De acuerdo con un informe publicado el viernes en el diario británico Daily Mail, los expertos de la Academia de Ciencias de China, con sede en Pekín, anunciaron recientemente que habían disparado exitosamente rayos supercalentados de un isótopo radiactivo de Tántalo.
Este elemento considerado como un metal pesado es uno de los pocos isótopos que se pueden agregar a las ojivas nucleares para crear una bomba salada, con consecuencias potencialmente devastadoras, puesto que de ser usado para este fin, el dispositivo que lo contendría puede propagar e impulsar la liberación de lluvia radioactiva lo más lejos posible del lugar del impacto en lugar de maximizar la fuerza explosiva, indica el informe.
En consecuencia, añade el texto, el resultado de lanzamiento de una bomba salada conllevaría un daño ambiental duradero y grandes extensiones de tierra quedarían inhabitables durante décadas.
China advierte a EEUU de no optar por “confrontación” | HISPANTV
El embajador de China en Washington, Cui Tiankai, advierte a Estados Unidos sobre los peligros de abogar por una ‘estrategia de confrontación’ con el gigante asiático, y dice que esta postura tiene origen en el ‘temor paranoico’ que siente la Casa Blanca del desarrollo continuo de Pekín.
Es de tal envergadura los efectos de una bomba salada que algunos expertos advierten que puede contaminar un área mucho más grande que una bomba atómica tradicional, como las utilizadas en Hiroshima y Nagasaki en 1945 por EE.UU.
Los expertos nucleares chinos que dirigen este proyecto aseguran que sus investigaciones tienen como objetivo “satisfacer una demanda estratégica de la defensa nacional de China”, añadiendo que las mismas tenían posibles aplicaciones militares, pero sin llegar a detallar al respecto, según cita el rotativo.
Dadas estas exposiciones, el periódico británico señala que si China llega a desarrollar una bomba salada, podría cargarla en uno de sus Misiles Balísticos Intercontinentales (ICBM, por sus siglas en inglés) Dongfeng-41, un dispositivo de largo alcance de hasta 12.000 km, capaz de alcanzar al Reino Unido y los Estados Unidos.
Con este último país, Pekín se halla en medio de una controversia regional y comercial, desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, y muchos vaticinan una confrontación entre ambas superpotencias.