Comandados por la más altas jerarquía del Vaticano, la Iglesia argentina está embarcada en un campaña que se hace la discreta y la santita pero es lo que es, contra los derechos de la mujeres y contra una política sensata de salud pública para salvar vidas – aunque digan lo contrario, legendaria sabiduría esa de los pliegues del discursos que tienen los capos católicos -. En tanto, como siempre, muestran la hilacha machista, sexista, misógina de su clero, como el tal cura Alfón, de la catedral de La Plata, porque entre la limpieza y la libertad de expresión siempre prefieren la versión perversa de la higiene, sobre todo cuando de mujeres se trata. La Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP repudió la agresión a una de sus graduadas.
Informó el diario Página 12 este viernes santo respecto de un caso más de psicopatía monacal peligrosa, tanto son así que de la defensa de las pedofilia y de los abusos sexuales a menores la propia Iglesia también hace que hace pero protege y ampara a los delincuentes.
El párroco de la catedral de La Plata le pegó una patada a una joven que festejaba en la escalinata. La chica celebraba su egreso universitario frente al templo. Esteban Alfón la fue a echar y le tiró un puntapié. Un video con la escena se viralizó y el arzobispo Héctor Aguer se vio obligado a dar explicaciones. La mujer anunció que denunciará al sacerdote en la comisaría.
El cura Esteban Alfón, párroco de la catedral de La Plata y presidente de la Sociedad Argentina de Derecho Canónico, pateó a una joven recién recibida de la carrera de Comunicación Social que estaba festejando su título de grado en las escalinatas de la Catedral de La Plata. Tras repudiar a los familiares y amigos que estaban celebrando con las dos chicas, Alfón extendió su pierna e hizo caer dos escalones a una de las chicas, según él mismo dijo, “como si estuviera corriendo una silla”. Al intentar explicar por qué decidió agredirla en vez de pedirle que se corriera sin golpearla, dijo que no podía tocarla “porque estaba toda embadurnada”.
“Fui a festejar con una compañera que nos recibimos, algo que es una tradición –relató Sofía Conte–. Estábamos acompañadas por amigos y familiares cuando salió un sacerdote y de mala manera nos echó. El cura salió muy prepotente a sacarnos del lugar, a decirnos que no podíamos estar ahí porque era la casa de Dios. Como nadie le hizo caso, lo abuchearon por su reacción y en ese momento me pegó una patada, me empujó y trastabillé dos escalones más abajo. Por suerte no me caí”.
La joven golpeada por Alfón anunció que iniciará una denuncia penal contra el cura. Conte señaló que se trató de una “situación aberrante” porque podría haber caído por las escaleras, pero también por el papel que ocupa Alfón en la Catedral. “Es una persona que les enseña a los nenes, que da misa, fue un momento de tensión tremendo, inconcebible”, amplió.
El hecho ocurrió el miércoles y las imágenes de la agresión fueron registradas en un video que se viralizó ayer en las redes sociales. Allí se puede observar la agresión y la reacción de quienes acompañaban a la joven, que increpan al sacerdote al grito de “machista”. “No se le pega a una mujer”, le dicen. “¿Quién sos?”, le pregunta alguien con intenciones de identificarlo. La joven utilizará ese video como prueba para “presentar la denuncia en la comisaría 1ª de La Plata”, según explicó.
El cura, por su parte, intentó minimizar lo sucedido luego de que las redes sociales estallaran en su contra tras la publicación del video. “Ni la empujé ni le puse el pie para que se cayera, la corrí como quien corre una silla con el pie”, alegó Alfón, quien además responsabilizó a los familiares por lo sucedido: “Ellos se desbordaron y yo estaba ahí esperando gente de la comitiva de la municipalidad, me gritaron y no reconocieron el lugar de Dios”, insistió el religioso que responde al arzobispo platense Héctor Aguer.
“Me gustaría pedirle perdón, pero no le pegué una patada, sino que la corrí con el pie. Yo no la agredí, ni la empujé, ni le puse el pie para que se cayera”, señaló el cura. Según el párroco “en las imágenes que están circulando quedó de manifiesto que no la agredí, se desbordaron, la corrí como quién corre una silla. No la podía tocar, porque estaba toda sucia, embadurnada”.
En tanto, Conte calificó la acción de Alfón de “aberrante. El salió de manera abrupta y prepotente. Nos dijo que nos fuéramos que era la casa de Dios, que tenía que dar una misa”, e insistió en que “no estábamos haciendo nada malo”. “No fue posible mantener un diálogo normal, porque salió fuera de sí y nosotras no respondimos las agresiones”, acotó.
El párroco de la Catedral platense puntualizó que “si tuviera la posibilidad le pediría perdón, reconozco que fui imprudente”, pero pidió que “no exageren”. “También estamos cansados, dejan todo sucio y arruinan un lugar que es sagrado. Podrían expresarse en la plaza y no ensuciar la casa de Dios”, señaló en referencia a los habituales festejos de los estudiantes que concluyen sus estudios en las escalinatas de la Catedral.
“No tuve posibilidad de dialogar, porque enseguida actuaron diciéndome un montón de cosas y rápidamente entré a la iglesia para que las cosas no pasen a mayores”, agregó Alfón.
En los últimos días se observó que las escalinatas de la Catedral suelen vallarse en el horario que no está abierta, una medida que busca impedir los festejos de los universitarios pero también que se utilicen para actividades físicas, según de la institución.
Tras el incipiente pedido de perdón, el párroco cuestionó la publicación de las imágenes e interpretó que se trataba del “escándalo en Semana Santa contra la Iglesia”. “Hay marchas de todo tipo que viven ensuciando las iglesias, eso no es justo, es un lugar sagrado y más en estos días”, concluyó su particular visión de la denuncia en su contra.
Ayer por la tarde, cuando el escándalo crecía en las redes y los medios, Aguer se vio forzado a dar explicaciones. “Lo que hizo (el cura) fue un disparate –dijo el arzobispo–, me pareció una cosa increíble, sin justificación. Pero me gustaría decir a modo de explicación que aquí ocurre algo que no debería ocurrir. Es común que las escalinatas de la Catedral sean utilizadas para festejar y tiren huevos, harina. Todo queda ahí”. Aguer sostuvo que Alfón “está arrepentido” y aseguró que si la mujer se acercara “le pediría disculpas personalmente”. También señaló que todavía no tuvo contacto con Alfón. “Después de la Semana Santa vamos a arreglar el asunto”, concluyó.
La Facultad de Periodismo y Comunicación Social de La Plata expresa su más enérgico repudio a la violencia ejercida por un cura de la iglesia católica a una joven graduada de nuestra casa de estudios y al grupo de familiares, amigos y amigas que acompañaban el momento de festejo tradicional en nuestra ciudad.
En ese momento de júbilo y alegría tan especial para cada uno de los y las estudiantes que culminan el proceso de formación que propone nuestra institución educativa, el cura Esteban Alfón pateó a la graduada Sofía Conte, quien se encontraba en las escalinatas de la Catedral festejando su recibida, dando continuidad a un ritual que cientos de estudiantes realizan cada año en la ciudad de La Plata, ciudad universitaria.
Entendemos que golpear a una mujer en la vía pública es un acto claro de violencia de género, un problema social muy grave que atraviesa nuestra sociedad, y resulta aún más alarmante cuando la misma es ejercida por un miembro de una institución religiosa que profesa vínculos fraternos.
Asimismo, vemos con preocupación este tipo de conductas contra la población juvenil y universitaria, que reiteradamente es estigmatizada y resulta víctima de múltiples violencias. Los y las jóvenes son para esta Facultad protagonistas de nuestra ciudadanía y deben recibir el mejor ejemplo de las instituciones que conforman la sociedad civil. En este sentido, esperamos que la Iglesia Católica tome las medidas necesarias para sancionar este tipo de conductas y evitar que se reproduzcan en el futuro.
Asimismo, acompañamos a la graduada, Sofía Conte, en su reclamo y le hacemos llegar nuestro abrazo más sentido por el momento que tuvo que atravesar durante una celebración tan importante en la vida de cada estudiante.