La escalada por la decisión de Washington de apoyar el reclamo israelí de que Jerusalén, un territorio en disputa, es la capital de su país – decisión rechaza ya por la ONU – derivó en el lanzamiento de tres misiles desde Gaza y un bombardeo israelí que dejó a un bebé en situación crítica.
Ya hay muertos y cientos de durante enfrentamientos en Jerusalén y los Territorios Palestinos, en el marco de las protestas en el mundo musulmán contra la decisión estadounidense de reconocer Jerusalén como capital de Israel. El primer fallecido es un palestino de 30 años aún no identificado, quien fue abatido por soldados israelíes en la Franja de Gaza. El ministerio de Sanidad palestino informó que hubo un segundo muerto, Maher Atalla de 54 años, víctima de un bombardeo israelí en retaliación por el lanzamiento de un misil desde Gaza. De los heridos, 261 recibieron heridas de proyectiles, en su mayoría de balas de goma, dijo la Media Luna Roja palestina.
Tres cohetes fueron disparados desde la Franja de Gaza anoche, dos de los cuales impactaron en la ciudad de Sderot, haciendo sonar las alarmas en el sur de Israel. Según un reporte del diario Haaretz, a causa del primero se registraron daños a vehículos, pero no heridos. El segundo fue interceptado por el sistema antimisiles “Cúpula de Hierro. El tercero volvió a impactar en la ciudad, pero nuevamente no se registraron heridos, informó el ejército israelí. “Un proyectil fue disparado a Israel desde la Franja de Gaza. Las sirenas sonaron en el consejo regional de Saar Neguev y en la ciudad de Sderot, en la que impactó el proyectil”, indicó una nota del Ejército.
La aviación israelí respondió con bombardeos sobre posiciones del movimiento islamistas Hamas, a quien considera responsable de “cualquier actividad hostil” desde el enclave, según explicó un vocero de la fuerza. Se bombardeó el área de Beit Hanun, desde donde habían salido los cohetes de fabricación casera, lo que provocó al menos diez heridos, uno de ellos el bebé Yousef Abu Shakian, que se encuentra en estado crítico, según informó el Ministerio de Sanidad palestino.
La violencia se produce tras una jornada de protestas palestinas contra la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de reconocer el miércoles a Jerusalén como capital de Israel. Cientos de palestinos resultaron heridos en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que respondieron con balas de goma, munición viva y material antidisturbios, mientras los manifestantes lanzaron piedras, cócteles molotov y neumáticos ardiendo en Jerusalén Este, Gaza y Cisjordania. Para hoy se han convocado protestas en Jerusalén Este y en ciudades de Cisjordania.
En tanto, Washington debió escuchar fuertes críticas de los otros 14 miembros durante una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas . Las fuerzas de seguridad israelíes chocaron con los miles de palestinos que salieron a las calles tras el rezo musulmán del viernes tanto en Cisjordania como la Franja de Gaza, quemando banderas y lanzando piedras y botellas contra los soldados. Una portavoz militar israelí reconoció que en Cisjordania se lanzaron disparos al aire mientras en Gaza se disparó contra los instigadores de los disturbios y algunos fueron alcanzados. Los brotes de violencia se temían después de que Hamas instase a un nuevo levantamiento (intifada) contra Estados Unidos e Israel.
“Hoy, en el 30 aniversario de la primera intifada, nuestro pueblo se levanta en rechazo de la declaración de Trump”, señaló Ahmad Bahar, representante de alto rango de Hamas durante el rezo del viernes. En Jerusalén, los manifestantes se concentraron en el Monte del Templo (Explanada de las Mezquitas), en la ciudad vieja. En la puerta de Damasco, uno de los accesos a la parte antigua de la ciudad, la policía expulsó a decenas de manifestantes. Antes, la Policía israelí había desplegado un importante contingente adicional de efectivos en Jerusalén e impuso también restricciones por edad en el acceso a la mezquita de Al Aqsa, informó el portavoz de la Policía.
El Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas es un lugar sagrado tanto para judíos como musulmanes. Los palestinos reclaman la parte oriental de Jerusalén –conquistada por Israel en 1967 y anexionada más tarde– como capital de su futuro Estado, pero Israel la considera su capital “eterna e indivisible”.
La decisión de Trump rompe con la política seguida por su país durante décadas y también con el consenso internacional, que contempla que el estatus de Jerusalén debe ser negociado entre israelíes y palestinos. Además Trump ordenó el traslado de la embajada de su país de Tel Aviv a esa ciudad, un paso que quizá no sea posible antes de 2019, según matizó el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson.
Las manifestaciones se sucedieron en todo el mundo árabe y musulmán: en Turquía, los manifestantes ondearon banderas palestinas y gritaron lemas como “Estados Unidos asesinos”, mientras en Irán los manifestantes quemaron banderas estadounidenses en protestas organizadas por las autoridades. El presidente de Túnez, Beji Caid Essebsi, convocó al embajador estadounidense en protesta por la medida y miles de personas salieron a las calles a protestar al grito de “Jerusalén es nuestra ciudad”.
Cientos de manifestantes salieron también a las calles de El Cairo y se reunieron ante la mezquita de Al Azhar y gritaron lemas como “Jerusalén es árabe”, al tiempo que pedían “la unidad árabe contra el ataque sionista”, en medio de un despliegue policial. También en Ammán, la capital jordana, miles de personas participaron en una marcha de protesta tras los rezos del viernes. En Líbano se produjeron manifestaciones en la capital Beirut y en los campamentos palestinos, donde se quemaron neumáticos y banderas israelíes.
En Bagdad los musulmanes salieron a la calle tras los rezos del viernes, para protestar contra la decisión de Trump, informó la agencia de noticias Al Sumaria. La comunidad islámica turca Milli Görüs organizó actos de protesta delante de las embajadas de Estados Unidos y los Parlamentos de 14 capitales de la Unión Europea. Banderas israelíes fueron quemadas durante una protesta cerca de la embajada estadounidense en Berlín, donde se manifestaron unas 1.200 personas. Y unos 1.000 palestinos que residen en Grecia se dieron cita en Atenas.
Por otra parte, los palestinos siguen distanciándose a nivel político de Estados Unidos: el presidente palestino, Mahmud Abbas, no se reunirá en Belén como estaba previsto con el vicepresidente estadounidense Mike Pence el 19 de diciembre, dijo el ex jefe de seguridad Yibril Rayub, aunque esto no fue confirmado oficialmente. También el gran imán de Al Azhar, la principal autoridad religiosa de Egipto, canceló un encuentro previsto con Pence para un día después. Rayub pidió además a todos los países árabes que no se reúnan con representantes estadounidenses. Según la BBC, Washington había alertado a Abbas de consecuencias de cancelar el encuentro, pero su portavoz dijo al portal Al Jazeera que “Jerusalén es más importante que cualquier encuentro con Pence o cualquier representante estadounidense”.
Mientras tanto, Israel quiere seguir impulsando la construcción de asentamientos en Jerusalén, donde prevé levantar unas 14.000 nuevas viviendas, de ellas 6.000 en la parte oriental, informó ayer el diario Maariv. Sería el mayor plan de desarrollo en esa parte de la ciudad en los últimos 20 años, según el Times of Israel.