Mientras la inmensa mayoría de los argentinas y las argentinas sudan la gota gorda para pagar tarifazos impagables, comer y poder subsistir en medio de las bombas nucleares del ajuste Cambiemos, un ejemplo más de toda la rabia clasista con que la derecha siempre actúa, la auto titulada “fiscal moral de la República” se embolsa más de 300 lucas de esas que la corporación política reserva para sí, pues pobres ellos lo mal que viven, y los nenes de papá y mamá de la familia judicial, que no paga impuestos y nadie los elige, cobran y cobran trabajando de escuchas telefónicos para la Corte y la Justicia Federal, que es lo mismo que para “los servicios”. Y sobre llovido mojado: este miércoles la prensa deportiva desencajada con la goleada que se comió la selección argentina ante España, informaba – los escuchamos a través de C5N esta mañana – que su DT, Jorge Sampaoli cobra un sueldito mensual de 8 millones de pesos; y ni que hablar de resto de los integrantes estrellas del planeta fútbol, entreverados con el poder, las mafias, los barrabravas y la evasión y el lavado de dinero. ¿No será demasiado? Millones de argentinos y argentinos, en tanto, la yugan día a día, y quizá llegue el (día) que no quieran gritar más lo goles y manden a todos al carajo, ¿no?
El diario Página 12 publicó hoy los siguiente: El archivo es lapidario con los vaivenes políticos y esta vez dejó expuesta a la “inmaculada” impulsora y socia de Cambiemos, Elisa Carrió. La líder de la Coalición Cívica aparece al tope del ranking de los diputados que canjearon por dinero los 20 pasajes aéreos y 20 terrestres que la Cámara baja entrega mensualmente a cada uno de los legisladores que integran el cuerpo (el año pasado en ese cuadro de notables la siguieron Alberto Roberti, del PJ; Nilda Garré, del FpV; Paula Urroz, de cambiemos; y Miguel Bazze, de la UCR): Carrió no utilizó ninguno a lo largo de 2017 y se hizo de un ingreso extra de 355.800 pesos. Su integración al oficialismo cambió radicalmente la postura que esgrimía cuando desde la oposición cargaba contra el kirchnerismo y negaba que ella canjeara los pasajes por dinero: “Yo viajo en clase turista y me los pago yo. No pido pasajes al Congreso como sí lo hace el resto. Tengo la lista de los viajeros, no mientan”, posteaba la diputada desde su cuenta oficial en la red social Twitter en agosto de 2015 en plena campaña electoral. El ex diputado del FIT-PO, Néstor Pitrola –autor del proyecto contra el “dietazo” que promovió la administración Cambiemos en el Congreso– salió con los tapones de punta y hasta reveló que la propia Carrió le dijo que canjeaba los tickets por dinero porque “no le alcanzaba para pagar la tarjeta”. La ONG Directorio Legislativo, dedicada al “Parlamento Abierto y Transparencia Legislativa”, publicó un trabajo sobre el “control del canje de los pasajes de los diputados” (http://directoriolegislativo.org/blog/2018/03/26/el-control-del-canje-de-pasajes-de-los-diputados-que-es-el-canje-y-como-se-usa/) y dejó expuestos a los legisladores que cambian la mayoría de esos pasajes por dinero. Un ranking que elevó a Carrió al primer puesto durante 2017. Pero el trabajo de la ONG también dejó al descubierto las mentiras de la diputada de la Coalición Cívica y socia política del macrismo. Carrió también figuró en el top five de quienes canjearon tickets de pasajes por dinero en los años 2015 y 2016, el mismo en el que la diputada negaba por Twitter recibir pasajes del Congreso y que sus pasajes se lo pagaba ella. Tal vez con el dinero del canje (…). Otro de los críticos de los beneficios legislativos de los pasajes que quedó expuesto fue el ex discípulo de Carrió y ahora diputado ultramacrista Fernando Iglesias. El ex lilito, que regresó a la Cámara baja en la boleta del oficialismo porteño Vamos Juntos e integra la bancada del PRO, se alzó a fin de año con 28 mil pesos en canjes de pasajes no utilizados. El legislador que se ganó el mote de “dipu troll”, luego que un informe de Amnistía Internacional que lo señaló como una de las usinas del oficialismo en dirigir los ciberataques contra los periodistas que cuestionan medidas del Gobierno, no soportó las críticas, bromas y cargadas en las redes sociales y salió a cubrirse: “Repito lo que dije. 1) Ni un peso quedará en mis bolsillos. 2) Me comprometo a seguir impulsando el cambio del sistema, como he hecho desde que ingresé a la Cámara. Fin de la transmisión. Saludos”, escribió ayer en su cuenta oficial @FerIglesias.
En tanto, el domingo pasado, el mismísimo diario La Nación, involucrado de lleno desde su perfil periodístico en la feroz interna del poder Judicial y en la de éste con el Ejecutivo y la oposición – una historia de pasillos tan secretos como siniestros- publicaba la siguiente nota de la colega Maia Jastreblansky, que pasamos a reproducir:
La «familia judicial» hizo un aterrizaje triunfal en la oficina de escuchas telefónicas. Muchos hijos de jueces, camaristas y fiscales de peso en los tribunales fueron nombrados en la dependencia encargada de interceptar llamadas de narcotraficantes, secuestradores y políticos.
La nómina de personal de la Corte Suprema -publicada en su portal de datos- incluye a muchos apellidos notables del Poder Judicial. En particular, según analizó LA NACION Data, la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado (Dajudeco), antes conocida como «Ojota», tiene como empleados a jóvenes hijos de magistrados que tienen en sus manos casos de corrupción.
El camarista federal Eduardo Farah, el juez Rodolfo Canicoba Corral, el fiscal Carlos Stornelli y su par Eduardo Taiano tienen hijos designados en la oficina de escuchas, el tramo más sensible de los procesos penales. También figura el hijo del juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky y el del camarista nacional Luis María Bunge Campos.
LA NACION se comunicó con todos los magistrados y fiscales, que reconocieron que recomendaron a sus hijos, al tiempo que destacaron la labor de los jóvenes en esa oficina, un trabajo que muchas veces combinan con sus estudios.
La ex-Ojota quedó bajo la lupa tras la filtración de los audios de Cristina Kirchner, un caso que logró una inédita confluencia en los bloques legislativos para exigirle una explicación a la Corte.
El máximo tribunal, sin embargo, ya le había pedido al Congreso que audite esa dependencia, cuyo titular es Juan Tomás Rodríguez Ponte, que ya había elevado un informe con el detalle de la cadena de custodia que se aplicó sobre ese material grabado.
En la planta laboral de la oficina de escuchas también figura Gonzalo Diego Garcilazo Menéndez, hijo de Pablo Garcilazo, exasesor del representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura, Juan Bautista Mahiques. Sergio Cavallo, hermano del influyente exjuez Gabriel Cavallo, se desempeña como subsecretario administrativo.
Desde la ex -Ojota señalaron que cuando la Corte heredó la oficina «había cien trabajadores de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y otros cien de la Procuración General de la Nación» de la gestión de Alejandra Gils Carbó, las dos dependencias que tuvieron control sobre las escuchas en el pasado reciente.
«Los empleados debían volver a su dependencia de origen. En cinco meses debimos renovar toda la planta y buscamos recomendaciones en el Poder Judicial. Son jóvenes ávidos de trabajar con nuevas tecnologías y son de confianza», agregaron.
El cuarto y quinto piso del edificio de escuchas, situado en el corazón de Villa Ortúzar, está repleto de sub-30. Los cargos no se cubrieron por concursos, sino que se hicieron entrevistas a los interesados.
Santiago Farah, hijo del juez de la Sala II de la Cámara Federal, trabaja en una de las áreas más cruciales de la Dajudeco. Tiene 21 años y, según señaló el camarista, combina ese trabajo con sus estudios de derecho.
Acostumbrada a trabajar en lo público, Malena Canicoba, hija del juez federal, es jefa de despacho en la ex-Ojota. Antes tuvo un puesto en Aguas Bonaerenses, bajo el mando del exfuncionario sciolista Guillermo Scarcella, un viejo conocido del juez de Comodoro Py.
Mateo Stornelli, hijo del fiscal federal, estudia ingeniería en informática. Con 21 años, este es su primer trabajo. «Supe que estaban buscando personal y lo recomendé», dijo el fiscal a LA NACION. El hijo de su vecino en los tribunales, Santiago Taiano, se desempeña en la ex-Ojota en el área jurídico-administrativa.
En sistemas y datos, un área clave del edificio, trabajan Luis María Iván Bunge Campos y Nicolás Aguinsky. El primero es ingeniero en informática y el segundo, un abogado que se desempeñó en empresas de software y actualmente realiza un posgrado en cibercrimen.
Según la escala salarial de la Corte Suprema, los sueldos básicos de este grupo se ubican entre los $28.000 y los $82.000.
Con $55.640, Garcilazo Menéndez es quien tiene sueldo más alto, ya que ocupa el cargo de prosecretario administrativo. Aguinsky, Farah y Canicoba, como jefes de despacho, perciben unos $47.828, mientras que Stornelli, como escribiente, tiene un básico de $31.702. Taiano y Bunge Campos cobran unos $28.015, según la información oficial.
Para evaluar los sueldos de los judiciales se deben sumar las mejoras por antigüedad (2% por año) y por título universitario (25%). Además, solo tributan ganancias quienes ingresaron después de 2017. La mayoría de estos jóvenes sorteó ese tributo: ingresó en la oficina de escuchas en los primeros meses de 2016.
Y por último. Esta misma mañana, en medio de la catarata de crónicas indignadas ante el desempeño de la Selección argentina frente a España (1-6), dentro y fuera del juego, el colega “Gringo” Cingolani hizó referencia al gigantesco sueldo que coba el DT de la escuadra que acaba de cumplir con uno de los partidos más catastróficos de su historia, en la franja de la derrota ante Checoslovaquia en 1958 y frente a Bolivia, durante la era Maradona como entrenador.
De este lado, los argentinos y las argentinas de a pie. Yugándola.