Los océanos sufren las consecuencias del cambio climático, la contaminación, la pérdida de hábitats costeros y la sobreexplotación de las especies marinas, que afectan a los animales que en ellos viven y a las personas que dependen de ellos.
Por Marnie Fiallo Gómez (*) / Por ejemplo, expertos aseguran que el calor atrapado por los gases de efecto invernadero eleva las temperaturas oceánicas cada vez más rápido y estiman que el 93 por ciento del exceso de energía solar capturada mediante estas dañinas emisiones se acumula en las profundidades.
Según pronósticos del Proyecto de Intercomparación de Modelos Acoplados 5, de la estadounidense de la Universidad de California, predicen que de no hacerse ningún esfuerzo por reducir estos gases la temperatura de los dos mil metros superiores de los océanos del mundo aumentará 0,78 grados Celsius a finales de siglo.
La expansión térmica causada por este incremento de temperatura elevaría el nivel del mar 30 centímetros por encima del ya significativo aumento del nivel del mar provocado por la fusión de los glaciares y las capas de hielo, advierten los científicos.
Los mares más cálidos también contribuyen a tormentas más fuertes, huracanes y precipitaciones extremas, alertaron.
Científicos aseguran que el calentamiento global altera el fitoplancton en los océanos y esto provocará a su vez que se agudicen las regiones azules y verdes de estas grandes extensiones de agua.
Especialistas del Instituto Tecnológico de Massachusetts desarrollaron un modelo global que simula el crecimiento y la interacción de diferentes especies de fitoplancton o algas y muestra cómo la mezcla de especies en varios lugares cambiará a medida que las temperaturas aumenten en todo el mundo.
Los científicos ejecutaron el modelo hasta fines del siglo XXI y encontraron que, para el año 2100, más del 50 por ciento de los océanos del mundo cambiarán de color debido al cambio climático.
En otro estudio, este de la Universidad de Plymouth y la Marine Biological Association en Reino Unido, muestra un aumento significativo de macroplásticos en forma de bolsas, cuerdas o redes en los océanos, especialmente en zonas del Atlántico Norte.
La información, recopilada durante 60 años de navegaciones, destaca que más de 700 especies en el mundo son afectadas por esta situación, lo preocupante es que lo consumen al confundirlo con comida; aproximadamente un 52 por ciento de tortugas han ingerido desechos de plástico, lo que las convierte en una de las más vulnerables.
De ahí la importancia de promover acciones intergubernamentales para abordar el problema de forma urgente, así como para gestionar de manera sostenible la vida silvestre marina.
Sobre el tema el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, António Guterres, dijo en un mensaje por el Día Mundial de la Vida Silvestre que más de tres mil millones de personas dependen de la biodiversidad marina y costera para su sustento, pero la sobreexplotación representan un grave peligro.
Guterres llamó a crear conciencia sobre la extraordinaria diversidad de la vida marina y la importancia crucial de esas especies para el desarrollo sostenible.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 15 se refiere a frenar la pérdida de la biodiversidad, mientras que el número 14 convoca a conservar y utilizar de manera sostenible los océanos, mares y recursos marinos.
Cuidar las especies marinas. Los arrecifes de coral
El calentamiento global ha hecho que desaparezcan de sus hábitats el doble de especies que habitan en el océano, al compararlo con las que viven sobre tierra firme.
‘Las especies marinas proporcionan servicios ecosistémicos indispensables. El plancton enriquece la atmósfera con oxígeno, y el sustento y los medios de vida de más de 3000 millones de personas dependen de la biodiversidad marina y costera’ dijo Guterres.
El océano contiene casi 200 mil especies identificadas, pero en realidad existen millones que hoy están amenazadas por los peligros antes descritos y son los arrecifes de coral de los más afectados.
Los arrecifes de coral no son plantas ni rocas, son animales coloniales, de los cuales depende hasta el 25 por ciento de las especies marinas, incluyendo las tortugas; han sobrevivido la extinción de los dinosaurios, la era del hielo y otros cambios ambientales masivos.
Sin embargo, según científicos su futuro no es muy prometedor pues han determinado que para el 2050 casi el 90 por ciento de estos ‘súper ecosistemas’ podrían estar extintos.
‘Los arrecifes de coral están siendo hervidos vivos’, asegura Gabriel Grimsditch de la división de ecosistemas marinos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
El experto se refiere a que el aumento de las temperaturas del océano, una consecuencia del calentamiento global y a su vez las actividades humanas tales como la emisión de gases de efecto invernadero, está literalmente matando los arrecifes de coral. Explicó que ‘los corales son muy sensibles a los cambios de temperatura en el agua, en el mar, y viven en una simbiosis con unas algas microscópicas que viven dentro de ellos y les dan energía. Cuando la temperatura sube demasiado el coral está muy estresado, está muy débil y pierde su color y se blanquea’.
En la mayoría de los casos esta situación causa la muerte del coral y esto afecta a otras especies que dependen de ellos para sobrevivir, y a los humanos nos proveen seguridad alimentaria a través de la pesca, nos protegen de inundaciones, generan ingresos gracias a los millones de turistas que viajan para apreciarlos y hasta son la materia prima de algunos medicamentos para combatir el cáncer.
Proponen creación de red mundial de santuarios oceánicos
Biólogos marinos confeccionaron un mapa interactivo en el cual se evidencian cientos de escenarios que podrían conformar para 2030 una red mundial de santuarios oceánicos, libre de actividad humana dañina.
Para el estudio, uno de los más grandes de su tipo en la historia, los científicos dividieron los océanos globales, que cubren casi la mitad del planeta, en 25 mil cuadrados de 100×100 kilómetros.
Entre las 458 características de conservación diferentes mapeadas se encuentran la vida silvestre, los hábitats y particularidades oceánicas, que representan un tercio de los océanos del mundo.
La innovadora investigación, resultado de una colaboración de las universidades de Oxford, York y la Organización No Gubernamental Greenpeace, es crucial para salvaguardar la vida silvestre, y para ayudar a mitigar los impactos del cambio climático, aseguran los expertos.
Titulado 30×30: Un plan para la protección del océano, presenta un diseño creíble para una red global de áreas marinas protegidas en alta mar, basado en el conocimiento acumulado sobre la distribución de especies, incluidos aquellos en peligro de extinción, hábitats conocidos como puntos críticos de biodiversidad y ecosistemas únicos.
Los especialistas proporcionaron datos sobre los ecosistemas marinos y sobre sus experiencias en aguas profundas, incluidos los montes submarinos y las fuentes hidrotermales.
Según Alex Rogers, de la Universidad de Oxford, ‘en un momento en que los países de la ONU están negociando un Tratado Global del Océano, este plan cristaliza una manera de implementar prácticamente un nuevo marco para la protección de la vida marina en aguas internacionales, incluidas las especies en peligro de extinción’.
(*) Periodista de la Redacción de Ciencia y Técnica de Prensa Latina, agencia de la cual fue tomado el texto.