Sucedió en Nordelta, el barrio exclusivo. En el medio una línea de colectivos. Y el municipio. Sólo reproducimos una breve nota divulgada este fin de semana por Página 12.
El municipio de Tigre decidió tomar cartas en la denuncia del personal doméstico de Nordelta, a quien no le permiten compartir las combis con los residentes del barrio. Si el Concejo Deliberante aprueba la norma, una línea de colectivos entrará al exclusivo condominio del noreste bonaerense.
La iniciativa, enviada por el intendente Julio Zamora, contempla que la línea 723 desvíe su recorrido y circule la avenida interior que circunda el barrio privado. Según el proyecto de ordenanza, “resulta necesario optimizar la prestación de los servicios de transporte público de pasajeros en algunas localidades del partido para cubrir las necesidades de la población que se fueron manifestando con mayor intensidad a partir del crecimiento urbano y poblacional”.
El caso se conoció esta semana y derivó en una denuncia ante el Inadi, presentada por la legisladora porteña Myriam Bregman, quien definió la práctica de la empresa MaryGo como un nuevo “apartheid”. Las trabajadoras de casas particulares denunciaron que los residentes habían manifestado en varias oportunidades su incomodidad por compartir el transporte “porque hablábamos mucho, estábamos transpiradas y porque tenemos mal olor”.