Un informe elaborado por la red de oenegés United Ways, de EE.UU., constata que en este país hay más de 50 millones de familias sin ingresos suficientes para costear necesidades básicas como alojamiento, alimentación, cuidados médicos, transportes y telefonía satelital.
Los 50,8 millones de familias constituyen nada menos que un 43 % del total de hogares de Estados Unidos, señala el estudio, publicado esta semana, que suma 16,1 millones de familias pobres con 34,7 millones de familias con empleo, pero con bienes limitados e ingresos restringidos (Alice, por su acrónimo en inglés).
Este segundo tipo de hogares disponen de ingresos superiores al baremo oficial empleado por el Gobierno estadounidense para definir la pobreza, pero menos de lo necesario para sobrevivir en un país ajustado a los modelos económicos actuales.
“A pesar de señales económicas en apariencia positivas, los datos sobre los Alice muestran que las penurias en cuestión de dinero son todavía un problema generalizado”, ha dicho al canal local CNN la directora del proyecto, Stephanie Hoopes.
De acuerdo con las declaraciones de la investigadora sobre asuntos sociales, los datos recabados, publicados por el congresista de Minnesota Keith Ellison (demócrata), muestran además que existen familias en situación Alice “en todas las comunidades y en todas las edades, razas y etnias”.
Epidemia de bancarrotas, suicidios y homicidios en EEUU | HISPANTV
Bancarrota económica, armas de fuego, suicidios y homicidios se consideran una peligrosa combinación al estilo estadounidense y un fenómeno cada vez más frecuente. Pero la realidad parece contradecir los argumentos de la actual Administración de Trump.
Los mayores índices de población en estas circunstancias se hallan, de acuerdo con los resultados del estudio, en los estados de California (sudoeste), Hawái (en el océano Pacífico) y Nuevo México, en el sur del país.
Muchos de los individuos calificados de esta manera trabajan en empleos mal remunerados y disponen de escasos ahorros, aclara el informe, conforme a cuyos datos en el 66 % de los empleos de Estados Unidos se paga menos de 20 dólares por hora.
Otro hallazgo significativo del estudio es la gran diferencia entre la remuneración de los altos directivos y los trabajadores medios. En la actualidad, un director general gana en promedio 339 veces más que un empleado normal, llegando en algunos casos esa diferencia a ser de 5000 a uno.