Sin la poesía que nos propone como almas bailarinas porque pelea contra los injustos, es imposible vivir. Y arriesgamos: sin ella, el periodismo será cada vez más yermo, porque en tiempos del espanto algorítmico (lo ordena y cobra el Imperio) es así, aunque parezca lo contrario. Por eso este texto de Lawrence Ferlinghetti, bajado dicho sea de paso de las magistrales intervenciones en redes sociales de otro poeta, el argentino Daniel Freidemberg. Ferlinghetti tiene 99 años; nació en 1919, en Nueva York. Es el último poeta beat. Durante muchos años, ha sido el máximo representante del movimiento poético de San Francisco, en el que se engloban una gran cantidad de poetas de diversas tendencias que encontraron apoyo literario a través de su librería The City Lights y de la revista City Lights Magazine. Aquí un texto que le pertenece.
Compadeced a la nación poblada por carneros,
despistados por sus pastores.
Compadeced a la nación con dirigentes mentirosos, sus sabios silenciados,
y sus intolerantes rondando por las ondas.
Compadeced a la nación que no alza su voz,
si no es para ensalzar a conquistadores y aclamar como héroe al matón
y que quiere regir el mundo por la fuerza y la tortura.
Compadeced a la nación que no conoce otro lenguaje que el suyo
y ninguna otra cultura que la propia.
Compadeced a la nación que respira dinero
y duerme el sueño del sobrealimentado.
Compadeced a la nación, oh, y al pueblo que deja que menoscaben sus derechos
y que sus libertades sean arrasadas.
Mi país, tus lágrimas, dulce tierra de libertad.