La esperada reunión de China y Estados Unidos terminó con un pacto para frenar la imposición de medidas restrictivas y los dañinos aranceles sobre las importaciones mutuas, lo cual supone una tregua a su guerra comercial.
Tal y como estaba previsto, los presidentes Xi Jinping y Donald Trump acudieron en persona a la mesa de negociaciones en el contexto de la cumbre del G-20, con sede en Argentina, para analizar una controversia bilateral que mantiene en jaque al planeta entero porque involucra a la primera y segunda potencia del orbe.
Al término de las pláticas, la delegación china dijo a la agencia Xinhua que las partes lograron importantes consensos como evitar un aumento de las limitantes a los negocios de sus empresas y parar de aplicar tarifas adicionales a los bienes importados. Así informa la agencia Prensa Latina.
También decidieron de inmediato buscar soluciones consensuadas a los asuntos conflictivos, pero sobre la base del respeto, equidad y beneficio para los dos lados.
China se comprometió a resolver las preocupaciones que genera la profundización de su política de reforma y apertura, mientras Estados Unidos también corregirá las inquietudes de Beijing en materia económica y comercial.
Tanto Xi como Trump ordenaron a sus equipos negociadores intensificar las consultas y cerrar de una vez un acuerdo que conlleve a levantar los gravámenes aplicados desde junio pasado y normalizar las relaciones en este sector.
No obstante, el mandatario chino insistió en que la cooperación con ganancia compartida es la mejor opción para los intereses de las dos potencias, mantener la paz y la prosperidad mundial.
Esta es la primera vez que los mandatarios se ven las caras desde que estalló el pleito casi al comienzo de 2018. Antes tocaron el asunto varias veces por teléfono.
Desde que abrieron las negociaciones en mayo pasado hubo momentos de avances, que por breve tiempo dieron respiro a la zozobra que desata la guerra comercial.
Pero las treguas alternaron con retrocesos por decisión unilateral de Estados Unidos de echar por tierra lo colegiado y proceder con nuevas tandas de tributos, a los cuales China respondió con igual magnitud en defensa de sus intereses y empresas.
El resultado del encuentro Xi-Trump demuestra que la comunicación una vez es la mejor herramienta para frenar cualquier tipo de discordia, en especial en materia económica, pues hay muchos intereses en juego y nadie se llevará un triunfo a casa.
De esa manera el mercado global recobrará la calma tras meses de incertidumbre y desplome financiero, no obstante, queda en el aire la desconfianza de no caer en un círculo vicioso gracias al mal precedente de que intentos anteriores por frenar la controversia Washington-Beijing se esfumaron de un momento a otro.