Esas palabras de Florencia Saintout, presidenta del bloque de diputados bonaerenses de Unidad Ciudadana – FpV – PJ, pero desde siempre como militante y académica con el ojo y el sentido puesto sobre la agenda del movimiento de mujeres, quizás sean las que con más contundencia expresan el sentimiento y acciones de los millones de mujeres – una trama social mayoritaria como le recordó el viernes por la noche la diputada nacional Myriam Bregman (Frente de Izquierda) a un periodista de América 24 – que reclaman aborto, libre, legal, seguro y gratuito. Saintout – concejala y ex decana de Periodismo de la UNLP, se expresó así el mismo viernes al participar en una asamblea del Frente de Mujeres en la Plaza San Martín, de La Plata, y alumbran por dónde deben accionar las mujeres y los varones para que la puesta sobre el tablero por parte del gobierno nacional de una apertura al debate en el Congreso – más allá de las legítima dudas y suspicacias que despierta la iniciativa de Cambiemos – transite hacia la ley que es deuda de esta democracia renga y siempre amenaza por el orden oligárquico que rige en el país desde 1983.
“Las mujeres somos profundamente poderosas. Tenemos un poder del que podemos dar cuenta todos los días, un poder que se fue construyendo de a dos, de a tres, de a multitudes horizontalmente. Un poder irreverente, que estremece y no negocia. Poder de poder dar vuelta estas tremendas injusticias. El movimiento de mujeres es el movimiento más fuerte de las mujeres. Es un poder vital, que no tiene retrocesos, Intentaron condenarnos a ser madres y a quedarnos en la cocina. Intentaron sacarnos de la política; pero salimos a las plazas y a las calles. No salimos para especular, para ver cómo nos vamos a acomodar mejor, sino para decirles que siempre vamos a ser un límite contra estas políticas del saqueo y de la crueldad. También hemos salido para decir que nos queremos vivas, con dignidad, que queremos trabajo, queremos aborto legal y seguro para todas, queremos justicia social y un país y una provincia donde podamos entrar todas y todas”, dijo Sanintout.
Y remató: “Somos las mujeres las que tenemos la fuerza para parir y, también, las que tenemos la fuerza para decir que no vamos a parir y que la maternidad no es nuestro único destino. También somos las mujeres las que damos esa pelea. Y hemos sido las mujeres las que a la hora de hacernos un aborto, que sigue siendo clandestino, las que enfrentamos esa situación. Y, también somos las mujeres las que salimos a pelear por la legalización del aborto, para decidir por nuestros propios cuerpos, para gozar en libertad”.
Este fin de semana y en los próximos días la lucha de la mujeres por una ley que regule el aborto legal, libre, gratuito y seguro, que necesariamente debe ser acompañado por los varones con ideales democráticos, ocupan y ocuparán el centro del debate político.
Desde la oposición a la legalización del aborto, en la que la Iglesia católica cumple su atávico rol de fuerza oscurantista y represiva – más allá de los discursos plegados, múltiples y oportunistas con los que golpea y machaca desde hace siglos – ya se lanzó a la arena.
Entre otros hizo punta el diario La Nación que se lanzó a relativizar la iniciativa surgida del gobierno de Cambemos – y cabe recordar que se debe estar alerta respecto de ella porque suena a que algo esconde, pues las oligarquías así se mueven- , con un artículo en el que desde su título advierte “Macri y la mayoría de los ministros, en contra de la despenalización del aborto”, para luego continuar: “pese a que el gobierno de Mauricio Macri habilitó el debate en el Congreso, y considera que es el lugar en el que debe tratarse, el Presidente y la mayoría de los ministros están en contra de la despenalización del aborto, o ‘en favor de la vida’. Pero existen matices y excepciones en el Gabinete y los legisladores. Según pudo saber La Nación de altas fuentes oficiales, Macri está en contra del aborto. Por otra parte, en el XI Congreso Eucarístico de Tucumán de 2016 defendió ‘la vida desde la concepción hasta la muerte’, en línea con la doctrina de la Iglesia. El jefe del Gabinete, Marcos Peña , evitó responder, pero al provenir de una familia de tradición católica muchos dan por descontado que rechaza el aborto. ‘Marcos y el Gobierno están a favor de que se debata en el Congreso, que es donde se debe debatir’, señalaron sus allegados”.
Y la Iglesia, siempre la Iglesia y su ya mencionada legendaria capacidad para los pliegues, el oportunismo y el ocultamiento en su discursos, reiteró ayer su posición, como anuncio del lobby que ya está encabezando, que hará recordar con el ahora Papa Francisco, cuando era Jorge Bergoglio, acometió como un inquisidor durante los debates por la ley del matrimonio igualitario: “la vida humana es un don”, lo de siembre; propone “educación sexual integral de la ciudadanía y acompañamiento de situaciones de conflicto”, maliciosa hipocresía; “los cristianos queremos aportar nuestra voz, no para imponer una concepción religiosa sino a partir de nuestras convicciones razonables y humanas”, monumental mentira conforme lo indica la Historia.
El documento de los capos del Episcopado así fue analizado este sábado en una columna que publica el diario Página 12: “de dos carillas de extensión y titulado ‘Respetuosos de la vida’, está redactado en un lenguaje cuidado que, sin renunciar a las posiciones ya conocidas de la Iglesia Católica sobre el tema, adopta un estilo coloquial que integra preguntas orientadas a la reflexión y evita el tono de confrontación, algo que bien podría anticipar el modo político que los obispos pretenden adoptar frente al debate sobre el tema del aborto”.
Interesante para un resumen como el que pretende este texto, la nota “Con el pañuelo verde entrando al Congreso” con la que el colega Felipe Yapur, del mismo Página 12 relata y analiza hoy las alternativas políticas que quedaron abiertas. Dice ese artículo que pasamos a reproducir:
La cada vez más creciente movilización a favor de una ley que regule la interrupción del embarazo obligó al gobierno de Mauricio Macri a tomar una posición. Por ahora trascendió que el Presidente no impediría el debate sobre el aborto. Esto fue suficiente para que un grupo de legisladoras de la oposición recogieron el guante y anunciaron que solicitarán una sesión especial para el 8 de marzo en coincidencia con el paro mundial de mujeres. Entonces apareció el titular del bloque de senadores del PRO, Humberto Schiavoni, quien actuando como una supuesta voz de la conciencia macrista aclaró que el trascendido “no guarda relación con lo que se habló en la Casa Rosada” y que “es un tema que no lo instala ni lo promueve nuestro espacio político”. Es probable que así sea pero lo que también es cierto es que hoy el Gobierno no está en condiciones de evitarlo. El tema del aborto ha ganado espacio en la sociedad, lo demuestra el “pañuelazo” del lunes pasado, y representa un desafío para la oposición que deberá delinear una estrategia que le permita llevar al recinto y aprobar el necesario proyecto con el que se garantizará la posibilidad de decidir la interrupción de un embarazo en condiciones de seguridad sanitaria, sin correr riesgo de ser perseguidas penalmente y, sobre todo, gratuito para las todas las mujeres independientemente de su condición social.
La intención es que el proyecto de ley de despenalización se presente el próximo 6 de marzo. Lo realizarán las diputadas referenciadas en la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, entre las que están Victoria Donda (Libres del Sur), Romina Del Plá (Partido Obrero) y Brenda Austin (UCR). Hasta ahora reúnen las firmas de más de 40 diputadas y diputados de diferentes bancadas y pueden sumar algunas más. La Izquierda es la única representación sin fisuras en este tema. En el resto los bloques el tema los atraviesa de manera transversal aunque ello no signifique una división en partes iguales.
El intento por sesionar el 8M conlleva en sí mismo un riesgo y es que el oficialismo decida ordenar a sus legisladores que ese día ocupen sus bancas, bajar facilitando el quórum de 129 diputados, dar el debate y luego con votos propios y de aquellos opositores que resisten el tema, imponer un rechazo al proyecto que lo depositará en un cajón al menos durante un año. Pero es bien sabido que el que no arriesga no gana.
El habilitar el tema también representa un riesgo para el gobierno porque una vez que esto ocurre no es posible saber a ciencia cierta cómo terminará. Es por eso que legisladoras de Cambiemos, con llegada al despacho presidencial, confiaron a PáginaI12 que “la intención es debatir el proyecto con altura y madurez donde se consulten a todos los sectores”. Una frase que por ahora permite vislumbrar que el interbloque Cambiemos no habilitará el tratamiento el próximo 8 de marzo. “No queremos provocaciones ni que nos apuren porque todavía ni siquiera conocemos el texto del proyecto. Hay que leerlo con detenimiento, su letra chica, y para eso necesitamos tiempo”, aseguró una legisladora macrista que rechaza el proyecto pero que está dispuesta a dar la discusión porque, a diferencia de Schiavoni, ella sostiene que el Presidente dio el aval.
Incluso en el oficialismo evalúan el incorporarle al proyecto de la oposición algunos ítems para desmotivar a la mujer que quiere abortar. Entre ellos está el incrementar la ayuda económica a las embarazadas y agilizar el trámite de adopciones.
Por ahora, en el oficialismo enumeran la cantidad de comisiones que deberían tratar el proyecto. A saber: Salud; Familia; Legislación General; Legislación Penal y hasta podría ser la de Presupuesto ya que la iniciativa incluye la gratuidad del procedimiento y, por lo tanto, ese “gasto” deberá correr por cuenta del Estado. El giro a estas u otras comisiones lo decidirá el presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, y el número puede ser determinante a la hora de calcular cuánto tiempo podrá demorar su tratamiento. Incluso si el proyecto será debatido en un plenario de comisiones o será estudiado en cada comisión. A diferencia de otros años, ahora hay tiempo hasta noviembre.
Por otra parte, al oficialismo también le conviene estirar en el tiempo el tratamiento del proyecto. Por caso, la diputada del Frente para la Victoria (FpV-PJ) y firmante del proyecto, Mayra Mendoza, sospecha de las intenciones del oficialismo y considera que el gobierno quiere “tomar el tema y usarlo en sus medios de comunicación para tapar la debacle social y económica”. En ese marco, Mendoza asegura que Cambiemos intentará estirar su tratamiento todo lo que pueda. “Mientras se extiende el debate continúan muriendo mujeres”, concluyó la diputada.
Mendoza no se equivoca y algunos legisladores del PRO no dejarán pasar la oportunidad de mostrar un supuesto perfil progresista del gobierno de Macri al promover un tema que durante los doce años de kirchnerismo no se consiguió. Ya lo están diciendo sin considerar que el marketing político deja de lado lo que señala la también diputada del FPV-PJ, Mónica Macha, quien consideró que es imprescindible avanzar en este debate porque “el aborto es un problema de salud pública donde es una de las principales causas de muerte de mujeres en edad fértil” pero que sobre todo afecta a las de menores recursos donde a “la clandestinidad hay que agregarle que no pueden pagar una práctica que les resguarde su salud y su vida”.
La extensión en el tiempo del debate del aborto puede tener una arista positiva tanto para la oposición como para las organizaciones que promueven el proyecto tendrán más oportunidades de conseguir votos favorables. La Cámara de Diputados funciona de manera diferente a la del Senado y es más permeable a los reclamos populares y mayoritarios. En más de una oportunidad el número de integrantes de la Cámara baja terminó siendo menos complicado que los 72 miembros del Senado. El riesgo para el oficialismo, que juega a mostrar un rostro progresista, es que el proyecto se apruebe en Diputados dándole mayor impulso a las organizaciones que promueven el aborto libre, seguro y gratuito y que el Estado por fin garantice el derecho a las mujeres a decidir sobre sus cuerpos.
También acometemos con la extensa cita de otro texto de Página 12: “Con algo de cautela y mucho de celebración”, releva el posicionamiento adoptado por las organizaciones de mujeres:
Las entidades sostienen que, más allá de las motivaciones del Gobierno para habilitar el tratamiento parlamentario, hay una oportunidad para encarar el demorado debate. Críticas a la “libertad de conciencia” para las filas del oficialismo. El antecedente de Francia.
La marcha por al aborto del lunes pasado sorprendió al Gobierno por su magnitud.
La marcha por al aborto del lunes pasado sorprendió al Gobierno por su magnitud.
Imagen: Leandro Teysseire
Mientras la decisión del gobierno de dar vía libre al tratamiento de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo divide aguas en el Congreso Nacional, distintas organizaciones que componen la Campaña Nacional por el Aborto, cuyo proyecto de despenalización será presentado el próximo 6 de marzo por legisladoras de distintos bloques, celebraron la determinación con cautela. Las integrantes de la Campaña que dialogaron con PáginaI12 sostuvieron que, más allá de las motivaciones oficiales que impulsan la medida, es un paso adelante para intentar saldar la gran deuda que tiene la democracia con las mujeres. En este sentido, la secretaria de Género de la CTA de los Trabajadores, Estela Díaz, dijo que “siempre es tiempo para el debate por el aborto legal” y agregó que “esperamos que los legisladores se ponga a tono con esta afirmación”. En tanto, la directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, Mariela Belski, alertó sobre la posición del presidente Mauricio Macri de dar a los integrantes de su bloque parlamentario “libertad de conciencia” para votar (ver aparte).
Para Díaz, la presión que viene haciendo el movimiento de mujeres hizo que el gobierno “no pudiera mirar para otro lado. Hay un feminismo que ha logrado establecer una agenda en todos los sectores sociales, poner el debate en todos los ámbitos, desde programas de chimentos hasta un acto sindical como el del 21 (la marcha contra los planes económicos del Gobierno que encabezó Hugo Moyano) donde, de los cinco oradores, dos dijeron que el plan de lucha continuaba con el Paro Internacional de Mujeres, el 8 de marzo”.
Si bien le restó importancia a las especulaciones políticas que llevaron al gobierno a abrir el debate mientras favorezca la discusión parlamentaria, no dejó de señalarlas.
“Desde que ganó Cambiemos, todos los temas que se debatieron fueron para recortar derechos, eliminar leyes, poner techo a las paritarias, recortar a los jubilados. Todos planes que implican un retroceso de años. El único avance fue con la ley que establece la paridad de género en las listas de candidatos, y uno podría pensar que esto se inscribe en esa línea. Algunos pueden pensar que, desde la especulación, esto les lava la cara ante el proyecto neoliberal feroz que vienen aplicando, especialmente para algunos de los sectores que integran la alianza Cambiemos”.
Y aunque señaló que la apertura al debate puede ser un globo de ensayo del duranbarbismo “para tapar el humor social por los tarifazos y la inflación, no es menos cierto que es un escenario que el movimiento de mujeres logró instalar a fuerza de luchar durante muchos años”.
Desde Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), la abogada Soledad Deza –quien defendió y consiguió que la Corte Suprema de Justicia de Tucumán liberara a Belén, la joven tucumana que estaba condenada y detenida luego de tener un aborto espontáneo– dijo que “la habilitación del debate generó satisfacción pero también cautela. Porque estamos muy expectantes de la posición que va a tomar cada diputado y diputada en el Congreso”.
La abogada señaló también que “aunque es muy importante” que se haya dado luz verde para el debate parlamentario, “la última palabra va a estar en los legisladores que tienen el mandato del pueblo. Y esperamos que sean leales a ese mandato y no se disciplinen a los sectores conservadores”.
En relación a la coyuntura que llevó al Ejecutivo a autorizar la discusión, Deza señaló que “en Francia pasó algo parecido. Durante un gobierno conservador en lo político y liberal en lo económico, se despenalizó el aborto. En términos de resolución política, legalizar el aborto al gobierno le sale más barato que habilitar paritarias igualitarias”.
“Es una situación difícil de leer, en un gobierno que viene haciendo recortes en derechos humanos, con presos políticos, precarizando el empleo y endeudando al país”, no obstante, la integrante de CDD remarcó que “más allá de las razones, nosotras necesitamos que se habilite el debate”, remarcó. Y agregó que “aunque sea medio sorpresivo que atiendan a esta demanda, bienvenido sea si en la agenda se ha tomado nota de esta deuda de la democracia con las mujeres. Lo celebramos con una confianza infinita en la lucha feminista, un movimiento muy amplio pero unido, y una cautela muy grande porque la hora de la verdad está en el recinto parlamentario”.
En tanto, Ana Fagioli, de la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir, apuntó que la posibilidad de que se abra el debate “es positivo, pero también nos hace estar más alerta y movilizadas. Quieren hacerse los democráticos por permitir el debate, porque de ahí a que lo voten hay un abismo. De todas formas, vemos con buenos ojos las repercusiones que el tema está generando, en los diarios, en la tele y en todos los ámbitos. Una lucha de las mujeres que logró instalar el debate en el sentido común que no estaba instalado. Hay un sentido común más elevado, que subió la vara, tanto con el tema del aborto como el de la violencia contra la mujer”, subrayó.
Fagioli también advirtió que “además del aborto legal, seguro y gratuito seguimos reclamando por la integralidad de los derechos, pelando por la ley de Educación Sexual Integral (ESI) y la aplicación del Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo, que tiene adhesión en nueve provincias. Porque esto también sucede, además de tener que debatir el proyecto”.
En cuanto al contexto, relacionó la decisión, al igual que las otras entrevistadas, a la situación de “ajuste e inflación”, pero agregó un factor más: “Esto también se relaciona con que el gobierno no tiene un buen vínculo con el Papa Francisco”.
Por su parte, la integrante de la Red de Docentes por el Derecho al Aborto Celeste McDougall dijo que el debate “se tornó urgente y necesario, no sólo por la situación desastroza que atraviesa el gobierno sino por la movilización de las mujeres. En los últimos meses el tema se visibilizó a nivel mediático. Y esto tiene que ver con todo el movimiento a nivel internacional y a la fuerte presencia del movimiento de las mujeres en los medios, en las redes sociales y en las calles. Muchos legisladores y funcionarios salieron a bajarle el tono después del anuncio, y a decir que no estaban de acuerdo. No sabemos qué significa que no están de acuerdo porque el proyecto de la Campaña es un proyecto que no obliga a nadie a abortar. Es un proyecto necesario y un debate necesario, pero no el debate del derecho en si que ya está conquistado, porque ya existe el derecho legal por causales. Sino el debate por la libre decisión de las mujeres”.