El sindicato de Comercio aceptó la paritaria de Cambiemos pero en los supermercados pueden caerse miles de puestos de trabajo. En tono triunfalista, el diario La Nación informaba el 9 de marzo: “la mayor paritaria privada del país llegó a un acuerdo. Se trata de la negociación en el sector de Comercio, que involucra a 1,2 millones de trabajadores, que cerró para este año un incremento del 15% anual y una cláusula de revisión por inflación en enero de 2019. El convenio fue firmado por Fabián Tarrío, presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME); Armando Cavalieri, titular de FAECyS (Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios) y Jorge Di Fiori, presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), junto al ministro de Trabajo, Jorge Triaca”. La cuestión podría ser: dejarse pisar por la derecha o pensar un gran foro sindical, multisocial y político como camino a la unidad que enfrente al gobierno antipopular de Cambiemos.
Por Carlos López / Por el lado de Comercio y otros sindicatos dirigidos por conciliadores – muchos de los sindicatos de más volumen – se apunta a una CGT domesticada y aceptanla pauta Cambiemos para las paritarias, pese a que, como Infobae comentó el domingo último, el sector de supermercados, el mayor creador de empleos, prepara severos planes de ajuste y prevé miles de despidos.
Por el otro, el titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, se entusiasma en que el armado naciente que compartirá con Hugo Moyano, las organizaciones sociales y la Corriente Federal será multitudinario. “Ya lo demostramos el 21F”, dijo, y confió en que el nuevo armado sindical que está llevando a cabo junto a otras corrientes del sector tendrá “más poder de convocatoria que el MTA (Movimiento de los Trabajadores Argentinos) en los 90”, según destaca hoy el sitio InfoGremiales.
De esa manera se refirió a la construcción gremial que impulsa junto a la CTA que conduce Pablo Micheli, el sindicato de Camioneros de Hugo Moyano, la Corriente Federal y la Central de los Trabajadores de la Economía Popular (CTEP). En declaraciones a FM La Patriada, el líder de la CTA subrayó que la semana pasada realizaron una primera reunión para “trabajar en la unidad de acción” y que el próximo miércoles volverán a encontrarse en la sede de la CTA. “Tenemos pensado definir una fecha en abril para un nuevo gran acto similar al del 21 de febrero”, contó el dirigente gremial y diputado nacional del FPV-PJ, al tiempo que evaluó que “es necesario reagrupar al sindicalismo que está dispuesto a confrontar con el Gobierno”.
Y “la Corriente Federal pide un Confederal y dice que la CGT no defiende a los trabajadores”, según el mismo InfoGremiales que amplía: “el espacio que lidera el bancario Sergio Palazzo sostuvo que el Consejo Directivo de la CGT ‘no está cumpliendo con sus obligaciones’ y pidió un Confederal para definir medidas de fuerza. Ratificó que priorizará la unidad con aquellos que ‘dan batalla’ contra el gobierno.
La Corriente Federal de Trabajadores se metió en la discusión sobre el futuro de la CGT y le pidió al Consejo Directivo de la central obrera que convoque a un Comité Central Confederal para definir medidas de fuerza, en consonancia con los problemas que enfrentan por estos días los trabajadores.
El espacio que conforman los bancarios, los docentes privados, los trabajadores gráficos, los judiciales y los curtidores, entre otros, señaló su compromiso por la unidad sin exclusiones, aunque advirtió que es necesario un programa para superar la situación crítica que enfrentan los trabajadores.
“Con dolor debemos advertir que el Consejo Directivo de la CGT no está cumpliendo con sus obligaciones, lo que afecta tanto la defensa de los derechos de los trabajadores, como los principios fundacionales de unidad, solidaridad y organización”, sostiene el comunicado difundido ayer. Además, explicaron que no participarán de la conformación de un nuevo nucleamiento gremial ni será apéndice de ningún espacio político. “La Corriente ratificó que, como lo hizo en diciembre contra el paquete de reformas de Cambiemos y el #21F, ‘seguirá confluyendo con aquellas organizaciones que den batalla a las políticas de este Gobierno de los ricos contra los pobres’. Por último, señalaron “no es hora de más divisiones o subdivisiones, sino de unidad, solidaridad y organización para enarbolar las banderas de justicia social y defender el interés nacional”.
La dirigencia gremial podría encontrarse en el momento justo para avanzar en un proceso de unidad, para que éste derive en un gran foro sindical, multisocial y político que también incluya a todos los trabajadores y actores sociales que hacen frente a los fuertes ajustes del gobierno macrista.
Luego de la última movilización de la clase trabajadora, Hugo Yasky, líder de la CTA de los Argentinos, ya dejaba entrever la posibilidad de la unidad de los gremios opositores, a pesar de que Moyano insiste en no decretar el paro nacional y general que reclama el grueso de los trabajadores y el movimiento obrero. Yasky ante este escenario que se sigue moviendo con el paso de los días, planteó “la necesidad de que el pueblo trabajador deba continuar luchando en la calle”, y consideró “la posibilidad de la unidad de las fuerzas gremiales opositoras a este modelo ajustador“. Por su parte el líder del gremio de Camioneros destacó que la movilización del 21 de febrero pasado “fue multitudinaria”, y se mostró preocupado “por la falta de oportunidades de empleo para los jóvenes”.
El gobierno nacional no escucha los reclamos de los trabajadores y redobla la apuesta con una auditoría que alcanzaría a unos 80 sindicatos. Con esto desde Cambiemos buscan tener en cuenta en esta primera etapa los balances contables, cruces de información con la AFIP, listado de afiliados y autoridades, entre otros puntos como también los movimientos con las respectivas obras sociales. Siempre bajo el engaño de atacar las “mafias sindicales”, Macri prepara el escenario para impedir una unidad del conjunto de los gremios, aprovechando en algunos casos los negocios que pueda acordar con dirigentes que cuentan con actividades irregulares y que aceptarán perjudicar a los trabajadores con aumentos alejados de la realidad económica nacional y con posterior pérdida del poder adquisitivo.
La unidad sindical a nivel nacional será un desafío por demás complejo pero al menos luego de la movilización del 21, ya se han notado muestras de acompañamiento entre los gremios, y principalmente de quienes trabajan en planta permanente con los más precarizados o aquellos contratados en las dependencias estatales, que siempre son los primeros afectados con las políticas de recorte y despidos.