Quizá exista una sutil diferencia entre ambas. La primera, Marcela Campagnoli (Cambiemos) está dispuesta a juguetear en forma sádica con retóricas científicas de pacotilla, que muy bien podrían inspirara a ese notable escritor estadounidense Stephen King para la creación de monstruos diabólicos. La segunda, María Emilia Soria (FpV), esconde un arma envenenada para operar a favor de lo más retrógrados; si su proyecto avanzase ganarían los enemigos de la salud pública y de los derechos inalienables de la mujer.
El diario Página 12 trata hoy el tema con precisión. Respecto de la iniciativa de Campagnoli sostiene: “Los especialistas dicen que es inviable el proyecto de sacar el feto y ponerlo a incubar para evitar abortos. Expertos en neonatología y obstetricia rechazaron el proyecto de la diputada de Cambiemos Marcela Campagnoli. Señalaron que es impracticable, que no hay sobrevida probada entre la semana 20 y 21 del embarazo y que los riesgos para el recién nacido son altísimos. ‘Es totalmente inviable’.Así descartaron los especialistas en neonatología y obstetricia el proyecto de Marcela Campagnoli, diputada de Cambiemos, quien –en lugar de legalizar el derecho al aborto– propuso que la mujer que desee interrumpir la gestación la continúe hasta alrededor del quinto mes y, luego, ‘le podamos sacar ese niño de su vientre’ para que ‘la ciencia’ le ‘dé vida en una incubadora y hacemos una adopción prenatal’. Los expertos aseguraron que ‘no hay ninguna sobrevida probada entre la semana 20 y 21 del embarazo’ y agregaron que incluso en las semanas siguientes, los riegos para los recién nacidos son ‘extremadamente altos’. Además advirtieron que esa ‘propuesta’ es sumamente violenta para la mujer”.
“La diputada, ex secretaria de Educación del municipio de Pilar y quien llegó al Congreso de la mano de Elisa Carrió, además señaló que las gestantes que desean interrumpir el embarazo precisan “contención”, al asegurar que ‘las mujeres fuimos diseñadas para dar vida’”.
Los especialistas en salud no dudaron en desechar la propuesta de la diputada de Cambiemos. “Antes de la semana 23 no hay ninguna posibilidad de vida fuera del útero de la madre”, aseguró a PáginaI12 el jefe de Neonatología del Hospital Italiano, Gonzalo Mariani. Tanto él, como el obstetra y miembro del Tribunal de Honor de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires, Mario Sebastiani, coincidieron en que “sólo tiene que haber una causa justificada para que el bebé nazca prematuro”. Esa razón, explicaron los médicos, se da cuando existen riesgos para la madre o el feto y que por ello, el recién nacido es colocado en cuidado de neonatología. “Pero siempre es la última opción”, indicaron.
“También hay que pensar las consecuencias cuando un chico nace prematuro entre las semanas 23 y 24 de gestación. Los riesgos para los recién nacidos son demasiado altos: casi todos sufren complicaciones respiratorias, hemorragias en sus cabecita, infecciones intestinales graves. No se puede pensar que en los servicios de neonatología se les da de comer y se va sano”, agregó a este diario Néstor Vain, profesor titular de Pediatría de la Universidad de Buenos Aires.
“Los especialistas indicaron, por último, otras deficiencias de este insólito proyecto legislativo. ‘Para un obstetra es antiético y sumamente violento forzar a una mujer a que continúe un embarazo que no quiere tenerlo hasta una determinada fecha para luego sacárselo y meterlo en una incubadora. Lo central es que nunca se debe interrumpir un embarazo para un nacimiento prematuro. Pero también hay que pensar que no hay un servicio de neonatología que soporte esa hipotética demanda. En la provincia de Buenos Aires no alcanzan las guardias y por eso cierran servicios de neonatología. ¿Cómo tendría lugar ese plan a una escala nacional?”, completaron”, continúa Página 12.
En tanto, el mismo diario, y con la firma de la colega Soledad Vallejos, consigna este mismo miércoles: “La diputada rionegrina María Emilia Soria volvió a presentar un proyecto para crear el ‘Registro de defunciones fetales’, una iniciativa que busca inscribir ‘a quienes han fallecido dentro del vientre materno cualquiera sea la causa de la muerte, la edad gestacional o el peso que tuvieren al momento de la expulsión’, y que también contempla a ‘las defunciones de quienes fallecieran luego de su implantación en el seno materno’ en los tratamientos de fertilización asistida. La iniciativa ‘no tiene nada que ver con el debate sobre aborto ni es incompatible con la ley de despenalización del aborto’, dijo la legisladora del FpV-PJ a PáginaI12. ‘Es algo facultativo para las madres. Sencillamente garantiza que se respete la voluntad de que puedan enterrarlo si quieren, hoy no pueden. Las mujeres recurren a enterrarlos en el patio de su casa. La inscripción en el Registro no genera derechos sucesorios ni hereditarios. Es para que la familia que quiere facultativamente darle entidad, pueda hacerlo y despedirse de los restos’, añadió”.
El proyecto fue ingresado el 6 de marzo de este año, bajo el número 0360 y fue girado a las Comisiones de Legislación general y de Acción social y salud pública; el texto, que ingresó avalado por seis firmas además de la de Soria, es el mismo que la diputada rionegrina había presentado en marzo de 2016. Además de Soria, el texto fue acompañado por Cornelio Schmidt (Pro), Gustavo Bevilacqua (Federal Unidos por una nueva Argentina), Claudio Martín Doñate, Norman Darío Martínez, Julio Rodolfo Solanas y Mónica Macha (FpV en todos los casos). Consultada por este diario, Macha, quien acompañó con su firma la presentación del proyecto de legalización de la interrupción del embarazo impulsado por la Campaña Nacional del Derecho al Aborto, dijo a este diario que no avala el proyecto de Soria, y que la inclusión de su nombre entre los firmantes fue un error por el que ya reclamó”.
En diálogo con PáginaI12, Soria defendió su proyecto de Registro y advirtió que ella está a favor de la legalización del aborto aunque no firmó el que empezará a tratarse en Comisiones de Diputados la semana próxima. “No acompañé el proyecto de (Victoria) Donda, el de la Campaña. Creo que nos están empujando a una discusión que ese proyecto no salva. Yo apoyo la ley uruguaya de aborto, donde está presente el Estado en educación y anticoncepción. Sin eso y sin acompañamiento pre y posaborto para las mujeres, es difícil”. Para la diputada rionegrina, el proyecto de legalización “tiene que disuadir a la mujer de la necesidad de abortar, como hace la ley uruguaya. En Uruguay, de 20 abortos clandestinos mensuales pasaron a tener cinco legalizados”, aseguró.
“La diputada también aclaró que actualmente no acompaña con su firma ningún proyecto sobre aborto, pero que si ‘hay muchos proyectos en este sentido, proyectos viejos, no voy a robar la autoría a nadie’. Soria, que preside la Comisión de Asuntos Constitucionales –donde, señaló, el proyecto sobre interrupción voluntaria del embarazo podría recalar durante la tramitación–, aseguró que de todos modos la semana próxima “cuando se convoque a plenario de comisiones por el tema aborto, vamos a debatir cómo mejorarlo al proyecto que ingresó. Voy a procurar que estas cosas se incorporen y estoy segura de que vamos a hacer fuerza para que suceda. No necesitamos que la mujer llegue al aborto por falta de apoyo, por necesidad, porque la familia presiona. El proyecto establece la modificación de la ley 26.413, de Registro Civil y Capacidad de las personas, para incorporar el Registro de Defunciones Fetales. El texto establece que la inscripción de “quienes han fallecido dentro del vientre materno” deberá hacerse “ante el oficial público que corresponda al lugar en que se produzca el nacimiento sin vida o se haya constatado la interrupción del embarazo” y que esa inscripción puede ser solicitada por “cualquiera de los progenitores” y será a demanda de alguno de ellos. El registro podrá hacerse en el plazo de un año “de ocurrido el nacimiento sin vida” y será necesario, para hacerlo, “la presentación del correspondiente certificado médico emitido por profesional médico u obstetra o el agente sanitario habilitado que atendió el parto o constató la interrupción del embarazo”. La inscripción se hará mediante un “certificado médico de nacimiento sin vida” que registrará, además de datos registrales de la madre, “nombre y apellido con el que se lo inscribirá, sexo (de ser posible), edad gestacional, peso al momento de la expulsión; en ningún caso el certificado contendrá las iniciales ‘NN’ debiendo respetar el nombre elegido por los padres; en caso de no poder determinarse el sexo se respetará el nombre elegido por los padres”. Además, el certificado incluirá qué tipo de embarazo fue (“simple, doble o múltiple”), los datos de los profesionales de la salud y el establecimiento médico involucrados y la “causa de la muerte intrauterina, a los fines estadísticos”. Así concluye el texto citado de Página 12.