Desde la edición de AgePeBA suele dejarse para el asterisco del final todo aquello que consista en datos curriculares o prontuariales de quienes suelen escribir por estos territorios. Pero como nuestra colaboradora argento rusa sobre asuntos del deporte hacía mucho que cantaba ausente – desde el último Mundial de fútbol – aquí va para recordarla o presentarla, según sea el caso. Tania Molotova nació en Argentina, hija de militantes de izquierda. De muy niña vivió en Moscú. Estudió periodismo. Fue amiga y cómplice de poetas y bebedores, admite; y colaboró en publicaciones subterráneas. Como más o menos una vez afirmara ese enorme escritor inglés que fue John Berger, nuestra colaboradora sostiene: “mientras en el mundo sufra un solo pobre, ser de izquierda es una obligación moral”. Sus padres fueron asesinados por la mafia que tan impunemente actuó en la Rusia del ex presidente Boris Yeltsin. Ella regresó a su país natal. Dice, “escribo y escribo”. Vive con un librero anarquista. No tuvo hijos. Ama el fútbol y el boxeo.
Por Tania Molotova / Y le se aseguro que lejos estoy de semejante blasfemia anorgámisca, pues la vida resulta casi insoportable sin esas copas a buen cuidado en el congelador o freezer, junto a la botella; aunque sea de tanto en tanto para que no aparezca la глупый, es decir la tonta, aunque prefiero las palabras boludo o boluda, que vocifere cual lenguaraz que no conoce la lengua de la otra, este mundo está lleno de borrachas.
Aclaro el punto vodkero para que se entiende que las mías, como yo quizás, somos unas lloronas, porque digámoslo clarito, los de Qatar saben tanto sobre disputas futboleras con niveles de alguna importancia como la aquí presente en tinta y cuerpo de física cuántica: nada. Y con los que se aproximan, los venezolanos, pasa algo parecido, un algo menos de nada…Ya sigo con esto.
Y para escribir algo sobre el por qué de tanta ausencia aquí les canto un tango, que no se dirá que vivo pensando en ese verbo, pero ilustra acerca del regreso. Yo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos van marcando mi retorno. Son las mismas que alumbraron con sus pálidos reflejos hondas horas de dolor. Y aunque no quise el regreso siempre se vuelve al primer amor (…). Bajo el burlón mirar de las estrellas que con indiferencia hoy me ven volver. Pero sin la frente marchita, que carajos, que cómo se me va a marchitar habiendo tanto hijo ‘e puta por el mundo que la goza de arriba a abajo porque millones la yugamos días y noches; tanto hijo e’ puta suelto que vive y sueña por la perpetuidad de una sociedad de machos, por machos y para machos.
Pero vuelvo, sí, al fútbol. Los negocios corporativos han decidido en su momento que Qatar sea próxima sede mundialista y en ese digamos que país, pues no nos olvidemos que por aquella geografía los viejos amos ingleses y una banda de jeques trazaron la cartografía política, sus hombres de negocios vinculados a la ex de gajos y el propio dizque Estado decidieron invertir en que, en su canchas, comiéncese a ver algo más cercano al fútbol que lo que se veía hasta hace poquito; y seamos honestas, hasta logaron el campeonato asiático.
La Venezuela futbolera de hoy se expresa en una “vino tinto” – jamás dejaré de celebrar el nombre y el color de esa selección nacional- se ha fogueado y mucho en los últimos tempos, pero todos los argentinos y las argentinas que nos preciemos de ser amante de nuestra tradición deberíamos reconocer, aunque sea para salvar el propio orgullo, que una ronda de cuartos en Copa América, esa, la “vino tinto” no es un rival de importancia.
Ya sé. La TV y las luces cortas o intereses largos de los star boys millonarios que salen a las canchas y después o antes hablan, ni digamos nada acerca de esa raza extraña que son los DT; obligan al bobalicón latiguillo todos los rivales son importantes bla bla bla.
Pués entonces a callar la boca acerca de tanta cursilerías fantasmagóricas, sobre todo entre los dizque periodistas que ocupan, pantallas, redes y aplicaciones, para estar a tono con la época, durante horas interminables, como si a la mugrienta mesa de un café desangelado se hubiesen apostado, con la insana intención de decir pelotudeces, y claro, servir de voceros y voceras, porque que las hay las hay, como los brujos que los hubo y asesinos, de cualquier fullero o mercachifle de turno de la política local y de los negocios, que tan de la mano van.
Para otros encuentros o descuentos desde estos textos dejo una siguiente pregunta. ¿Por qué son tantos y tantas las que mal quieren a esta Selección argentina?…Y panto de ante mano también otro de mis temas preferidos, tan mala mina soy: las aventuras y desaventuras de un avatar barcelonés.