El Tercer Encuentro Nacional de Mujeres Sindicalistas de la Corriente Federal de Trabajadores de la CGT reunió a más de 800 trabajadoras de todas las provincias del país representando a más de 100 organizaciones sindicales. El escenario fue el predio del hotel “Los Diques” de la Unión Obrera Molinera Argentina, donde se recibía a las compañeras con dos inmensas imágenes: la de Evita y la de Cristina, que colgaban desde el dique dando la bienvenida.
Por Úrsula Asta (*) / Se acercaban los días previos al fin de semana del sábado 24 de noviembre y mujeres de todo el país comenzaban su camino hacia Huerta Grande. Para algunas, fue un día entero en micro. Otras tuvieron que volar primero hacia Buenos Aires para luego desde allí movilizarse hasta Córdoba. Y así fueron llegando cientos de trabajadoras organizadas, que colmaron los hoteles sindicales aledaños a ese lugar en la región Centro de nuestro país y pusieron pie a lo largo de la zona del valle Punilla. Impactante paisaje entre colores verdes y azules abrazados por las Sierras cordobesas, al que se sumaba la expectativa del encuentro y la emoción de saberse parte de un hecho histórico.
El Tercer Encuentro Nacional de Mujeres Sindicalistas de la Corriente Federal de Trabajadores de la CGT reunió a más de 800 trabajadoras de todas las provincias del país representando a más de 100 organizaciones sindicales. El escenario fue el predio del hotel “Los Diques” de la Unión Obrera Molinera Argentina, donde se recibía a las compañeras con dos inmensas imágenes: la de Evita y la de Cristina, que colgaban desde el dique dando la bienvenida.
“Unidad de las trabajadoras contra el Ajuste y el FMI”, fue el lema de una convocatoria en la que abundó el debate en torno a las resistencias de las mujeres al proyecto neoliberal y neocolonial, a las desigualdades en el mundo del trabajo en relación al mismo modelo político, a la organización y a las estrategias para nutrir cada vez más las organizaciones sindicales y para debatir en torno a equidad de géneros y violencias.
En la apertura se reivindicó el programa del movimiento obrero de Huerta Grande de 1962, el intendente Matías Montoto declaró de interés municipal este Tercer Encuentro y sonó, vibrante, el Himno Nacional Argentino. Entonces comenzó el panel de inicio: “la federalización de las experiencias de las mujeres sindicalistas”, con las voces de la Secretaria General del Único de Obreros Rurales de Misiones, Ana Cubilla; la Secretaria General Interina del Sindicato Argentino de Docentes Privados, María Lázzaro; la Secretaria de Derechos Humanos, Género e Igualdad de la Asociación Bancaria seccional Córdoba, María Bertino; y la Secretaria de Derechos Humanos de la CGT regional Tucumán y referente del Sindicato de Trabajadores Judiciales, María Ureña Russo.
La representante local referenció a las choferas de trolebuses que desde el año pasado están denunciando el vaciamiento de ese transporte integrado desde sus inicios por trabajadoras mujeres, quienes han sido músculo de organización y resistencia. En la apertura, también, se puso en alto la imágen de la militante, presa política desde inicios del 2016, Milagro Sala; se reivindicó la memoria de las y los 30 mil; y se recordó a Norma Plá, mujer emblema de la lucha contra el ajuste y la privatización del sistema previsional en los años 90.
“¡Hay inequidad en el acceso al trabajo y también trabajamos para el cupo laboral trans!”, se esgrimía con firmeza conmovedora desde la comisión que discutía en torno al eje IGUALDAD. Que, a su vez, imprimía discusiones en derredor de la brecha salarial y la feminización de la pobreza. “Hay desigual participación de las mujeres en el mundo del trabajo, lo cual repercute en el sindicalismo”, decía una compañera en la comisión de PARTICIPACIÓN, que abría una discusión que retomaba la historia: “el cupo fue una herramienta fundamental”. Y desde allí, una síntesis, la necesidad de que las empresas incorporen más mujeres.
En el debate en relación a las VIOLENCIAS se intercambiaron experiencias sobre licencias por violencia de género y se expresó la necesidad de “conocer más la ley”, en referencia a la 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, sancionada en el 2009 en nuestro país. El cuarto eje lo completaba la comisión de ESTRATEGIAS de resistencia al modelo económico, que definía sobre solidaridad en las luchas y el movimiento de mujeres en ofensiva.
En este último, participaba Carmen Mateos, Secretaria General de Asociación de Empleados de Farmacia (ADEF) de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, que llevaba en la espalda la bandera de su provincia. “Es la primera vez que venimos, el encuentro es maravilloso, todas estamos unidas con la misma lucha contra este Gobierno que nos está avasallando. Venimos a contar el trabajo que estamos haciendo desde allá. Ya van más de 5 mil puestos de trabajo perdidos en la provincia. Había muchas fábricas que al abrir la importación dejan de producir y ahí se pierde la mano de obra. CGT, CTA, los gremios unidos salimos a la calle. No bajemos los brazos, estamos juntas, es muy difícil, pero siempre las mujeres estuvimos adelante”, planteó.
Los compañeros colaboraban en la organización, área técnica, durante el almuerzo y en el recibimiento de las compañeras temprano a la mañana. Hacia un costado, un inflable y juegos de madera oficiaban de entretenimiento infantil mientras las mamás discutían política y organización. Al mismo tiempo y desde la mañana, compañeras se acercaban a participar de la transmisión en vivo que realizaba Radio Gráfica al lado de la carpa central.
“El movimiento estudiantil tiene que acompañar siempre las luchas del movimiento obrero”, aunó en su frase al heroico Cordobazo, la estudiante Lucía Navarro, quien integraba un puñado de militantes del Movimiento de Participación Estudiantil MPE que viajaron desde distintas provincias para participar por segunda vez de los encuentros de Mujeres Sindicalistas.
“Hay un cruce entre feminismo y sindicalismo, los dos buscan objetivos similares en relación a la mujer y el trabajo”, planteó al aire de la Gráfica, Claudia Ormachea, Secretaria de Derechos Humanos, Género e Igualdad de la Asociación Bancaria.
Allí, también dijo lo suyo Betina Santillán, secretaria de la Mujer Marítima del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos SOMU, quien ya había participado del primer encuentro en 2016 cuando eran una organización y tenían el sindicato intervenido. Habían tomado en esa ocasión la palabra al cierre del encuentro y fueron ovacionadas por las mujeres sindicalistas que acompañaron su lucha. “Hay que construir un movimiento sólido, federal y feminista. Para poder llegar a los espacios políticos, elegimos ser mujeres y ser sindicalistas”, sostuvo la representante de un rubro con participación de varones en un 99 por ciento.
“Somos mujeres de todo el país, reunidas, en unidad, tomando lo que nos enseñó la historia, para escribir historia. Eso hacemos las mujeres sindicalistas, buscar un mundo mejor”, planteó Laura Man, secretaria de Cultura y Capacitación de Confederación de Educadores Argentinos CEA.
Representando a las trabajadoras rurales de Salta, Gabriela Reartes de ATRES contó que habían participado con más compañeras esta vez para que puedan conocer a las trabajadoras de otras provincias, llevarse experiencias y saber que no están solas.
“La unidad de las trabajadoras” fue eje transversal a lo largo del encuentro del que participaron también integrantes del frente de unidad de mujeres sindicalistas, un camino transitado ya desde el encuentro pasado del 2017 en el que había trabajadoras de otras centrales gremiales, así como trabajadoras de la economía popular. Lo cual plasmó la unidad en concepción y en acción que las mujeres sindicalistas lograron en la calle y dentro del movimiento obrero.
Nené Peña recibió aplausos al inicio y al cierre, y abrazos durante toda la jornada. La histórica militante de la Asociación Bancaria Córdoba, que participó del Cordobazo, estuvo parte de la tarde, en la sombra que daban inmensas copas de árbol, relatando su historia a las cámaras. Las trabajadoras que pasaban cerca se quedaban allí escuchando. El silencio atento era abrumador y había juntado varias espectadoras de rostros emocionados cuando terminó y su relato se fundió en aplausos. Llamó a militar y participar al sostener que “no es por creer que los que tenemos una militancia o estamos en un sindicato somos mejores que otros, es porque es necesaria la organización”.
También estaba la hija del dirigente de Luz y Fuerza Agustín Tosco, que había escuchado con atención junto a las otras trabajadoras a una Nené que recordó a su papá en varios tramos del relato. Malvina Tosco, militante gremial del Sindicato Unión Obreros y Empleados Municipales SUOEM de Córdoba también llamó a organizarse y planteó: “Si no existieran los sindicatos, no podríamos defendernos y luchar por más derechos. Hoy tenemos que defender más que nunca a nuestros sindicatos”.
“Las mujeres hemos dado una muestra de organización importante. Tenemos una reivindicación fundamental que es la Justicia Social, por eso no hay que tener divisiones estériles”, comenzó el cierre de la jornada Ilda Bustos, Secretaria General de la Unión Obrera Gráfica Cordobesa, frente a las cientos de mujeres que ya se habían dispuesto nuevamente bajo la gran carpa blanca donde la jornada había iniciado.
Marianela Mel, Secretaria de la Mujer y Familia del SATSAID Nacional -“Paqui” para sus compañeras-, fue también una de las oradoras del cierre. Tomó el micrófono y contó entre sonrisas: “me animé a subir”. Aplaudida por el público, describió: “Las Mujeres Sindicalistas son sinónimo de igualdad, de compromiso, de lucha, de perseverancia”.
En representación de las cooperativas, Andrea Vigret, Presidenta de Federación de Cooperativas de Trabajo Unidas FECOOTRAUN Mendoza pidió por “una ley de cooperativas”, planteó que “muchas compañeras incluso no pueden acceder ni a la educación” y manifestó: “Lo que pedimos al Gobierno es trabajo”.
Se escucharon también las voces de la bancaria Claudia Ormachea y de la trabajadora marítima, timonera de barco, Betina Santillán, en un cierre en el que la emoción del encuentro compartido llegó al punto más alto. “Oléeeee oléeeeee, oléeee oláaaaa, cuándo les falta para entender que no fue magia nos conduce una mujer”, cantaban más de 800 trabajadoras con Claudia Lázzaro al micrófono. La integrante del gremio del cuero habló: “Ustedes saben que me gusta la arenga”. Y el auditorio estalló en risas.
Entonces, la Responsable de Derechos Humanos y Género del Sindicato de Obreros Curtidores, siguió: “Acá estamos mostrando que somos muchas. Estamos haciendo un hito en la historia del movimiento obrero. Cuando generemos ese cuarto encuentro de mujeres sindicalistas, lo que tenemos que lograr es que sea motor para volver a tener un gobierno nacional y popular ¡No hay salida gremial si no hay construcción política y nosotras somos parte de esa construcción política!
Y entonces fue el turno de la referente de Mujeres Sindicalistas, Secretaria General de FE.SITRAJU y del Sindicato de Trabajadores Judiciales de la CABA, Diputada Nacional, Vanesa Siley, a quien se veía emocionada mientras hablaban sus antecesoras en el cierre.
“Nos juntamos hace dos años y dijimos que humildemente queríamos plantar una semilla en el movimiento obrero. Y esa semilla se hizo planta que hoy florece más que nunca. A mí me emociona muchísimo, porque elegimos no ser una comisión de nada, elegimos llamarnos Mujeres Sindicalistas. Porque allá donde haya una compañera, vamos a estar todas nosotras”, comenzó.
“Elegimos salir a pelear no solo derechos laborales, no solamente alguna ley, sino que las compañeras pelean en las organizaciones sindicales, para que no nos encasillen en ningún cargo, ¡porque nosotras tenemos la capacidad de conducir las organizaciones sindicales!”, y al unísono las cientos de trabajadoras retomaron el cantito, que con voz de mujer gritaba: “cuánto les falta para entender que no fue magia nos conduce una mujer…”.
“Que se sepa: cuando una mujer crece, ningún hombre retrocede, sino que avanza la organización”, expresó para luego referirse a la segregación ocupacional y la brecha salarial, sobre la que sostuvo que “la mejor forma” de eliminarla “es no poner techo a las paritarias”.
“El feminismo de va a hacer con Justicia Social o no se va a hacer, compañeras. No puede haber una trabajadora, menos una que diga que es feminista, que no esté afiliada a un sindicato”, sentó postura. “No hay una mujer que no trabaje. Puede ser que no se le reconozca su trabajo, puede ser que no se le remunere su trabajo, pero el trabajo existe”.
La participación de compañeras travestis y trans, también fue remarcada por Vanesa que subrayó la importante presencia de representantes del Frente Nacional por la Ley Diana Sacayán, que luchan por una ley de cupo laboral travesti trans. Y, en ese marco, compartió una anécdota:
“A mí me criticaron mucho, porque se hizo un acto en Luján y yo leí una oración, que se llama oración a la Patria, que es hermosa, y la leí en un altar. Y fijense ustedes cómo nos quieren dividir con banderas que no son nuestras: Por un lado, revistas de izquierda salieron a decir que yo manchaba el pañuelo verde. Yo voté a favor de la interrupción voluntaria del embarazo. Y, por otro lado, grupos de ultraderecha de la Iglesia Católica decían que yo era una abortera de mierda que no me podía subir a un altar. Por suerte, me bancaron mis compañeras del movimiento obrero. Ese día, mi organización sindical concurrió con muchas compañeras del Frente Diana Sacayán y una de ellas, Marcela Tobaldi, llevó la virgen. Y cuando terminó todo fui a saludarlas y me abracé. Y una de ellas me dijo ´sentí esperanza´”.
“Y pensé, compañeras que tienen una expectativa de vida de 35 años, que seguramente fueron expulsadas de su familia, su barrio, su casa, que capaz que tuvieron que migrar, condenadas a la prostitución, esas compañeras sintieron esperanza. Entonces, ¡¿qué me importa lo que digan los demás?!”.
“Compañeras, a concentrarnos, a mirar dónde está nuestro objetivo estratégico, que es la protección del trabajo”, “a unirnos, primero con la que más cerca tengamos” porque “no existe la unidad con entes, lejana”, siguió Siley. “Ojalá la dirigencia popular esté pensando en lo terrible que es que un trabajador vote a Mauricio Macri. A mí no me cabe la menor duda que somos las mujeres las que vamos a revertir eso”, afirmó.
“Tenemos una identidad que no pensamos claudicar, que es un sindicalismo de liberación. Ese es el sindicalismo que tenemos nosotras. Porque no hay posibilidad de que se realice una trabajadora en un país que va para atrás, en un país donde se destruye el trabajo”, delineó.
“Para finalizar, así bailamos una cumbia (´¡Cuarteto!´, gritó una desde el público). Cuarteto, perdón, perdón, perdón (todas reían)… Gracias por existir compañeras”.
“Contra todo pronóstico, volvemos a construir, a unificar al movimiento obrero, que si no se hace desde arriba, que lo hagamos desde abajo”, planteó. Y cerró: “Hubo mujeres, como nuestros dos estandartes, Eva y Cristina ¡Por esas mujeres que demostraron ser enormes, por todas las que fueron enormes y al patriarcado las tapó en la historia, por ustedes, por nosotras y por las que vendrán!”.
(*) Texto tomado del sitio Radio Gráfica. Su autora es periodista y conductora del programa Feas Sucias y Malas, que va los sábados a las10 AM por esa emisora.