Un laburante que, además, le acomodó los papeles a la “Messi Corporation”. En todas las crónicas anteriores dejé en claro que al once de las rayas blancas y celestes le sobran argumentos, no sólo para pasar a octavos sino para seguir la huella de Rusia 2018, por la indiscutible y llamativa calidad de Lionel Messi, sin concederle que sea el mejor del mundo, porque, justamente, si el mundo futbolístico de estos tiempos se caracteriza por algo es porque no existe un mejor, sino varios excelentes (Cristiano y Neymar y el egipcio Salah, entre otros); y por algunos jugadores de eficacia probada en la ligas europeas, como “el Kun” Agüero y “El Pipita” Higuaín, y no mucho más ,pero no es poco. Mientras se festejan los goles la Agencia Télam despide a 354 trabajadores, en un solo día, de un saque, y bajo discursos estigmatizantes y denuncias falsas. El periodismo deportivo estrella ni se dio por enterado. La Argentina del presidente Mauricio Macri, empresario lumpen que viene de ser dirigente de Boca Juniors.
Por Tania Molotova / Por eso, por lo de los argumentos futboleros, es que podía lograr lo que logró, entrar zafando a la próxima ronda, tras días, semanas, de escándalos que ya narramos y sobre los cuales antes del sábado, que tendrá lugar su encuentro por octavos, volveremos a tratar con algunos enfoques distintos.
No lo hizo por obra de los “amigos de Messi” o la “Messi & Cia” o la “Messi Corporation”, para usar expresiones que ya explicamos su por qué, y como prefieran llamarlos, sino porque casi a un recién llegado se le encendió la lamparita de la fortuna y la buena realización sobre el tiro del final, que, como dice el tango, no suele salir; y cuando llegaba el luto, ¡zas!, se hizo la luz.
Por más que los jugadores y todos en la Selección, y en la prensa en general, apelen a esa suerte de omertá de cotillón que es propia del planeta fútbol, y lo nieguen hasta la negación, el equipo de este martes no fue alineado por el DT, Jorge Sampaoli, sino por «el niño mercancía» Lionel y sus lugartenientes.
Pero algo surgió justo, con la fortuna que también requieren los ganadores. El central Marcos Rojo, a cuatro minutos del final, fue el salvador. Islandia caía ante Croacia y lo nuestros se quedan en Rusia, por ahora y por lo menos hasta el sábado, que se batirá contra Francia, equipo que aun no demostró demasiado, lejos de otros tiempos.
Jugó bien los primeros 45, por momentos muy bien: de relojería el pase del vapuleado ex Boca y actual Sevilla, Éver Banega, y bello control y disparo gol de Messi, quien, claro, hizo lo que debe hacer, pues para eso le pagan tanto dinero. Pero en la segunda parte los fantasmas se hicieron presente, o “la otra Selección”, esa que arrancó tarde y más o menos, más menos que más.
Uno de los amigos y socios de Messi, el ex jugador Javier Mascherano hizo lo de un novato, y penal para que otro de los muy buenos de la actualidad, Moses, convirtiera en empate para los nigerianos.
Los argentinos otra vez en sustito paralizante cuando las cosas se ponen serias, y el árbitro, con VAR y todo, los ayudó con un penal de Rojo que no cobró.
Bien dijeron los colegas del diario Página 12, “la clase obrera” le dio el triunfo y el pase a octavos. Las estrellas una vez más con brillos turbios.
Veremos como sigue, habrá que atravesar las Galias. Por hoy, hasta aquí.