La literatura, sobre todo la infantil pero alguna otra también, como la del francés Alfred Jarry, que con su Ubu Rey (1896) revolucionó el teatro, dan cuenta de bicis, ruedas y pedales. Como la de Carlos Ciappina, doctor en Comunicación por UNLP, profe de Historia de América Latina y ex vicedecano de Periodismo y Comunicación de esa misma universidad, que esta sábado da cuenta aquí en AgePeBA de lo que no hicieron las autoridades provinciales y nacionales por cierto (in) competentes, cuando el fuego acometió contra la Reserva Provincial de Punta Lara.
Primero ciertos recuerdos.
“Ubú en bicicleta” recoge los escritos velocípedos que Jarry creó a lo largo de su carrera literaria. Suceden hechos grotescos y fuera de lo ordinario: Jesús derrapa en el Gólgota, un acróbata en la Vuelta de la Muerte en carrera detrás de un tren desde Paris a la Siberia, y unos ciclistas borrachos y dopados haciendo de las suyas.
“La bicicleta de Sumji”, del notable periodista y escritor israelí Amos Oz. Dice un resumen que tomamos restado: “En la Jerusalén bajo el mandato británico, tras la Segunda Guerra Mundial–, su tío Zémaj le regala una bicicleta (a Sumki). Su felicidad es extrema, incluso aunque sea una bici de niña. Sus amigos se burlan, pero él, impasible, sueña con cabalgar sobre su bici e irse lejos, salir de la ciudad y, a través del desierto, llegar al corazón de África. Pero antes quiere enseñar el nuevo regalo a su amigo del alma, Aldo. Y, justo cuando Sumji acepta cambiar su bici por el nuevo tren de Aldo, comienzan todas sus desgracias: la extorsión de los niños del barrio, su experiencia con un perro, el robo de una poesía de amor que ha escrito a Esti, una compañera de clase, y la sorpresa de un humilde sacapuntas. Pero Sumji imaginará mil maneras para salir de todos estos apuros, desde escaparse al Himalaya hasta secuestrar al mismísimo rey de Inglaterra. En la tradición de personajes tan memorables como Huckleberry Finn, Sumji es un pequeño gran héroe”.
Otro resumen a préstamo. Sobre “El hombre de la bicicleta”, del alemán Uwe Timm: “Coburgo, finales del siglo XIX: el taxidermista Franz Schróter circula por las calles de la ciudad montado en un extraño aparato. La pequeña ciudad de provincias se conmociona. No tardan en enfrentarse los partidarios del velocípedo con los seguidores de la bicicleta baja. El progreso técnico divide a los partidos políticos, a las comunidades religiosas, a las familias. Con un estilo humorístico, irónico y melancólico, Uwe Timm narra una historia tan verídica como fantasiosa en una novela de numerosos planos de lectura ambientada en la época de los grandes descubrimientos y de la imperturbable fe en el progreso.
Por suerte el doctor Ciappina tiene un bicicleta que, pedaleando por Facebook ayer decía así: La Reserva Provincial de Punta Lara se incendia (entre el camino a Villa Elisa y el arroyo Pereyra en Berazategui) desde el día lunes. Comenzó con un pequeño fuego. Pasé en mi bicicleta y no había nadie. El miércoles por la tarde volví a pasar y había una camioneta del OPDS (organismo provincial responsable de la Reserva), habían tres patrulleros de la policía provincial y los bomberos de Villa Elisa y Ensenada (metidos en el humedal a pié y heroicamente luchando contra el fuego). Hoy viernes el fuego comenzaba a ser contenido (según el diario El Día, se quemaron más de 1000 hectáreas). Volví a ver una camioneta de OPDS y un despliegue enrome de la municipalidad de Ensenada (autobombas, retroexcavadores, camiones con combustible y los bomberos, muchos muy jóvenes, luchando cuerpo a cuerpo con el fuego) .¿Donde están los organismos provinciales y nacionales , ambos a veinte kilómetros de la Reserva? Vi también un helicóptero que arroja agua (y que creo que hizo mucho para detener el fuego); pregunté de donde provenía y me dijeron de una empresa privada (no sé quien pagaba ese servicio). El resultado del incendio es devastador como se ve en las fotos, sobre todo en esta época en que el humedal es de nacimiento y cría de casi todas las especies……Bomberos, camiones y camionetas tuvieron otro obstáculo para llegar: la ruta está destruida y nadie nunca (desde hace décadas) la arregló. No vendría mal aprovechar la volteada y que esos apenas diez kilómetros queden transitables. Y no pasa en “la lejana” La Pampa, pasa aquí entre la capital de la Provincia más rica del país y la Capital de la Nación…..