Estados Unidos se hunde en sus propios millones de toneladas de desperdicios. Lleva meses batallando con enormes cantidades de papel y de plástico, ya que China ha dejado de comprar esos materiales reciclados por ser contaminantes. La planta de reciclaje del área metropolitana de Baltimore-Washington tiene un problema: tiene que pagar para deshacerse del papel y del plástico que, en otras circunstancias, habrían sido vendidas a China.
Según informó el jueves la agencia francesa de noticias AFP, decenas de empleados de la planta de Elkridge en el estado de Maryland se afanan en separar de los residuos los elementos “contaminantes”, que pueden ser cualquier cosa, desde ropa hasta algún cable, que no se reciclan.
Algunas de las plantas de reciclaje de EE.UU. ni se esfuerzan en clasificar los residuos de papel y de plástico, y echan toda la basura a los vertederos, agrega la citada fuente. “Nadie quiere decirlo en voz alta porque a nadie le gusta el hecho de que se ven obligados a hacerlo”, declaró a AFP el jefe de la empresa de residuos WCA en Houston, Bill Caesar.
China, considerado el mayor reciclador del mundo, compró durante el año 2017 más de la mitad de la basura exportada por EE.UU. Sin embargo, desde el pasado mes de enero mantiene cerradas sus fronteras para la mayor parte de los residuos extranjeros de papel y de plástico al considerar que son demasiado “contaminados”.
Ante esta nueva postura de China, una delegación de EE.UU. exigió el pasado mes de marzo ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) que Pekín continúe comprando su basura.
La mayoría de los basureros globales se ubica en África, Latinoamérica y el norte de Asia, lugares en los que viven más de dos terceras partes de la población mundial, pero que gestionan la basura del tercio restante, donde se generan la mayor parte de los residuos.
La asociación Waste-Atlas, la única que lleva años documentando y cartografiando esta cara oculta del consumo global, advierte de la falta de esfuerzos coordinados a nivel internacional para catalogar los vertederos más peligrosos del mundo con el fin de movilizar ayuda internacional para su actualización, cierre o rehabilitación e insiste en que el cierre de los basureros es un desafío global para la comunidad internacional.
A continuación, los vertederos más grandes, peligrosos y poblados del mundo, recopilados el sábado por el diario español El Público.
El primero es el de Agbogbloshie, situado en Accra, Ghana. Con una extensión de 10,6 hectáreas recibe entre 1,7 y 2,6 millones de toneladas de residuos tecnológicos y unas 2,3 millones de personas viven a menos de 10 km de distancia.
En Bantar Gebang (Bekasi, Bakarta) se reúnen entre 28,2 y 40,4 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos en unas 112 hectáreas con una población de 830.000 personas viviendo a menos de 10 km.
En Bishkek, Kirguistán, nos encontramos con un basurero de 38 hectáreas que recibe entre 7,7 y 11 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos, entre otros.
En el basurero de 53 hectáreas de Dandora (Nairobi, Kenya) se acumulan entre 19,5 y 27,7 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos y residuos peligrosos.
En Ghazipur (Nueva Delhi, India) existe un basurero de 30 hectáreas al que van entre 9,8 y 14 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos y residuos peligrosos. En el de la Chureca (Managua, Nicaragua), de 42 hectáreas, se envían entre 6,3 y 9 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos y residuos peligrosos.
El de Lixão Da Estrutural (Brasilia, Brasil), que va a cerrar, tiene un terreno de 136 hectáreas y recibe entre 21 y 30 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos.
El de Mbeubeuss (Dakar, Senegal) es de 175 hectáreas y recibe entre 7,3 y 10,5 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos y residuos peligrosos. Unas 960.000 personas viven a menos de 10 km.
En el de Tegucigalpa, en Honduras, entre 4 y 5,7 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos y residuos peligrosos son enviados para ser acumulados en sus 40 hectáreas.
Y en Serbia, encontraremos el basurero de Vinča en Belgrado con una extensión de 35 hectáreas. Este recibe entre 6,6 y 9,5 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos, residuos peligrosos y basura electrónica.