A propósito de la constancia poética de Guillermo Saavedra, el crítico cultural y docto de la UBA que ha hecho del soneto injurioso, tan de la gran tradición literaria de nuestra lengua, un arte runflero de los bajos barrosos. Y antes de entreverarnos con las puñaladas de su pluma, que son nos tales, las plumas, sino golpeteos sobre teclados parecidos al que estamos machacando aquí, él recomienda: “A propósito de la presunta confusión de un sector del electorado argentino. Desde luego, se sugiere imaginarla cantada por la enorme Chabuca Granda”.
Dejame que te cuente, globerto,
dejame que te diga la escoria
del bolazo que ensarta tu memoria,
del viejo verso gorila de Cambiemos.
Dejame que te cuente, globerto,
ahora que aún te abruma ese verso,
ahora que aún te mece en un sueño
el viejo verso gorila de Cambiemos.
Sarazas en los medios y los trolls en las redes,
mañoso te engrampaba el gordo Durán Barba;
derramaba basura y a vos te despertaba
el odio contra el pobre que en el pecho llevabas.
De Socma a la Rosada, pesado pie los lleva
por la Argentina que se empobrece al ritmo de su opereta;
nos dejaron sin risa con el cuento del tío
y a vos también te garchan aunque no te des cuenta.
Dejame que te cuente, globerto,
ay, dejá que te diga, gorila, mi pensamiento,
a ver si así despertás del sueño
del sueño que confunde, globerto, tus sentimientos.
Afanan desde el Estado hasta que no quede guita,
fogoneando con Santoro, desvariando con Lilita;
nos van a dejar en bolas y en el fondo del infierno,
la muerte acompasará… su paso por el gobierno.
Y recordá que…
Sarazas en los medios y los trolls en las redes,
mañoso te engrampaba el gordo Durán Barba;
derramaba basura y a vos te despertaba
el odio contra el pobre que en el pecho llevabas.