“El problema no es sólo la Villa La Rana, son todas las villas”/ “Nos vamos a armar nosotros y los vamos a ir a buscar” / “Los negros de mierda vienen y te roban lo que uno se ganó trabajando”. Declaraciones de ese calibre fueron transmitidas en vivo y en directo por el canal Crónica el martes pasado, en el marco de la cobertura periodística por la marcha de vecinos en reclamo de justicia por Zaira Rodríguez.
Por Vicky Castiglia / Familiares y amigos de la joven piloto de karting se habían concentrado en Villa Ballester, partido de San Martín, luego de su asesinato el pasado 10 de noviembre, cuando se encontraba junto a su novio en la puerta de su casa y dos “motochorros” trataron de robarles el auto. Frente a la resistencia de la pareja al asalto, Rodríguez recibió un tiro en la cabeza por parte de los delincuentes que se dieron a la fuga.
El hecho desencadenó una importante movilización en el barrio en reclamo de más justicia y seguridad en esa zona del Conurbano bonaerense y, al mismo tiempo, sirvió como excusa para que el aparato mediático hegemónico refrite discursos manoduristas y represivos, en sintonía con los del gobierno de Cambiemos.
“Yo no quiero justicia, les quiero arrancar los ojos”, afirmó el papá de Zaira desconsolado ante las cámaras y agregó: «La Policía no tiene nada que ver con esto. Son los jueces y los fiscales los que tienen que trabajar por mi hija. Ellos no pueden hacer nada sin los jueces ni los fiscales. Venimos porque los jueces tienen que trabajar para que la Policía pueda actuar”.
El dolor de un padre que acababa de perder a su hija y el contexto de movilización de un barrio por un aberrante crimen fueron utilizados por el aparato mediático hegemónico para poner en funcionamiento sus dispositivos ideológicos, pretendiendo convertir su propia Parcialidad (discurso de clase o de grupo) en Objetividad (en discurso universal), tal como advierte el modelo Intencionalidad Editorial, desarrollado en la facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP para analizar el hecho periodístico.
“¿Vos estás dispuesto a armarte?”, punzó el cronista de Crónica a uno de los vecinos en la marcha y éste le respondió que sí, que “si esa es la solución, aprendería a usar armas”. Es necesario considerar la pregunta más que la respuesta, porque no es un dato menor que un par de días antes la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, había dicho: “Argentina es un país libre, el que quiera andar armado que ande armado”.
El de arriba no es más que un ejemplo de cómo opera el aparato ideológico a través de los medios concentrados: la construcción de un relato que pretende plantearse como objetivo y universal pero que no lo es. Otro ejemplo aleatorio podría ser una nota publicada por Infobae el mismo día que se realizó la manifestación titulada “La vida en Villa La Rana: radiografía del barrio del detenido por matar a Zaira Rodríguez”.
Infobae apela a fuente indirectas para definir a La Rana: “Los vecinos y aquellos que conocen el barrio -«relativamente grande, un poco urbanizado, donde hay muchos pasillos y gente que se levanta temprano para ir a trabajar»- coinciden en resaltar el avance del narcotráfico en los últimos años, en una violencia que repercute inevitablemente en sus alrededores, afectando la seguridad del resto del municipio”.
La utilización de la fuente (“los vecinos”) para construir un relato que relaciona pobreza, narcotráfico y violencia no es casual. Así lo advierte la Intencionalidad Editorial: “No existe la neutralidad todo contenido mediático implica una toma de posición a favor de algunos de los actores individuales o colectivos de lo noticiable; y los posicionamientos periodísticos (intencionalidad editorial) se construyen siempre (y únicamente) desde tres dimensiones: el recorte de la realidad o agenda, la selección de voces, o fuentes, y la implementación de los recursos narrativos y sus estilos”.
La descripción de Infobae sobre la villa, a través siempre de fuentes indirectas (vecinos, referente, etc), agrega: “Son unas 12 manzanas en las que viven aproximadamente 2.000 personas. (…) Es un barrio que nació como consecuencia de la desindustrialización de la década de 1970 y 1990 (…) A partir de ese proceso hubo una cuestión de ocupación de familias que se quedaron sin trabajo y se creó el barrio. En muchos de los terrenos donde hubo fábricas, hoy hay casas. Así, La Rana se convirtió en un lugar conformado anárquicamente, castigado por la pobreza”.
En este sentido, resulta atinado traer a colación una de las conferencias sobre criminología mediática del ex juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Eugenio Zaffaroni para indagar un poco más acerca de la construcción de discursos mediáticos en torno a la criminalización de la pobreza.
“La criminología mediática crea la realidad de un mundo de personas decentes frente a una masa de criminales identificada a través de estereotipos, que configuran un ellos separado de la sociedad, por ser un conjunto de diferentes y malos”, explica Zaffaroni ya agrega que “la construcción del ´ellos´ es por semejanza”, por lo que los medios recurren a estereotipos y parecidos para construir un “ellos” de barrios marginales (como pretende trazar Infobae con La Rana) frente a un “nosotros” que es blanco e impoluto.
En definitiva, la criminología mediática -puesta en funcionamiento por los medios de comunicación hegemónicos-, construye un concepto de seguridad, donde opera el aparato ideológico que en la Argentina de hoy detenta el poder, como lo suelen reflejar las declaraciones de la ministra de Seguridad, sus pares o segundas líneas. Se trata de una derecha punitivista que criminaliza la pobreza, que defiende el gatillo fácil (basta con citar sólo la doctrina Chocobar), que exige mano dura y que derrocha violencia. Un cóctel por demás de peligroso.