El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retira a su país del acuerdo nuclear iraní, alcanzado entre Irán y el Grupo 5+1 (Rusia, EE.UU., el Reino Unido, Francia y China, más Alemania) en 2015. Con este anuncio debilita tanto el acuerdo nuclear como su propio país. En este artículo pretendemos estudiar los motivos de EE.UU. para retirarse del pacto, además de analizar las consecuencias que podría tener para Washington la violación de dicho acuerdo.
Por Rasoul Goudarzi (*) / Desde los primeros días de las campañas electorales para las presidenciales de 2016, de EE.UU., el magnate republicano empezó a calificar el acuerdo nuclear como un pacto malo, insistiendo en la necesidad de anularlo o renegociarlo, para convertirlo, en su opinión, en un pacto bueno. Su posición es que este acuerdo, otorga a Irán una mayor influencia a nivel regional e internacional. Por ello estableció cuatro condiciones para seguir en el acuerdo: primera, Irán debe permitir la inspección inmediata de sus instalaciones nucleares tras la solicitud de los inspectores internacionales. Segunda, Irán debe garantizar que nunca, ni tan siquiera tratará de desarrollar armas nucleares. Tercera, las cláusulas de esas leyes no tendrán fecha de vencimiento, y en caso de incumplimiento por parte de Irán de cualquier artículo de esa ley, se reanudarán las sanciones. Y la cuarta residía en que Irán debe considerar explícitamente inseparables los misiles balísticos del armamento nuclear, y esas leyes someterán a duras sanciones el desarrollo y ensayo de misiles iraníes.
Sin embargo, al ver el rechazo de Irán de aceptar las condiciones que suponía una renegociación del pacto, Trump el martes anunció la salida de su país del acuerdo, diciendo con un tono amenazante: “Hoy anuncio que Estados Unidos se retirará del acuerdo nuclear con Irán (…). Volveremos a imponer el nivel más alto de sanciones económicas”.
La estrategia que persigue estas nuevas medidas de Trump, es decir, imponer sanciones y prohibir a los países a mantener lazos comerciales con Irán, busca provocar a Teherán para que, en una reacción de descontento y bajo tanta presión, anuncie su salida del pacto.
Sin embargo, ante estas medidas, Irán sigue insistiendo en que el acuerdo es multilateral y un solo país, aunque se trate de EE.UU., no puede cancelarlo. En este sentido, el presidente de Irán, Hasan Rohani, manifestó: “Si cumplimos con las metas del acuerdo en cooperación con otros miembros del pacto, este seguirá en pie (…) Al abandonar el pacto, Estados Unidos ha contravenido oficialmente su adhesión a un tratado internacional”. Añadió: “De ahora en adelante, el acuerdo es entre Irán y cinco países” refiriéndose al Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China, y a la salida de EE.UU.”. Además, fijó un plazo de unas semanas para los otros signatarios del pacto, especialmente para los europeos, para que den una garantía de satisfacer los intereses del país persa.
Al mismo tiempo, el mandatario persa habló de medidas recíprocas para tanto contrarrestar las medidas de la Administración de Trump, como garantizar la seguridad nacional de su país. Entre ellas, señaló que de ser roto el acuerdo, el país empezará el enriquecimiento industrial.
Inmediatamente después del anuncio de Trump, la comunidad internacional reaccionó y rechazó la postura de EE.UU. hacia el pacto, incluso los aliados más cercanos de Washington, es decir, el Reino Unido y Francia aseguraron que seguirán en el acuerdo y se esfuerzan por mantenerlo vigente. Así que una vez más, en los últimos dos años, EE.UU. pierde el respaldo de sus aliados y se queda aislado.
En este contexto, la Jefa de la Diplomacia Europea, Federica Mogherini, en una rueda de prensa volvió a defender el pacto y no solo reiteró que seguirá en ello sino aseguró que el bloque europeo no impondrá sanciones a Irán para respetar el acuerdo. Lo mismo fue escuchado desde Londres y París. Pero lo contundente fue la reacción de la canciller alemana, Angela Merkel, quien destacó: “Ya no podemos confiar en que EE.UU. nos proteja. Europa debe tomar su destino en sus propias manos, es nuestro desafío para el futuro”, además, añadió: “Washington no es capaz de defender al Viejo Continente de los conflictos mundiales, algunos de los cuales tienen lugar ‘a las puertas’ de Europa”.
Asimismo, Benjamin Griveaux, el portavoz del Ejecutivo francés, ante las futuras sanciones de EE.UU. con el fin de limitar el comercio con Irán, manifestó: “La Unión Europea está lista para desafiar en la Organización Mundial del Comercio (OMC) cualquier medida unilateral (de Estados Unidos) que perjudique los intereses de las empresas europeas y responder de manera proporcionada, de acuerdo con las reglas de esa organización internacional”.
En este sentido, hay que destacar las declaraciones del director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Yukiya Amano, quien además de rechazar las alegaciones de Trump de que Irán ha violado el acuerdo nuclear, dijo: “A día de hoy, la AIEA puede confirmar que los compromisos nucleares están siendo implementados por Irán”. Aseguró también: “Irán está sujeto al régimen de verificación nuclear más robusto del mundo dentro del JCPOA (siglas en inglés de Plan Integral de Acción Conjunta, nombre oficial del acuerdo), lo que es una ventaja importante en términos de verificación”. De esta forma puso fin a cualquier duda sobre el cumplimiento de Irán con el pacto y esclareció que es EE.UU., el que está incumpliendo sus obligaciones bajo el acuerdo nuclear que también fue ratificado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU).
Nada más llegado al poder en EE.UU., el presidente Donald Trump, ha empezado a retar los acuerdos internacionales, en los que está involucrado el país. En este sentido, se puede señalar el acuerdo de normalización de lazos con Cuba, salir del Acuerdo de Asociación Transpacífico o TPP, además de retirarse del acuerdo de París sobre cambio climático, y ahora que se retiró del acuerdo nuclear. Excepto el pacto con Cuba, que es de carácter bilateral, el resto de los tratados son internacionales. Todo esto ha dado como resultado algo obvio: EE.UU. está deteriorando su imagen de manera muy acelerada. La actual Administración estadounidense está mostrando que EE.UU. no es un país fiable para temas de gran importancia, para cuestiones que requieren de un compromiso sólido, estable y duradero, y menos aún, que no tiene la mínima nobleza e interés de honrar los compromisos adquiridos. Por lo tanto, esta pérdida de credibilidad política, económica y moral, hará que poco a poco el país se quede aislado, a nivel internacional, y provoque una insistente crítica y paulatino rechazo de otros bloques o gobiernos que tengas posiciones diferentes.
(*) Texto publicado por el sitio HispanTV.