Diputados y diputadas bonaerenses de Unidad Ciudadana-FPV-PJ expresamos nuestro más intenso repudio a la decisión de la Corte de Brasil de rechazar el habeas corpus del ex presidente Lula da Silva habilitando su inminente detención. Esta definición corona lo que fue y sigue siendo una de las más escandalosas campañas mediático-judiciales en contra de líderes populares en América Latina.
Resulta evidente y de extrema gravedad política cómo el accionar del poder real en Latinoamérica, orientado hacia el predominio hegemónico del poder financiero internacional, quiere destruir todo vestigio de democracia social en nuestro continente, desacreditando con falsedades y mentiras -que la justicia aliada convierte en condenas y prisiones- a líderes populares que supieron consolidar organización y empoderamiento popular en nuestras naciones.
Es una verdadera tragedia política, que poco a poco se va convirtiendo en un drama social, el avance de este neo colonialismo en nuestra América Latina, luego del proceso histórico reciente, en el cual se ha trabajado intensamente en la consolidación del viejo anhelo de la Patria Grande, con Lula y Dilma en Brasil, Evo Morales en Bolivia, Néstor y Cristina en la Argentina, Hugo Chávez en Venezuela o Rafael Correa en Ecuador, sobre la base de gobiernos democráticos populares, independencia económica, soberanía política y construcción solidaria con justicia social para los pueblos. Con errores, con defectos, pero con el objetivo posible del destino de grandeza con el que soñaron San Martín, Bolívar y tantos otros patriotas de nuestra América morena.
Los intereses tocados en ese camino, con el «No al Alca» de 2005 en Mar del Plata como emblema de nuestra independencia y nuestra identidad regional, ofrecen hoy esta respuesta: la «Justicia», los Medios concentrados de comunicación, las fuerzas represivas y todos los resortes de aquel poder real (como los gobiernos que le reportan) se encolumnan en la persecución y recrean sus formas de sometimiento. Pasa con Lula como pasa con Cristina. Pasó con Chávez y Dilma como pasa con Evo y Rafael Correa. Pasa desde el fondo de la historia. Ese accionar criminal de disciplinamiento a lo telúrico, a lo originario y a las fuerzas populares organizadas que se niegan a ser dominadas por intereses ajenos a nuestra realidad histórica, cultural y territorial, que en su momento llevó al descuartizamiento de Tupac Amaru, hoy mantiene presas y presos políticos en condiciones infrahumanas, de una organización que lleva, no casualmente, ese mismo nombre. Es el caso de las compañeras Milagro Sala, Mirtha Guerrero, Gladis Díaz, Mirta Aizama, Graciela López y los compañeros Javier Nuevas, Alberto Cardozo y Julio De Vido. Presos y presas por ser indios, por ser negros, por ser mujeres que luchan por los intereses de su pueblo.
Repudiamos ese injusto accionar del poder judicial en nuestra hermana república de Brasil, que sin perjuicio de los intereses que defienden por propia voluntad, actuó condicionado por militares que abiertamente presionaron a los jueces con amenazas de intervención militar. Reclamamos respeto por la democracia en América Latina y, desde Argentina mandamos un abrazo afectuoso y sincero para nuestro compañero Lula, haciéndole llegar nuestra más profunda e irrenunciable convicción de levantar, hoy y por siempre, la bandera de la Patria Grande, ese sueño irrompible y de alas abiertas para el que nunca tendrán rejas.