Ruido en las altas cumbres del aparato mediático del capitalismo concentrado. La revista que es buque insignia de esa verdadera armada de la construcción simbólica y el lobby a favor del gran orden del poder económico mundial – la británica The Economist – consigna este miércoles el rechazo corporativo a las medidas anunciadas por el presidente Donald Trump, medidas que también fueron objetadas con la cautela de los documentos diplomáticos por la reunión de ministros de Economía y Finanzas del G-20 concluida ayer en Buenos Aires.
Publicó The Economist: Donald Trump está poniendo en práctica sus instintos proteccionistas esta semana. El 23 de marzo impondrá nuevas tarifas del 25% sobre el acero y el 10% sobre el aluminio. Los aranceles sobre la tecnología de la información, las telecomunicaciones y los bienes de consumo en China, así como las restricciones a la inversión, vencen hoy también.
Estas movidas le han ganado al Sr. Trump pocos amigos internacionalmente. Pero algunas de las resistencias más potentes provienen de Estados Unidos. Los usuarios de metal aullaron en protesta contra las nuevas restricciones comerciales, algunas lo suficientemente fuertes como para ayudar a asegurar las exenciones para Canadá y México. Y el 18 de marzo, 45 grupos comerciales que representan a muchas de las compañías más grandes del país enviaron una carta en la que instaban a la Casa Blanca a no cumplir con sus planes de aplicar aranceles sobre hasta $ 60 mil millones de productos chinos. La carta argumenta que tal medida, que podría llegar tan pronto como el 22 de marzo, elevaría los precios para los consumidores y las empresas y pondría en peligro los empleos estadounidenses.
Entre los signatarios de la carta se encontraba la Cámara de Comercio de Estados Unidos, de 300,000 miembros, que ejerce presión en nombre de ExxonMobil, Boeing y General Electric, entre otros gigantes, y la Asociación Nacional de Pequeñas Empresas, que representa a unos 65,000 propietarios de pequeñas empresas. El apoyo a los aranceles de Trump, mientras tanto, ha sido limitado. Solo tres grandes grupos comerciales, que en conjunto incluyen menos de 150 empresas, se han pronunciado a favor de nuevas funciones (ver gráfico). Un cálculo inverso sugiere que la proporción de empresas opuestas al proteccionismo de Trump a los partidarios puede ser tan alta como 3.000 a uno.