Una asociación peligrosa la de nuestro Pejerrey y su amigo periodista, poeta y libertino de Berazategui en Facebook, que no fue en desmedro de las mujeres que juegan al fútbol o van a la cancha y son fanáticas – nuestro pez salta Redes sigue cada piña del boxeo femenino por ejemplo – pero sí alerta sobre el furibundo machismo que impera en el mundo de la de cuero, ni que hablar en el del negocio que rueda y crece en cada cancha, sobre todo por TV; claro que sobre todo sin paraguas en tiempos de Mundial, que ya se viene el de los rusos. El Pejerrey Empedernido es el nombre que él mismo eligió, a contramano de su primer bautizo, que le había llegado de arriba. Navega por las Redes, porque de redes sabe escapar. Para quienes aun no lo conocen recordemos que esta sección, cuyo título deriva de ciertos textos del sabio mexicano Alfonso Reyes – en el Descanso IX de su libro de obligatoria lectura “Diez descansos de cocina (Fragmento de Memorias de cocina y bodega y Minuta)”; Fondo de Cultura Económica; México; 1998) –, se dedica a retomar intervenciones en las llamadas redes sociales, en algunos casos con firmas conocidas y en otros no tanto, que hacen a la pugna por la sobrevivencia existencial de los habitantes de estas tierras, más allá de sus géneros, credos o no credos, colores, sean o no unicornios azules; identidades varias o pertenencias culturales. Luz, cámara y al abordaje.
Anoche alcancé a ver la publicidad del Mundial «defendiendo» la diversidad sexual y se me ocurrió un buen spot para que TyC Sports reivindique, ya que estamos, el rol de las mujeres en el fútbol. El slogan principal podría invocar a Putin y decirle con tono superador: «En nuestro país es muy normal que las mujeres participen del fútbol» y mostrar imágenes de una madre llevando a los chicos al club del barrio a jugar a la pelota, lavándole las camisetas y los shorcitos a mano todos los sábados; también podría mostrar una feliz ama de casa preparando torta fritas, buñuelos y mate, mientras padre e hijo esperan ansiosos frente a la TV a que empiece el partido; o una leal esposa que se emociona al recibir un llamado a último momento de su marido desde el obelisco diciendo «negri, hoy me quedo con los muchachos festejando, ¡ganamos!». Todo esto acompañado de alguna melodía emotiva tipo «Todo a pulmón» de Lerner. El spot culminaría con la siguiente frase: «Para ellas es un verdadero orgullo, señor Putin, lavarle los platos a nuestros campeones ¡Vamos Argentina!».