninguna acción antisemita por parte de los gobiernos de la Revolución Bolivariana. Admiración a Hitler y minimización del Holocausto, todo en la misma entrevista”. El que leyeron es el primero de los casos estudiados en Bestiarum Vocabulum; un comienzo que habla por sí sólo de lo que fue la palabra pública en tiempos cambiemitas.
Y confirma aquello que el propios Ciapinna nos había preanunciado en la introducción a su trabajo: “Este es un libro que recoge frases, discursos, expresiones de funcionarios y legisladores del gobierno que tomo el poder del Estado en diciembre de 2015. Cada página –recogiendo viejas enseñanzas de profesores muy mucho más sabios que yo- toma una frase. Cada frase es, así, un peldaño que va construyendo un libro. Cada página recoge lo expresado por altos funcionarios como el presidente, los/as gobernadores/as, legisladores/as nacionales y provinciales, intendentes/as y concejales/as. O sea, el recorte es estrictamente sobre los/as que tienen responsabilidades estatales –léase los que gobiernan-. Es un libro que toma, entonces los discursos del poder. En este caso específico del poder de la coalición Cambiemos-Pro. Los discursos del poder de una elite financiero-terrateniente-mediática y judicial que anuncia y acompaña con el discurso la desciudadanización de la sociedad argentina. ¿Qué nos proponemos con este libro? Tomar, del ámbito de lo público (todo lo aquí reproducido está tomado y chequeado de varias fuentes, todas de acceso público), los discursos del poder y recopilarlos en un solo texto para dar cuenta de la profundidad de la avanzada neoconservadora en nuestra sociedad. Algunas frases son irrisorias, otras denotan una profunda ignorancia, las más señalan una dura concepción elitista sobre el conjunto de la sociedad y todas muestran el desinterés profundo de este retorno oligárquico por cosas tales como las Instituciones de la República, la sociedad como un todo, las cuestiones que afectan a los amplios sectores vulnerables de nuestra sociedad, el destino de la Nación como tal…Reconozco que, todas juntas, estas frases, discursos y expresiones son para el lector/a opositor/a o alguien simplemente crítico a esta Alianza neoconservadora, difíciles de asimilar. Pero también apostamos a la lectura de aquel/lla lector/a que no ha sido opositor/a y esté evaluando su posicionamiento frente a este gobierno del poder desenfrenado. ¿Es un libro que debe leerse desde la oposición? Si, para los que lean desde el campo popular, nacional, democrático. Pero no es sólo para una lectura opositora. También está destinado para aquellos que de buena fe apoyaron este retorno a la barbarie y están revisando sus posicionamientos político-sociales. En ese sentido no es un libro adscripto a un partido político, nos conformamos humildemente, con alertar sobre la profundidad y extensión de la naturaleza desmadrada del poder político de la Alianza gobernante, que queda expresada en la profunda impunidad discursiva de la que han venido haciendo gala los máximos responsables a cargo del Estado en sus niveles nacionales, regionales y locales. Esa impunidad discursiva está, además, respaldada por el rol multiplicador y naturalizador del discurso retrógrado y banal que realizan los medios oligopólicos de comunicación social”.
Ciappina es un intelectual surgido de tierras legendarias para el peronismo, para los luchadores por la libertad y la justicia social. Nació y se crió en Berisso, a metros de la calle Nueva York, la que según un poco la historia otro tanto la leyenda urbana, fue alguna vez transitada por un tal Josip Broz antes de ser Tito, el mariscal que liberó a su patria balcánica del nazismo y el que construyó la primera experiencia socialista autogestionaria de la que se tenga memoria inmediata.
Son embrujos o influjos. Para este texto, muy cercanos al autor de Bestiarum Vocabulum me confiaron que un día, después de finalizar la secundaria, Ciappina tomó el bondi 202 y se fue a La Plata, en plena dictadura, con la intención cumplida de ingresar a la UNLP.
¿Habrá sido en aquél viaje a La Plata que al futuro académico por primera vez se le ocurrió, aun sin demasiada claridad ni mucho menos certezas, la idea de, en algún momento lejano, atreverse a su propio compromiso textual con una tradición que la Historia dice comenzó en las primeras centurias de la llamada “nuestra” era, con la obra Physiologus de autor griego anónimo, una recopilación de crónicas sobre animales de Aristóteles, Heródoto y Plinio el Viejo?
Imposible saberlo, aunque no tiene importancia el dato, más allá de que el involucrado lo confirme o desmienta. Sí es interesante destacar que su atrevimiento hizo que, desde una perspectiva no ficcional, se acercó con modestia a un tradición más de nosotros, de nuestra literatura: El libro de los Seres Imaginarios, de Jorge Borges, y Bestiario, de Julio Cortázar, el primer libro en su nombre, de 1951.
Los bestiarios son relatos sobre animales, bestias, reales o imaginarias, de la naturaleza o de las mitologías; o de angustias como el autor de Rayuela comentó una vez acerca del suyo (Bestiario): «Escribí esos cuentos sintiendo síntomas neuróticos que me molestaban».
Las bestias de Ciappina son palabras que la política convirtió en hechos cincelados sobre el hierro del dolor y del autoritarismo neoliberal en su fase de ocupación plena de los espacio públicos por parte del patrono, del hacendado, del capital; en una suerte de factor performativo de aquellas, las palabras, privatizas por el poder, arrancadas por la fuerza de su ámbito social, del hacer colectivo; amputadas en tanto creadoras de subjetividades individuales y colectivas. Las bestias de Ciappina son palabras robadas en tiempos de furia oligárquica.
Las recogidas por Bestiarum Vocabulum son palabras bestiales que constatan con maestría cómo la experiencia discursiva vivida por los argentinos desde aquél fatídico diciembre de 2015 fue anunciado ya en 1977 por el doctor Vergerus en la película del sueco Ingmar Bergman: “Cualquiera puede ver el futuro, es como un huevo de serpiente. A través de la fina membrana se puede distinguir un reptil ya formado”.
(*) El autor es Doctor en Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Profesor titular de Historia del Siglo XX (Cátedra II) en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, donde también tiene a su cargo seminarios de posgrado sobre Intencionalidad Editorial (Un modelo teórico y práctico para la producción y el análisis de contenidos mediáticos); y la cátedra Análisis y Producción Crítica de Narrativas sobre Delito y Violencia, en la maestría Comunicación y Criminología Mediática. Director del sitio AgePeBA.