La gobernadora María Eugenia Vidal es sin dudas una lde as principales armas políticas con las que cuenta Mauricio Macri para profundizar en la provincia de Buenos Aires el ajuste que Cambiemos lleva adelante en todo el país, y que sigue generando más pobres y desocupación. La bajada de línea en la aplicación de políticas contra los más necesitados y la clase trabajadora por parte del gobierno provincial en el territorio fue contundente en los últimos más de dos años y medio que el macrismo ha gobernado, más allá de los análisis que hacen desde los medios del poder y según los cuales existen chispazos entre la Rosa y La Plata, como entre Macri y el alcalde de la capital federal, Horacio Rodríguez Larreta.
Por Carlos López / Quienes protestan por la dura situación económica que deben afrontar las familias no son escuchados y son reprimidos en los casos que las medidas de fuerza se convirtieron en movilizaciones. La reforma previsional a empleados del Banco Provincia, los techos salariales ordenados por decreto para docentes, médicos y empleados estatales, los despidos en instituciones del sector estatal, las andanadas de ajuste a la educación y a la salud publicas y el reciente recorte contra la financiación de los hipódromos son algunas de las razones que ubican a Vidal como una cara que empieza a asustar a los bonaerenses, por atentar contra su futuro.
Cuando comenzó su gestión, la gobernadora Vidal recibió un auxilio financiero del gobierno nacional por 4.100 millones de pesos para afrontar el pago de aguinaldos de unos 550.000 empleados públicos. En ese momento cargó culpas contra la administración anterior de Daniel Scioli.
Sin embargo, pasados más de dos años, Vidal sigue castigando a los trabajadores con recortes justificados en la extrema situación de ahorcamiento financiero que enfrenta la provincia, sólo que ahora le faltaría la excusa de culpar a alguien más; cuando mira al sillón de Dardo Rocha se encuentra con la figura de ella misma.
La pelea con los docentes por las paritarias puso a los maestros en uno de los peores momentos de la educación pública en la historia bonaerense, lo cual se intenta minimizar para dar lugar a la educación privada.
El pasado viernes, los docentes bonaerenses fueron golpeados en Lomas de Zamora por la Policía cuando reclamaban el pago de sus haberes, que les corresponden por días trabajados durante el mes pasado. Es decir que la Provincia no paga y encima reprime si hay reclamos.
La situación de desesperación por las políticas de Vidal es permanente porque la gobernadora no sólo lleva a los docentes a un camino sin salida en las paritarias al comienzo de cada año, sino que además aplica mecanismos de castigos silenciosos, con decisiones económicas y proyectos de ley que son empujados desde el Ejecutivo y que curiosamente siempre afectan a algún sector de trabajadores.
Esto fue lo que ocurrió el pasado viernes cuando los docentes y trabajadores del ámbito educativo amanecieron y se encontraron con que el gobierno provincial les había liquidado mal el sueldo, y muchos otros ni siquiera habían recibido un peso.
La única alternativa que le quedó a los gremios fue organizar para las últimas horas de la semana un fuerte reclamo con retención de tareas. Desde Suteba anunciaron la urgencia dado que desde el oficialismo argumentaron que fue un error de la entidad bancaria que deposita los salarios, por lo que exigieron que «se deposite inmediatamente la totalidad de los sueldos a todos los docentes» y denunciaron que esta situación es responsabilidad de Vidal porque «es quien conduce la Dirección General de Cultura y Educación y el Banco Provincia».
La represión es una de las medidas políticas más antipopulares de la gobernadora, quien expresamente había anunciado en junio del año pasado que las fuerzas de seguridad tienen que estar preparadas para frenar manifestaciones de los trabajadores por sus derechos, con lo cual en aquel momento lanzó el fortalecimiento de más policías y agentes de Infantería y Caballería en 190 puntos de la provincia de Buenos Aires. Desde el gobierno provincial proponen sacar más y más policías a las calles, como si se tratara de una cuestión de cantidad para controlar al delito cuando lo que en realidad quiere controlar Vidal es la acción de unidad que pueden alcanzar los trabajadores ante reclamos legítimos y las medidas de fuerza expresadas en las calles por conjuntos de gremios que con Cambiemos aprendieron a juntarse en busca de causas comunes que rondan siempre en la pérdida de derechos y de capacidad económica a futuro, profundizado más aún con la inserción del Fondo Monetario Internacional (FMI) como comandante del mercado interno nacional.
Una de las represiones más recordadas en la gestión de Vidal fue a principio de marzo de su primer año de gobierno, cuando en el Día de la Mujer las fuerzas de seguridad reprimieron brutalmente a trabajadores y trabajadoras de SOEME que realizaban un abrazo simbólico frente a la Dirección General de Cultura y Educación que se encuentra en La Plata. En esa ocasión los trabajadores denunciaron que la policía utilizó balas de goma, gas pimienta y hasta las pistolas eléctricas contra porteras de escuelas y cocineras de comedores escolares que se movilizaban.
En el mismo momento que se ejecutaba esta represión, la gobernadora se encontraba festejando el Día Internacional de la Mujer junto al presidente Mauricio Macri, y el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, se encontraba condecorando a mujeres de la Policía. Estas acciones para amedrentar a los trabajadores fueron repetidas por el gobierno de Vidal en otras situaciones como en diciembre de 2017 cuando trabajadores del Estado frenaron la reforma previsional de Vidal para el Banco Provincia y fueron reprimidos tanto frente al Congreso Nacional como así también en la Legislatura de La Plata.
El ataque de Vidal a los jubilados a quienes tanto defendía en campaña electoral fue una decisión marcada de su gestión. La intención de avanzar en una reforma del sistema previsional bonaerense pero luego de la caía de la imagen pública de la gobernadora, el proyecto no avanzó a pesar de que se esperaba este año lograr los cambios en el régimen del Instituto de Previsión Social (IPS), entidad que reúne las jubilaciones de miles de trabajadores estatales, docentes, judiciales y municipales de la provincia. Pero lo que sí logró Vidal a fines del año pasado fue en diciembre aprobar el proyecto de ley que eleva la edad jubilatoria en el Bapro de 57 a 65 años, un plan que se ejecutará entre el 2020 y el 2028 de manera gradual, y a su vez bajó el haber previsional del 83 al 70%. La ley 15.008 fue promulgada finalmente el 18 de enero de este año. Este avance del macrismo derivó en una serie de protestas y medidas de fuerza con paro y movilización de los empleados del Banco Provincia, que además se sumó a otros reclamos como el techo a las paritarias impuesto por la administración de Vidal.
La ola de recortes en una provincia que se sigue hundiendo en una millonaria deuda pública alcanzó en junio pasado a los trabajadores de los hipódromos de todo el territorio bonaerense, con una ley que desde Gobernación intentan aprobar en ambas cámaras legislativas para ejecutar el desfinanciamiento de los hipódromos, poniendo en riesgo 50 mil fuentes de trabajo. Los fondos que sustentan a los hipódromos de San Isidro, La Plata, Azul, Dolores y Tandil no provienen del presupuesto provincial sino del Instituto Provincial de Lotería y Casinos, que asigna entre un 9% y un 15% del Fondo Provincial del Juego (FOPROJUE) para mantener la industria. Esa disposición está reglamentada en la Ley 13.253 y los fondos son provistos por un porcentaje de las ganancias de las tragamonedas de los bingos, juego que desde los noventa provocó el traslado de las apuestas y, por lo tanto, la decadencia del turf. El ministro de Economía, Hernán Lacunza, apuntó esta última semana a reducir el porcentaje que reciben los hipódromos de las tragamonedas del 12% al 9% (representan 300 millones de pesos para este año), y avanzar con el proyecto de ley para eliminarlo por completo, lo que en términos financieros representaría una reducción del 50% de los recursos que ingresan por esa vía al sector.
El pasado 27 de junio Vidal anunció públicamente medidas que a su criterio serán en respuesta de los complicados meses económicos que afrontara la Argentina en lo que resta del año. Es decir que la propia gobernadora reconoció buscar una especie de mimo para los ciudadanos para soportar la crisis social que ya es insostenible desde el discurso de supuesto equilibrio y crecimiento sostenido que anhela Macri. En un acto formal desde La Plata informó que será adelantado en julio el pago del medio aguinaldo a los estatales de la provincia, y también que se dispuso una suba de la jubilación mínima y un aumento de la cifra y de los alcances de las asignaciones familiares, ambas por cierto muy por debajo de los índices de inflación que ya se especula que podrá superar el 33% este año y que se renueva con cada escalada de la cotización del dólar, trasladada de inmediato a los precios de productos y servicios del consumidor final.
Quizá estas medidas son parte del plan de fantasía que vive en gran parte el gobierno nacional y que salpica a todos aquellos que tengan ligados los intereses de vaciar el país a costas de millones de argentinos que ven como sus ingresos se esfuman día tras día. El periodista de radio Mitre, Alfredo Leuco, en una reciente editorial de esta semana pasada aseguró que “Vidal es famosa en la Argentina por su coraje para enfrentar a las mafias de la policía, del servicio penitenciario, de las barras bravas del fútbol y las castas corruptas de los gremios y la política. No es casual que con tantas amenazas haya tenido que ir a vivir a una unidad militar con sus pequeños hijos”. Y continúa: “Ni Lugones ni Ojea dijeron una palabra de ese combate por la democracia, la república y la decencia. No recuerdo a Lugones ni a Ojea haber dicho una sola palabra de condena o de crítica a Daniel Scioli que dejó la provincia fundida, perforada por la corrupción y multiplicada de pobres y excluidos”. Casi difícil de creer es el cinismo con el que el periodista protege a la gobernadora que menos acciones sociales ha realizado y que deja hoy a decenas de distritos en soledad. El reto al que se refiere Leuco fue por parte de los monseñores Jorge Lugones y Oscar Ojea, representantes del Papa Francisco en la Argentina, hace referencia al encuentro en el que ambos mostraron su disconformidad con las políticas sociales aplicadas por Vidal y por la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley. Por lo visto, para la derecha argentina la represión y la quita de poder adquisitivo a los que menos tienen es la solución a la crisis.
La postura antipopular que destaca al vidalismo generó incluso que un conjunto de gobernadores le reclamaran esta semana pasada que su provincia se haga cargo de la empresa Agua y Saneamientos Argentinos (Aysa), de las eléctricas Edenor y Edesur y del transporte. Es por ello que esta semana los colaboradores de Vidal avanzaron en una estrategia para que los 135 Concejos Deliberantes de la Provincia rechacen la propuesta de los gobernadores peronistas. Es que Vidal se las ingenia para hacer y deshacer cualquier posibilidad de crecimiento en los municipios. Docentes, judiciales, médicos y trabajadores del Estado le siguen reclamando la reapertura de paritarias desde marzo para superar el 15% de aumento salarial que la Provincia estable como techo y que además de hacerse desdoblado en tres cuotas, también se aleja enormemente de la realidad si se toma como punto de partida los índices de inflación actuales que superan el 2% mensual en lo que va del año.
Vidal será recordada por dos grandes logros en la provincia de Buenos Aires: por dejar una deuda millonaria sobre la que se basa su gestión del engaño -a mayo del corriente año aumentaba al 113% del total que recibió la administración macrista- y por castigar a miles de trabajadores que en los mejores de los casos no fueron despedidos y al menos luchan por mejoras salariales y reaperturas de paritarias que son negadas desde el gobierno. Muchos otros ya no pueden ni siquiera luchar por ese derecho porque han sido despedidos. El pasado lunes el periodista de Canal 13, Marcelo Bonelli, presentaba entre los titulares del noticiero nocturno de esa señal que la gobernadora se encuentra “muy preocupada” por la situación económica que deben afrontar las familias de menores recursos. Increíblemente las caras visibles del grupo Clarín protegen a la ejecutora del plan de saqueo que llevó a la provincia a contar nuevos empleados cesanteados todas las semanas en diversas localidades bonaerenses.
La gobernadora será fundamental en el armado del fuerte ajuste que piensa ejecutar en los próximos seis meses el gobierno nacional, ya que junto a Horacio Rodríguez Larreta son los dos funcionarios que negocian con Macri los recortes tanto en la provincia de Buenos Aires como en la Capital Federal. Desde la gestión macrista especulan que si los dos distritos más grandes del país aceptan el ajuste que pretende el FMI, luego podrá ser extendido con facilidad a las provincias, evitando las quejas de los gobernadores. Es que el plan se tiene que ejecutar de todas formas, porque el Fondo lo requiere y, ahora, al Fondo pertenece la economía argentina. Larreta y Vidal mantuvieron varios encuentros durante la última semana con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, siendo el viernes pasado en la residencia presidencial de Olivos el más importante para definir los pasos a seguir. Macri traslada las deudas y los recortes a las provincias y lo que generará esto no será sólo un enojo pasajero de gobernadores e intendentes propios y ajenos, sino que quienes sentirán los coletazos de esta decisión serán los millones de argentinos que se encuentran luchando contra la dura crisis social y económica que atraviesa el país. Cambiemos promete inversiones y crecimiento, pero la gente recibe pobreza e inestabilidad.