“Frente al nuevo episodio de corrida cambiaria, la mejor solución que se le ocurrió a este gobierno de inútiles mala leche fue…Aprobar la fusión Telecom Clarin. Entre el dólar y la selección esperan que pase desapercibido. Bueno, no lo van a conseguir”, estampó hace unas hora en Twitter Graciana Peñafort, jurista, y una de las principal referencia especializadas sobre Derecho y Comunicación, redactora de la Ley de Servicio de Comunicación Audiovisual y su defensora ante la histporica reunión que al respecto hiciera en su momento la Corte Suprema.
El Gobierno convalidó la concentración más importante en la historia de las telecomunicaciones de la región. El Grupo Clarín avanza en el mercado con una porción mayor respecto de sus competidores, Telefónica y el Grupo Slim (Claro). La administración Macri favoreció con la fusión Telecom-Cablevisión los negocios del Grupo Clarín.
La Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) aprobó la fusión entre Telecom-Cablevisión. Con escasas exigencias y condiciones, las autoridades validaron ayer el proceso de concentración más importante en la historia de las telecomunicaciones de América latina. La operación protagonizada por el Grupo Clarín y el fondo Fintech comenzó a mediados del año pasado y en diciembre ya contaba con el beneplácito acelerado del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom). Para contener una parte de los cuestionamientos realizados por el resto de los jugadores del mercado, que advierten que la fusionada compañía será la única capaz de brindar cuádruple play (telefonía fija, móvil, televisión paga y banda ancha) en el corto plazo, el dictamen de la CNDC establece un plazo de entre 6 y 12 meses, según cada región, para que el nuevo gigante pueda ofrecer ese servicio.
Como resultado de la integración, Fintech Advisory, controlante de Telecom, pasó a concentrar el 41,27 por ciento de las acciones y Cablevisión Holding el 33 por ciento. La primera de las compañías, un fondo radicado en Delaware, está encabezado por el empresario de origen mexicano David Martínez. La segunda firma tiene a los dueños del Grupo Clarín como accionistas; Marcela y Felipe Herrera de Noble, Héctor Magnetto, José Aranda y Lucio Pagliaro. La fusionada compañía se convirtió formalmente en la mayor empresa del sector al dominar cerca del 36 por ciento del futuro mercado convergente de telefonía fija, móvil, televisión paga y banda ancha, superando a Telefónica (30 por ciento) y Claro (25 por ciento).
El comunicado de la CNDC, sin embargo, defendió la concentración al señalar que “los sectores de telefonía fija, comunicaciones móviles, provisión de servicios de internet y televisión por cable o satelital son objeto en todo el mundo de un proceso de convergencia debido al avance de la tecnología a ritmo acelerado que requiere grandes inversiones permanentes en infraestructura”. Por su parte, el titular de la CNDC, Esteban Greco, consideró que la nueva estructura del mercado genererá “incentivos a la inversión de actores actuales o potenciales de manera de garantizar el desarrollo tecnológico imprescindible para el país”.
La operación que apenas insumió un año contó con el beneplácito del gobierno de Mauricio Macri a lo largo de todo el recorrido. El puntapié inicial fue la derogación de los artículos de la Ley de Medios Audiovisuales puestos para frenar la concentración del mercado. A partir de entonces la fusión tuvo vía libre.
“Para evitar las ventajas de ser el primer operador en ofrecer el servicio, la CNDC obliga a la empresa fusionada a evitar empaquetar sus servicios por un plazo que puede ser de seis o doce meses, según la región. De esta manera, los competidores cuentan con más tiempo para invertir o asociarse para proveer servicios múltiples junto con otro proveedor”, sostiene el comunicado emitido por Defensa de la Competencia. Asimismo, la decisión indica acelerar la devolución de hasta 80 Mhz de espectro “para permitir una competencia equilibrada entre los actores”.
El dictamen de la CNDC obliga además a Telecom-Cablevisión a desprenderse de 143.463 clientes de su red fija de banda ancha en 28 localidades, una porción irrelevante para la compañía que con la fusión sellada brinda ese servicio a cerca de 4 millones de usuarios en todo el país. El comunicado oficial sostiene que “la cifra representa el 9 por ciento del total de clientes residenciales de Arnet y una facturación anual de aproximadamente 500 millones de pesos”.
Las ciudades donde la empresa deberá ceder clientes están distribuidas en Córdoba, Buenos Aires, Entre Ríos, Misiones y Santa Fe. Para las autoridades regulatorias la medida resuelve “los problemas de competencia que habría generado la fusión en localidades donde Cablevisión y Telecom eran las únicas empresas con despliegue de red fija”. Quien se quedará con esa cartera de clientes es la empresa Universo Net, una prestadora de televisión por cable con presencia en el sur y en países limítrofes que pertenece a la familia Venturini.