El Departamento de Defensa estadounidense (el Pentágono) se encuentra en las primeras etapas de ‘rediseñar la fuerza’ en torno a los desafíos que representan Rusia y China respecto a Estados Unidos, afirma el vicepresidente del Estado Mayor Conjunto, el general Paul Selva.
La recién presentada Estrategia de Defensa Nacional por el Pentágono identifica a Rusia y China como los dos grandes adversarios competidores de los Estados Unidos, señaló el martes Selva, al tiempo que dijo los planes requeridos para contrarrestar cada nación están naturalmente “en conflicto entre sí mismos”, según informó el portal local DefenseNews.
“Hay dos competidores únicos con los que tenemos que lidiar, y los términos para combatirles se superponen, pero las estrategias a seguir para neutralizarlos no se rigen de igual grado y modo para cada uno de ellos”, sostuvo el alto militar.
En esta tesitura, agregó que cualquier enfrentamiento con China, cuyo país repudia esta mentalidad de era de la Guerra Fría, se traduce en gran parte en una lucha marítima y aérea. No obstante, aclaró que esto no significa que el Ejército y la Infantería de Marina no tengan que intervenir para apoyar a estas otras fuerzas por vía terrestre.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pedirá el próximo mes de febrero 716 mil millones de dólares para engrosar el presupuesto de Defensa de 2019 y enfrentar a China y Rusia, en caso de eventuales ataques, en concreto este sector podría recibir 7 % más que en 2018.
Por el contrario, subrayó que el conjunto de un hipotético combate contra Rusia en gran medida se produciría por un choque aéreo y terrestre. Dejando claro que estas fuerzas, asimismo, contarían con el apoyo de elementos de componentes de la Armada estadounidense.
Dicho esto, el funcionario castrense destacó que a diferencia de lo que pasaría con China, en la lucha contra Rusia a medida que evoluciona la contienda, los efectivos de Washington se centrarían en operaciones aérea y terrestre.
Selva hizo hincapié en la idea de que la Estrategia de Defensa Nacional identifica a Rusia como un desafío “global”— una postura que Moscú tacha de “estrategia antagónica”—, aduciendo para ello que se trata de un movimiento deliberado por parte de quienes redactaron el documento con el fin de alejar la idea equivocada de que Moscú es ante todo un desafío para Europa.