Por la multitud, sobre todo de mujeres jóvenes que inundaron las cercanías del Congreso Nacional para esperar que la Cámara de Diputados decida favorablemente en torno a la despenalización del aborto, proyecto que se encarnó en una amplia mayoría de la sociedad, dejando en un altillo para trastos viejos las defecciones y y vacilaciones oscurantistas que se manifiestan en buena parte del cuerpo de sus representes políticos. Esa gran movilización sólo puede ser comprendida por el impacto que viene provocando desde hace décadas el movimiento de mujeres y su agenda de género.
El miércoles a la noche, la caminata de un periodista veterano enfundado en su sobretodo y con sombrero, en combate contra el frío, resultaba casi un dato de una película de misterio. Decenas, cientos, miles de jóvenes y adolescentes, sobre todo pibas, se expresaban casi como en un campamento Woodstock, pero con fuerte conciencia sobre sus derechos, vitales, únicos e insoslayables para la democracia.
“Si la votación por el aborto en la Cámara de Diputados reflejara la movilización callejera, el resultado debería guardar una proporción de 9 a 1. Y tal vez algo mayor aún. La marea verde literalmente copó el barrio de Congreso. El operativo de seguridad y la divisoria de aguas en la Plaza del Congreso quedaron totalmente desbordados por los cientos de miles de manifestantes a favor de la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo. El contraste con el sector celeste, color que identifica a los antiabortistas, es abrumador: un pequeño grupo en la esquina de Hipólito Yrigoyen y otro frente al escenario montado a tres cuadras de allí, que en su caso no llegó a sobrepasar media cuadra de la avenida. Tambien es notoria la diferencia entre la composición de uno y otro grupo. El verde, mayoritariamente de jóvenes y adolescentes; el celeste, algunas familias, gente mayor y pocas chicas. Esa es la radiografía que publicó este jueves el diario Página 12.
Por su parte, el colega Roberto Álvarez Mur, del diario Contexto, de La Plata, vio lo siguiente:
Desde las últimas cuadras de Avenida de Mayo antes de llegar a la Plaza de los Dos Congresos ya podía distinguirse la disposición pautada: una plaza vallada en su totalidad para dividir la concurrencia entre quienes apoyaran la aprobación de la Ley de IVE y quienes la rechazaran, nucleados en el sector autoproclamado por “las dos vidas”. La magra convocatoria de estos últimos quedó remarcada ante la imponente marea de mujeres, hombres, jóvenes, adultas y niñas que pasaron por la intersección de las calles Rivadavia y Callao, hasta el escenario principal por donde estuvieron artistas y referentes como Malena Pichot, Jimena Barón, Miss Bolivia, Tonolec, Eruca Sativa.
“No nos dejan otra alternativa que desafiar a este gobierno. Que sean los vidrios del gobierno y no los cuerpos de las mujeres los que se quiebren”, rezaba un cartel sostenido por una chica con la cara inundada de ‘glitter’, el maquillaje que supo convertirse en escudo de batalla.
“Esto es emocionante, siento que me va a explotar el pecho. Es algo que nunca se había visto en la Argentina y está sucediendo ahora”, dijo a Contexto Patricia, una madre que acababa de filmar con su celular el pogo en el que se había mezclado su hija de dieciséis años, entre un sinfín de pañuelos verdes.
Entre la multitud podía distinguirse desde mujeres autoconvocadas, ya sea en familia o en grupos de amigos, columnas de organizaciones universitarias y sindicatos, hasta referentes políticos como el legislador porteño Pablo Ferreyra o el dirigente social Luis D’Elía. En dirección al escenario principal, ubicado sobre avenida Callao, se erguían carpas y stands de múltiples sectores militantes del movimiento de mujeres, desde las delegaciones de género de la CTA, banderas en portugués que recordaban a Marielle Franco –militante feminista asesinada este año en Brasil–- hasta un espacio de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR), agrupación enfocada en la sindicalización del “trabajo sexual”.
“Lo mismo sucedió cuando se discutió el matrimonio igualitario, que abrió un paso para que luego se discuta la Ley de Identidad de Género. Acá hay un montón que atraviesan tanto el aborto como el trabajo sexual: la clandestinidad, la ilegalidad, la hipocresía, el peso de la Iglesia. Estamos discutiendo sobre el poder de decisión sobre nuestros cuerpos”, dijo a Contexto Georgina Orellano, titular de AMMAR.
Por su parte, el cuerpo de representantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito brindó una conferencia de prensa alrededor de las siete de la tarde, donde se celebró la presencia de “compañeras que han viajado desde todas las provincias”. La referente Marta Alanis expresó: “Han venido unos treinta micros de Rosario. Se estima que un millón de personas han pasado esta tarde por la movilización verde. Le pedimos a los diputados que tenemos aquí enfrente que vean lo que ha sido el clamor popular por esta causa”.
Sin dudas, el festival y la jornada significó la capitulación de un proceso que en los últimos meses combinó la fuerte militancia del movimiento de mujeres con múltiples sectores para instalar la discusión en los medios, en la cultura y la opinión pública. Desde periodistas, actores y figuras de la música y el espectáculo, hasta “youtubers” e “influencers”, la consagración de la ola feminista se volcó en los cientos de adolescentes que esta semana tomaron unos once colegios de la Capital Federal en reclamo de la aprobación de la ley. La avalancha verde que colmó ayer la ciudad anunció que, en las calles, ellas ya ganaron y esto recién empieza.