Que le ganaba a Venezuela era casi seguro. ¡Bueno sería que no lo hubiese hecho! Porque el latiguillo de que el fútbol se emparejó en todo el mundo es una paparruchada – ¡hermosa palabra que amo desde que regresé a Buenos Aires, hace ya unos años -, una grave mentira de la que viven los vivillos: los jugadores del sistema de estrellas millonarias, los rufianes de la dirigencia y de la dizque prensa especializada y ni que hablar de las empresas que ponen fortunas en casacas, publicidades varias y con las corporaciones mediáticos y los managers o representantes se hacen el festín de la lavadora de billetes. El fútbol lava más blanca, parafraseando el título de uno de los libros emblemáticos del especialista helvético en esos temas Jean Ziegler, “Suiza lava más blanco”. Mientras, por supuesto, se acomoda (el fútbol) como territorio fértil para los oportunismos de la política de todo color, porque, en ese como en otros temas, la derecha hasta le marca la cancha a los que se reconocen como nacionales y populares, baste reparar en el actual presidente que nos somete y en algunas candidaturas, dicen ¡Ja Ja! para ganarle a la horda cambiemita, tal cual leí que llaman al gobierno de Mauricio Macri en varias notas políticas que publica este sitio que tanta paciencia me tiene.
Por Tania Molotova (*) / Para que no me bombardeen con eso de que lo que prometo o anuncio lo callo, aquí algo de archivo, al pasar, y no me digan que el gorilísimo diario La Nación de por estas tierras trata a Messi como enemigo de clase – para eso estuvo y está Maradona -, porque mis ovarios estallarían en una rabieta: “meses antes de ser juzgado y condenado en España por fraude fiscal, Lionel Messi ya había quedado, en paralelo, bajo la lupa de las autoridades panameñas que recibieron un Reporte de Operación Sospechosa (ROS) de lavado de activos u otro presunto delito por Mega Star Enterprises Inc, la sociedad offshore registrada en Panamá que el futbolista compartió con su padre. Después del estallido de Panamá Papers, en abril de 2016, el estudio Mossack Fonseca emitió ese ROS ante el silencio que siguió a los varios correos electrónicos que les había enviado a los asesores uruguayos de los Messi. Les requirió datos específicos sobre esa firma offshore, pero nunca los aportaron, según información exclusiva a la que accedió el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y el diario alemán Süddeutsche Zeitung. Los nuevos documentos revelan, además, que Mega Star Enterprises permanece activa en Panamá, según se desprende de decenas de mails intercambiados entre Mossack Fonseca y los intermediarios uruguayos que contrató la familia Messi para gestionar la sociedad. Sin embargo, los Messi habían dicho días después del escándalo que se trataba de ‘una compañía totalmente inactiva que jamás tuvo fondos ni cuentas abiertas’. Esa nota tiene días más de una año, pues en el sitio del diario citado – ¡puaj no volveré a nombrarlo! -, consta desde el 20 de junio de 2018. Y para muestra sobra un botón, aseguran.
Sobre políticos y fútbol este mi país es una verdadera botonería. Boca y Macri, es cupular y podría citar otros casos como el de connotados dirigentes sindicales y que se enarbolan en clubes, etcétera y etcétera; si hasta algunos creen que a l maldición derechista en la ciudad capital se los puede desalojar del gobierno con otro dirigente futbolero y por si no bastara, prohijado por el más connotado exponente de la TV machista, patriarcal, misógina y abusadora, como lo es el mega tatuado Marcel Tinelli. Bien, creo que no da para más: cualquier duda leer a ese gran poeta de apellido Discépolo.
¿A qué apunta eso de la impudicia de la obviedad? Porque los DT y los jugadores / estrellas, los del gran fútbol negocio, intuyen aquello de las estrategias comunicacionales que afirman que tanto conviene tiurarse hacia abajo para que los resultados surjan más positivos, y no me refiero a los resultados de tales o cuales partidos, sino a su planes empresariales para permanecer en las marquesinas y facturar en contratos y ganancias adicionales, que son suculentas; para eso está la TV.
¿Y de qué va aquello de la bazofia periodística? Los medios y periodistas futboleros, sobre todo los de la TV, porque allí se cuece el guiso mágico, entendieron hace mucho esos mecanismos de palabras, imágenes, negocios y poder, y por ellos saben que cuando pasar de la crítica bestial al elogio bobo, a veces con apenas minutos de diferencia y sobre los mismo personajes. Son virtuosos a la hora de manejar los tempos del discurso como argumento de apoltronamiento prostibulario. Al fin de cuentas, ese mundo está en manos de machos primarios.
Pero claro, ustedes se preguntarán y ésta cuando va a referirse al partido. Y contesto, para qué hacerlo, si en este mismo momento hay información y opiniones para todos los gustos. Sólo me permitiré una observación: fue un encuentro aburrido, previsible; el resto es palabrería.
Y me despido hasta la próxima con algo que no debe hacerse, un vaticinio entre signos de interrogación: ¿le ganamos a Brasil el martes?
(*) Tania Molotova nació en Argentina, hija de militantes de izquierda. De muy niña vivió en Moscú. Estudió periodismo. Fue amiga y cómplice de poetas y bebedores, admite; y colaboró en publicaciones subterráneas. Como más o menos una vez afirmara ese enorme escritor inglés que fue John Berger, nuestra colaboradora sostiene: “mientras en el mundo sufra un solo pobre, ser de izquierda es una obligación moral”. Sus padres fueron asesinados por la mafia que tan impunemente actuó en la Rusia del ex presidente Boris Yeltsin. Ella regresó a su país natal. Dice, “escribo y escribo”. Vive con un librero anarquista. No tuvo hijos. Ama el fútbol y el boxeo.