Con esas demandas se sintetizan las movilizaciones que tienen lugar este 8 de marzo, Día Internacional de La Mujeres y de paro feminista en Argentina y más de 50 países. Ruidazos, cese de actividades en algunos lugares de trabajo y asambleas. Marchas en casi todas las ciudades (la central a Plaza de Mayo y de ahí al Congreso, en la Capital Federal). Los pañuelos verdes tendrán protagonismo. “Rechazamos el uso oportunista de las licencias parentales y de la referencia a la brecha salarial por parte del Gobierno en el contexto de despidos masivos y de la reciente sanción de la reforma previsional neoliberal”, se escuchará durante la lectura del documento, al cierre de la jornada.
“Somos las mujeres las que tenemos la fuerza para parir y las que tenemos la fuerza para decir que no vamos a parir”. Esas palabras de Florencia Saintout, presidenta del bloque de diputados bonaerenses de Unidad Ciudadana – FpV – PJ, pero desde siempre como militante y académica con el ojo y el sentido puesto sobre la agenda del movimiento de mujeres, quizás sean las que con más contundencia expresan el sentimiento y acciones de los millones de mujeres – una trama social mayoritaria como le recordó el viernes por la noche la diputada nacional Myriam Bregman (Frente de Izquierda) a un periodista de América 24 – que reclaman aborto, libre, legal, seguro y gratuito. Saintout – concejala y ex decana de Periodismo de la UNLP, se expresó así el mismo viernes pasado, al participar en una asamblea del Frente de Mujeres en la Plaza San Martín, de La Plata, y alumbran por dónde deben accionar las mujeres y los varones para que la puesta sobre el tablero por parte del gobierno nacional de una apertura al debate en el Congreso – más allá de las legítima dudas y suspicacias que despierta la iniciativa de Cambiemos – transite hacia la ley que es deuda de esta democracia renga y siempre amenaza por el orden oligárquico que rige en el país desde 1983.
“Hay un diagnóstico feminista de la crisis. Se logró hacer un mapa de la conflictividad social con una perspectiva feminista”, dijo la investigadora del Conicet Verónica Gago, integrante del Colectivo Ni Una menos, según Página 12. Ese diagnóstico está contado en el extenso documento con el que se cerrará la movilización y será leído por la comunicadora feminista Liliana Daunes, junto a Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Las últimas palabras las dará Cortiñas. En el palco estarán acompañadas por unas cuarenta integrantes de distintos espacios del movimiento de mujeres, lesbianas, travestis y trans, la Campaña por el Derecho al Aborto, sindicatos y agrupaciones políticas, donde quedará expuesta la amplia diversidad de la convocatoria.
“Paramos porque hacemos visible el mapa del trabajo en clave feminista y porque hemos tramado en asamblea alianzas transversales entre los distintos conflictos. Paramos las ocupadas y desocupadas, las asalariadas y las que cobramos subsidios, las trabajadoras de la economía popular y las que realizamos tareas domésticas y de cuidado. Paramos las privadas de libertad explotadas en cárceles provinciales”, dice el documento consensuado.
En Argentina hubo en promedio, durante los últimos diez años, un femicidio cada 30 horas y en el 62 por ciento de los casos el femicida era la pareja o ex pareja de la víctima, según reveló el décimo Informe Anual de Femicidios en Argentina presentado ayer por la asociación civil La Casa del Encuentro. La investigación precisó que 2679 mujeres fueron víctimas fatales de la violencia machista entre 2008 y 2017; en más de un 51 por ciento de los casos las víctimas fueron asesinadas en sus casas y en el 83 por ciento de los crímenes el femicida conocía a la víctima. Sumado a esto, un total de 3378 hijas e hijos quedaron sin madres por los femicidios, de los cuales más de un 66 por ciento son menores de edad.
En tanto, el diario Página 12 publica este jueves, en una nota que pasamos a citar: “Más de 260.000 mujeres reportaron situaciones de violencia de género entre el 2013 y el 2017. Los datos surgen de un registro de violencia de género abierto y difundido ayer por el Indec. Se denomina Rucvm (Registro Unico de Casos de Violencia contra las Mujeres) y es el primero que habilita datos duros para ser utilizados por políticas de Estado. No incluye femicidios. La data que recibe el Indec llega desde diversos niveles de organismos estatales, de diferentes áreas además (salud, seguridad, justicia, municipal, provincial, nacional), que a su vez reciben la información en forma directa de parte de las propias víctimas de violencia de género, o en forma indirecta, a través de la data recibida en investigaciones. En ningún caso se abren los datos personales de las denunciantes y víctimas. Los recibidos para incorporar al Rucvm, no pueden ser utilizados para hacer proyecciones y calcular cifras totales, ya que no son homogéneos: cada jurisdicción tiene sus particularidades; no todas las jurisdicciones envían data de todos los niveles; hay provincias que aportan más data de municipalidades que otras; las denunciantes tampoco vuelcan información homogénea. Los datos sirven para lo que dicen que son. Su articulación o la información que provea deberá servir para elaborar políticas de Estado. Empezaron reuniendo desde 2013 hasta 2017 inclusive. A partir de ahora, se renovará anualmente. Entre la información provista, el Rucvm informa que el 71,3 por ciento de los casos de violencia de género corresponden a quienes pidieron asesoramiento, orientación y asistencia en organismos públicos. Luego están las denuncias judiciales (16,9 por ciento) y, en proporciones menores, las presentaciones policiales y consultas realizadas para la atención de la salud de las víctimas, las que suman estos dos últimos rubros, el 5 por ciento de los casos. El Rucvm es la primera base de datos que reúne y sistematiza información de registros de organismos oficiales, desde la policía hasta los hospitales, juzgados, en niveles municipales, provinciales y nacional, pero que no da cantidad de víctimas. No es un registro de victimización, sino un corte de las denuncias y los casos tal como llegan a cada agencia estatal, con su lógica disgregación, ya que no se trata de casos en los que la interesada llene una planilla que se repita, como un censo, exactamente igual en todos los distritos de todo el país en todos los niveles”.