“Pero también hay quienes señalan las ambigüedades en la conducta papal. Mientras Francisco formulaba sus disculpas, en el mismo altar y enfocado por la televisión estuvo instalado el obispo Juan Barros, acusado de encubrimiento del sacerdote Fernando Karadima protagonista uno de los casos más sonados de abusos sexuales a niños”, señala el analista de temas eclesiales, Washington Uranga este mismo martes.
“En el segundo día de su visita a Chile el papa Francisco decidió no eludir los temas que, según varios analistas, resultan más espinosos: los abusos a niños y niñas cometidos por ministros de la Iglesia y el conflicto por la tierra entre el Estado chileno y las comunidades mapuches. Respecto del primero en dos momentos distintos Francisco manifestó sentir “dolor y vergüenza” por el “daño irreparable” que se ha causado. En relación a la segunda cuestión subrayó que “la sabiduría de los pueblos originarios puede ser el gran aporte” y que “de ellos podemos aprender que no hay verdadero desarrollo en un pueblo que da la espalda a la tierra”, dice el colega en una nota de opinión muy ponderada que este martes publica el diario Página 12.
“En una sociedad atravesada por la falta de resolución a los reclamos de las comunidades mapuches Francisco pidió respetar los “derechos” y la “cultura” de los pueblos originarios. Y en presencia de la presidenta chilena solicitó a los dirigentes de ese país que escuchen a los pueblos originarios señalando que son “frecuentemente olvidados y cuyos derechos necesitan ser atendidos y su cultura cuidada, para que no se pierda la identidad y riqueza de esta nación”, escribió Uranga.
“Tampoco faltaron ayer las referencias a los que han sido ejes del mensaje del Papa a lo largo de su pontificado. Al celebrar la misa “por la justicia y la paz” volvió a ratificar su línea de pensamiento rescatando el texto bíblico de las bienaventuranzas. Porque “al decirle bienaventurado al pobre, al que ha llorado, al afligido, al paciente, al que ha perdonado” sostuvo, Jesús “viene a extirpar la inmovilidad paralizante del que cree que las cosas no pueden cambiar, del que ha dejado de creer en el poder transformador de Dios Padre y en sus hermanos, especialmente en sus hermanos más frágiles, en sus hermanos descartados”. En el segundo día de su visita a Chile el Papa confirmó su estilo: no elude los problemas y no resigna el mensaje que considera fundamental, destacando a quienes considera actores y protagonistas de las diferentes situaciones”, añadió.
«Basta de perdones y más acciones. Los obispos encubridores ahí siguen. Palabras vacías. Dolor y vergüenza es lo que sienten las víctimas», declaró el periodista Juan Carlos Cruz, quien desde hace años viene denunciando los abusos cometidos en su parroquia de Santiago por Fernando Karadima, hoy apartado del sacerdocio. Asi comentaba el tema hoy mismo La Izquierda Diario.
Entre los discípulos de Karadima estaba Juan Barros, designado en marzo de 2015 obispo de la sureña ciudad de Osorno, donde hasta hoy es rechazado por una parte de la feligresía, que le acusa de haber ocultado los abusos del otrora influyente párroco.
«El papa pide perdón por los abusos y en el parque O’Higgins está el protector de Karadima, nombrado obispo por este mismo papa. Coherente, ¿no?», replicó por su lado Rolando Jiménez, vocero del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) de Chile, conforme la nota del mismo medio.