O acerca de los Juego Olímpicos de la Juventud. Y a la queja del tachero se sumaban el señorito de pantalón chupadito con APPs varias en mano y su novia con mohines en la ñata porque imaginaba ya el mal olor de la negrada pobre; y la señora que hace meses que le da al diazepam para dormir porque es muy clase media ella, y con su marido, en jogging, con panza indisimulable no la juntan ni para pagar el gas, y menos ahora que hay que financiarle la suba del dólar al garcaje de Edenor, Edesur o como se llamen. Y lo que es más preocupante – porque en la Recoleta, para qué decirlo, todos somos negrada asquerosa -, al coro de los descolocados también se sumaba algún que otro laburante. Claro, este es un país que para el premio facho del año sobran candidatos.
Sucede que “el Macri de la Capital Federal”, su pollito que ahora se hace el liberado del pater familia, Horacio Rodríguez Larreta, no tiene otra cosa que hacer que inaugurar unos juegos olímpicos para jóvenes – “del orto”, dicen por ahí en la calle – en la punta misma del Obelisco y sus inmediaciones; en esa ciudad que, salvo los que la pueblan sobre su corredor Norte, todos, porteñas, porteños y de otros lares por ahí radicados la yugan sin horizonte ni firmamento: las escuelas se caen a pedazos, en los hospitales que dios te ayude, y si el coso ese no existe o si existe está de vacaciones eternas, agarrate Catalina porque nos vamos a morir. Y para que seguir.
En fin, apenas si este textillo da para una miscelánea y cierta indignación en torno a medios de prensa locales y del afuera que la juegan y hasta algunos son claramente opositores a esta lacra que nos abate, pero se refieren a los olimpiquitos sin una miserable o puta mención al contexto; si hasta los sarasas de C5N hablaron con Horacio Rodríguez Larreta como si esa charla pudiese registrarse dentro de un termo para el mate o entre paréntesis blindados.
¿La verdad? Por qué no se irán a correr carreras allá mismísimo (¿a las casas de sus respectivas hermanas, y que lo pobres atletas que se fumen esto más allá de sus no responsabilidades) y en la calle se oiga un revival más o menos cambiado delo Luche y Vuelve, que diga Luche y Van. Bueno será que éste sábado de primavera sudaca inflama las amígdalas del pensamiento.