En el planeta se producen alimentos para 7.000 millones de personas, pero unas 800 millones no tienen los suficientes para llevar una vida saludable. Asia es el continente con mayor cantidad de hambrientos y África subsahariana la región más afectada. En América Latina y el Caribe el hambre se incrementó por primera vez en más de dos décadas.
Uno de cada ocho seres humanos se va a la cama con hambre y la gran mayoría vive en países en desarrollo, donde el 12,9 por ciento de la población presenta desnutrición. El hambre mata cada año a más seres humanos que el SIDA, la malaria y la tuberculosis juntos.
Un reporte publicado este miércoles en el periódico digital Cubadebate señala que pese a que en el planeta se producen suficientes alimentos para los casi 7.000 millones de habitantes, unas 795 millones no tienen los suficientes para llevar una vida saludable.
Asia es el continente con la mayor cantidad de personas que padecen hambre (dos tercios del total. África subsahariana, por su parte, es la región con mayor prevalencia (porcentaje de la población) con hambre (una persona de cada cuatro presenta desnutrición).
De acuerdo con el último informe publicado por la FAO y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), octubre de 2017, el hambre se incrementó en América Latina y el Caribe por primera vez en más de dos décadas (afecta a 42,5 millones de personas).
A la vez, el rezago de las áreas rurales de la región es alarmante: la pobreza rural es 20 puntos porcentuales mayor que la urbana, mientras que la pobreza extrema es 22 puntos porcentuales superior que su contraparte urbana.
Cada año, unos 7 millones de niños mueren en el mundo antes de cumplir los cinco años. La nutrición deficiente es la causa de casi la mitad de esos fallecimientos (3,1 millones), del retraso en el crecimiento (uno de cada cuatro) y del bajo peso (uno de cada seis, que representa aproximadamente 146 millones).
El problema es inherente al propio sistema capitalista, que considera a los alimentos como mercancías en lugar de un derecho humano fundamental.
Por eso, líderes populares como el presidente de Bolivia, Evo Morales, advierten que el objetivo de la humanidad en este siglo XXI debería ser erradicar el capitalismo y el imperialismo.
“Estamos viviendo un tiempo de un nuevo oscurantismo global, causado por la barbarie del sistema capitalista e imperialista, que actúa con la dignidad del ser humano. El mayor objetivo de la humanidad, en este siglo, debería ser erradicar el capitalismo y el imperialismo como modelo de sociedad. Si no construimos otro modelo de sociedad lo más pronto posible, los objetivos del desarrollo sostenible serán sustituidos por los objetivos de la muerte”, expresó el mandatario en 2016 ante la Asamblea General de la ONU.
Del otro lado se ubican presidentes neoliberales como Mauricio Macri, que se llena la boca con el eslogan de “Pobreza Cero” cuando en realidad aplica políticas de ajuste salvaje que agravan el flagelo.
A dos años de la llegada de Macri a la Casa Rosda, la pobreza fue en aumento hasta afectar a 13,5 millones de personas y la indigencia a 2,54 millones, según datos del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) correspondientes al tercer trimestre de 2017.
Las recientemente sancionada reforma previsional, que recorta unos 100.000 millones de pesos en los haberes de los jubilados, pensionados por discapacidad y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, así como los tarifazos, el aumento en los precios de los alimentos y la nueva ola de despidos, sólo generarán más pobreza, indigencia y hambre.