“En la multitudinaria #MarchaNacionalUniversitaria para exigir que se cumpla el derecho al acceso y a la permanencia en la Universidad pública y de calidad en nuestro país. #LaUniversidadMarch #UniversidadesEnPeligro”, decían los colaboradores de la ex decana de Periodismo de la UNLP y jefa de la bancada kirchnerista en Diputados de la provincia de Buenos Aires, mientras ella, como una más de las miles y los miles de estudiantes, docentes y no docentes de la universidades públicas de todo el país, junto a trabajadores y trabajadoras de la educación en general, organizaciones sociales y sindicales, militantes políticos y vecinos de la ciudad salieron a las calles como decenas, miles de manifestantes – se contaba que la multitud superaba las 300.000 personas -, en defensa de los salarios pero fundamentalmente de toda la Educación Pública.
Una verdadera multitud aportó a la marcha la Asociación de Docentes de la UNLP (ADULP), junto a estudiantes y la comunidad educativa en su conjunto, que llegó al Congreso y marchó a Plaza de Mayo,en defensa de la Universidad Pública.
“Tras el fracaso de las negociaciones y con el deterioro del salario real, los trabajadores y las trabajadoras le exigen al Gobierno una recomposición digna y el aumento del presupuesto para el sector”, decía un comunicado de ADULP.
Un dato relevante, la capacidad de convocatoria de la comunidad educativa del país, quizás más que cualquier fuerza social y política del país.
Ese último dato permite algunas lecturas provisorias. Que la Universidad y la Educación Públicas forman parte del contrato social de los argentinos y las argentinas, una vez más dispuestos todos a dar la lucha en todos los frentes en su defensa. Que en un contexto de evidente crisis de gobernabilidad a la que ha llevado el gobierno de Mauricio Macri con sus políticas económica, financiera, monetaria y social de verdadero debacle y el reconocido quiebre que afecta al sistema de representación política en el país – un verdadero peligro para el régimen democrático, es esa comunidad, vinculada en forma íntima a la vida cotidiana de nuestro país, la que apareció con mayor cohesión que cualquier otro sujeto colectivo.
“Ni la tormenta perfecta ni el presidente imperfecto nos van a frenar», aseguraba bajo la intensa lluvia uno de los miles de docentes apostado frente al Congreso junto a otros miles de estudiantes, investigadores, autoridades académicas, representantes gremiales y trabajadores no docentes de las 57 universidades públicas que marcharon rumbo a la Casa Rosada en defensa de la educación pública.
«Todos los niveles educativos estamos acá apoyando a las universitarios para que quien habita en la Casa Rosada sepa que la prioridad de la comunidad educativa y de cada familia es la educación», sentenció el secretario general de UTE, Eduardo López, y en la marcha ya eran miles.
La marcha convocada por las estudiantes, docentes y trabajadores no docentes de las 57 casas de estudios de todo el país fue creciendo al calor de la intransigencia del gobierno en la voz del ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, quien tras cuatro semanas de conflicto continúa negando la reducción presupuestaria para las casas de altos estudios y ofreciendo un 15 por ciento de aumento salarial en la paritaria docente. «Es una marcha contundente. Este Gobierno va a tener dificultades para poder avanzar sobre la educación pública, porque esto va más allá de un tema salarial», sostuvo el secretario general de Conadu, Carlos de Feo, en diálogo con C5N.
El titular de Conadu sostuvo que «aunque el Gobierno trate de reducir el conflicto a un reclamo salarial, esto se trata de algo superior, que tiene que ver con la baja del presupuesto, y estas miles de personas están demostrando que no están dispuestos a que siga sucediendo». El ministro Finocchiaro también redujo el reclamo a cuestiones partidarias en una de sus explicaciones para camuflar el pedido de la comunidad educativa y aseguró que sólo se trataba de una «alianza kirchnerotroskista».
«Estamos acá a pesar del clima inclemente. Estamos reclamando porque la situación en la universidad es desastrosa al igual que en la ciencia», denunció un docente de la Facultad de Exactas de la UBA empapado, a pesar de estar bajo un paraguas. «El ataque no sorprende, el ataque es a la ciencia y a la universidad, es a la producción de conocimiento», lamentó el docente integrante del Sindicato de Trabajadores Docentes de La UBA.
La movilización comenzó poco después de las 18 desde el Congreso hacia la Casa Rosada, donde el Gabinete presidencial continuaba asimilando el impacto de la nueva corrida del dólar, mientras que los docentes advertían que esa corrida también impactará sobre las investigaciones universitarias. «Lo que está en peligro es la educación pública en todos sus niveles y el Gobierno lo que ha hecho es mentir. Pero el macrismo se ha metido con un símbolo que es la educación pública», valoró la titular de CTERA, Sonia Aleso. Y los paraguas seguían llenado la Plaza de Mayo, la lluvia mermaba y hasta se veía un arco iris sobre la Pirámide de Mayo.