Las alerta por el giro que está tomando la situación en Medio Oriente se pusieron al rojo vivo tras los ataques ordenados por Donald Trump y sus aliados Francia y el Reino Unidos contra Siria, entre la noche del viernes y la madrugada de este sábado. Ya se habían activado en los últimos días luego de que el presidente Trump afirmara vía Twitter que su país estaba pronto a atacar Siria, con amenaza para Rusia incluida.
Por Vicky Castiglia / “La verdad es que el señor Trump es tan impredecible que no se puede hacer alguna afirmación ni en un sentido ni otro sobre una eventual ocupación”, decía a AgePeBA el embajador del Estado de Palestina en Argentina, Husni M.A. Abdel Wahed aunque advirtió: “no hay que confiar porque lamentablemente él gobierna a través de Twitter, ni siquiera consulta con sus asesores”. Faltaban horas para que el ataque apoyado por Israel y la Unión europea se concretase.
En ese sentido, el diplomático palestino refirió también que el presidente de Estados Unidos, “está llevando al mundo de nuevo a la Guerra Fría y al mundo de la confrontación porque no sólo amenaza a Siria, sino también a Corea, a Rusia e incluso amenaza con una guerra comercial con China”.
La acusación de almacenar armas químicas, la excusa tradicional de Estados Unidos para sus ataques, cayó ahora sobre el presidente de Siria, Bashar al-Asad.
Rusia, aliada de Siria, afirmó que el ataque ya perpetrado en Duma, en la zona de Guta Oriental, “fue una puesta en escena de un país rusófobo para atacar Siria”. Una clara referencia a Estados Unidos. “Disponemos de pruebas irrefutables de que se trató de una nueva puesta en escena, y de que los servicios especiales de un Estado actualmente en primera línea de una campaña rusófoba participaron en ella”, advertía el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov este viernes.
La hipótesis ahora comprobada de los rusos tiene sus fundamentos, no sólo gracias a las experiencias que han dejado en la historia las llamadas Guerras de Baja Intensidad en general, sino porque en 2003 Estados Unidos procedió exactamente de la misma manera para intervenir a Irak: utilizando el justificativo de las armas de destrucción masiva. “Si bien una comisión investigadora afirmó que en Irak no había dichas armas, Estados Unidos procedió igual con la ocupación”, señaló el diplomático palestino y agregó que esa lógica “responde a la del imperialismo y colonialismo, en la que no se necesitan pretextos o motivos, porque utilizan cualquier excusa para cometer sus crímenes”.
Por lo pronto, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) recién iniciará su investigación este sábado para determinar quién propagó el ataque a las afueras de Damasco que dejó un saldo de decenas de muertos y más de 500 afectados, en su mayoría mujeres y niños.
Sin embargo, algunos países ya se han subido al carro de la intervención, como el caso de Francia, que asegura tener «pruebas» de que Al Assad estuvo detrás del supuesto ataque químico en Duma. Según consignó el portal RT, el 10 de abril, el presidente Emmanuel Macron “aseguró que EE.UU., Reino Unido y Francia decidirán qué pasos dar en los próximos días y pidió una ´respuesta fuerte y conjunta´ a la supuesta ofensiva de la que muchos países occidentales culpan al Gobierno sirio sin presentar pruebas contundentes”.
Incluso algunas posturas alcanzaron límites extremos a pesar de la falta de pruebas, como es el caso de Israel, donde el ministro de vivienda y construcción, Yoav Gallant, aseveró que “hay que matar al presidente de Siria”.
Por otra parte, por estas horas, tiene lugar en Perú la cumbre de las Américas, a la que finalmente el presidente Trump no asistió justificándose en el estallido de la situación en Oriente Medio.
Uno de los principales socios del millonario magnate en la región, el presidente argentino Mauricio Macri será el encargado de llevar adelante las críticas a otro país petrolero que, al igual que Siria, Estados Unidos tiene entre ceja y ceja: Venezuela.
“Macri llevará a la Cumbre de las Américas un fuerte reclamo contra Venezuela”, es uno de los títulos del diario La Nación, en el que se agrega que el Jefe de Estado “está dispuesto a mantener una dura postura con relación al régimen del presidente Nicolás Maduro”.
Por lo pronto, Argentina no se ha expedido más que con un comunicado de la Cancillería respecto a Siria donde el Gobierno “expresa su gran preocupación por las informaciones sobre un ataque con armas químicas” y “su firme convicción que este ataque debe ser debidamente investigado y confía en las medidas que la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) despliegue para verificar la utilización de armas químicas y poder determinar los responsables a fin que puedan ser llevados ante la justicia”.
“La Argentina reitera que la utilización de armas químicas, bajo cualquier circunstancia y por cualquier actor, es inaceptable y constituye una violación manifiesta de las obligaciones internacionales emanadas de la Convención sobre las Armas Químicas y del derecho internacional”, dice el comunicado del pasado 9 de abril.
Ahora bien, ¿existe la posibilidad de que Argentina quede involucrada en un conflicto de este tipo? ¿Podría el gobierno de Mauricio Macri quedar atrapado en un callejón sin salida apoyando una aventura belicista de Estados Unidos? En principio, el firme acompañamiento a Estados Unidos por parte de Macri en el caso de Venezuela, no es un argumento válido para asegurar que esa postura se trasladará a Siria, pero podría ser una opción. Habrá que esperar.
En tanto, y tal como aseguró el embajador Husni M.A. Abdel Wahed, “el costo (de una ataque a Siria) lo paga el pueblo, y ese costo es inaceptable”. En ese sentido, remarcó que es necesario “alzar la voz en contra de las políticas colonialistas y expansionistas de Trump, porque nadie está a salvo”.
“Lo peor no es que el malo cometa sus actos de maldad, si no cuando los buenos callan y no manifiestan su rechazo. No podemos quedarnos callados y no manifestarnos en rechazo a las políticas imperialistas”, concluyó.