¿Qué ensalada parece el título, no? Ninguna, pues el fundador y máximo dirigente de la primera y por mucho tiempo exitosa experiencia socialista de autogestión, en la Yugoslavia que emergió tras la derrota del nazismo, vivió en Berisso, aunque las huellas de esa estadía suelen perderse entre la crónica de los hechos y la leyenda; y además, si se repara en la historia de aquél dirigente de quien en la actualidad se diría que tiene vigencia global, puede arriesgarse sin demasiado temor a errores que, seguro, hubiese apoyado en forma decidida unas recientes declaraciones de la jefa del bloque kirchnerista en la Cámara de Diputados de la Legislatura bonaerense.
Por Víctor Ego Ducrot (*) / “Cerca de mil alumnos y ex alumnas s se ven afectados por el deterioro de la Escuela Secundaria Técnica N° 2 de Berisso. Tuvieron que cortar la energía de un sector porque las paredes estaban electrificadas. En algunas aulas no hay luz y se ve afectado el contexto pedagógico. #VidalMiente”, sostuvo Florencia Saintout hace pocas horas en Twitter.
La principal referencia de Unidad Ciudadana en La Plata, y una de las más influyentes de ese espacio en la provincia de Buenos Aires, también utilizó las redes sociales para difundir declaraciones suyas en una radio y referidas al caso FarmaCity: “En @RadioCaput, hablamos sobre la importancia de haber logrado unidad opositora en @HCDiputadosBA para frenar el avance de Quintana, vicejefe de gabinete de Macri y empresario de Farmacity, y de quienes quieran lucrar a costa de la salud de los y las bonaerenses”, expreso desde su cuenta en Twitter.
Asimismo, fustigó a la gobernadora María Eugenia Vidal por su responsabilidad política frente a los tarifazos: “Junto a Intendentes de la Provincia de Buenos Aires, decimos #BastaDeTarifazos, parches y mentiras. @mariuvidal tiene que dejar de proteger a sus socios, como Rogelio Pagano, quien ganó 6 millones de pesos por día con los aumentos de la luz”, disparó Saintout.
Josip Broz eligió “Tito” como nombre de clandestinaje y guerra al encabezar la Resistencia contra el nazismo en los Balcanes porque recordó que así lo llamaban sus compañeros del frigorífico Swift, cuando por un tiempo vivió en Berisso, los mismos con quienes solía jugar al fútbol en algún potrero próximo a la calle Nueva York. Nativo de Croacia, fue el refundador de la Liga Comunista e impulsor estratégico la Republica Federal Socialista de Yugoslavia, no sin haberse distanciado antes del modelo soviético de Moscú.
La idea de apelar al recuerdo de Tito surgió de la lectura, este mismo sábado, de un más que interesante y cuidado texto que publicara el colega Marcelo Rodríguez en el diario Página 12: “Entre el mito y la leyenda: El Mariscal Tito y Estudiantes de La Plata. Con pistas que se diluyen y registros incompletos, hay una historia que vincula al hombre que lideró a Yugoslavia durante casi cuatro décadas con Berisso y el Pincha de Los Profesores”.
Notable el artículo de Rodríguez, quien ya desde sus primeras líneas se aplica con cuidado a relativizar toda contundencia en los hechos, y apela a diversas fuentes para sostener sus afirmaciones y más que lícitas conjeturas, que una buena crónica también las debe acoger, aunque siempre con beneficio de inventario.
Primer efecto de la invocación de Tito: una conjetura entonces acerca de que seguramente se hubiese sumado a la militancia que despliega Florencia Saintout de cara a los sectores más golpeados por la casi siempre despiadada ofensiva neoliberal del gobierno de Cambiemos, de Mauricio Macri en la Nación y de María Eugenia Vidal en la Provincia. Quizá alguien pueda criticar la asociación de ideas, texturas y personajes a la hora de este imperfecto enfoque político, pero justamente de reivindicar la imperfección se trata, pues lo antagónico, es decir el espejismo de la perfección, siempre surge y es utilizado por las fuerzas más ocultas y reaccionarias de los discursos y los lenguajes.
Y segundo efecto, y con ello punto final: fue Tito el principal inspirador del Movimiento de Países No Alineados (NOAL), que comenzó a operar en 1961 como centro de producción política y cultural para el proyecto de liberación del que se denominaba Tercer Mundo, con la decisiva actuación del Gamal Abdel Nasser, de Egipto. Ese mismo año, en septiembre, Tito pasa a ser el primer secretario general del flamante foro; y casi una década después, desde Belgrado, cobró impulso el programa para un Nuevo Orden Internacional para la Información y la Comunicación, que finalmente dio lugar al emblemático Informe Mc Bride. Fue durante aquellos convulsionados y esperanzadores años de los ’60 y los ’70 del siglo pasado, en el marco de múltiples cónclaves y reuniones auspiciadas con énfasis por Tito, cuando, más de una vez, algunos e jóvenes periodistas argentinos y de América Sur lo oyeron confirmar con una sonrisa su paso por Berisso y el origen de su nombre de guerra, aunque nada respecto de sus simpatías por Estudiantes; jamás se sabrá si optó por no herir a los de Gimnasia…esto último más que una conjetura es una humorada.
(*) Doctor en Comunicación. Periodista y escritor. Profesor titular de Historia del Siglo XX (Cátedra II) en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP. Director del sitio AgePeBa.